VIAJE HACIA LA NOCHE
“Es mi morada suprema, de la que ya
no se vuelve”
Krishna, en el Bhagavad Gita
Como una madre sostenida
por ramas fluviales
de espanto y de luz de
origen
como un caballo esquelético
radiante de luz
crepuscular
tras el ramaje denso de árboles
y árboles de angustia
lleno de sol el sendero de
estrellas marinas
el acopio fulgurante
de datos perdidos en la
noche cabal del pasado
como un jadear eterno si
sales a la noche
al viento calmar pasan los
jabalíes
las hienas hartas de
rapiña
hendido a lo largo el
espectáculo muestra
faces sangrientas de
eclipse lunar
el cuerpo en llamarada
oscila
por el tiempo
sin espacio cambiante
pues el eterno es el inmóvil
y todas las piedras
arrojadas
al vendaval a los cuatro
puntos cardinales
vuelven como pájaros
señeros
devorando lagunas de años
derruidos
insondables telarañas de
tiempo cálido y leñoso
oquedades herrumbrosas
en el silencio piramidal
mortecino parpadeante
esplendor
par decirme que aún vivo
respondiendo por cada poro
de mi cuerpo
al poderío de tu nombre oh
poesía.
César Moro
Cuadro: "La pasión del viaje" de Miguel Oscar Menasa
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