SEMBLANZA DE LA POETA
(sept. 23)
Buenas tardes,
agradecemos las palabras de bienvenida de Margarita Álvarez como directiva de
la Casa de León en Madrid.
Es un orgullo para mí,
maragato de sangre, nacido en Madrid presentar a Carmen Salamanca, poeta,
gerente de la editorial y coordinadora de talleres de poesía aquí cerca en la
calle Estrella, 19, donde se encuentra la sede de la Escuela de Psicoanálisis y
Poesía Grupo Cero. Agradecemos también la presencia de doña Camino de la Puente
que acompañará al piano la lectura del poemario CAMINANTE de Gloria Gómez
Candanedo, leonesa por derecho a dar voz a los poemas que la poesía uso en sus
manos.
Al finalizar el acto, la
poeta firmará ejemplares a todos aquellos que lo deseen.
Hemos preparado el acto
con cariño y alegría, esperamos que sea del agrado de la concurrencia. Y antes
de dar paso a la presentación del libro quiero leer una breve semblanza de la
poeta que hoy nos reúne.
La POESÍA es MUJER con
mayúsculas, sin cursivas ni comillas o zarandajas y no es un decir ingenuo, es
una tarea posible en cada lector. Y decimos mujer porque la poesía, como el
amor, da lo que no tiene a quien no conoce sin pedir nada a cambio. La poesía
es inocente actividad y el más peligro de todos los bienes. Me lo dijo al oído
Holdërlin y los dioses así lo dictaminaron con sus nueve musas obreras,
sosteniendo el verde cuerpo celeste, que alimenta la tierra que habitamos.
Hoy Gloria Gómez
Candanedo, no entrega su segundo poemario, con ello hace público que sólo con
anhelos y/o ambiciones no alcanza; tal vez por eso en la presentación de
Caminante, se haga acompañar de un séquito de poetas, músicos… artistas. Aprendió
que el arte y la ciencia, son constructor o producciones que la función poética
escucha y nos susurra a modo de versos y formulas, solo, al labriego artista o
científico que las cultive.
Gloria Gómez es una mujer
trabajadora, mas ese currículo no le alcanzaba a sus manos campesinas sedientas
de versos. Ella sabe que no todo poema es poesía, sabe que la poesía es un
instrumento de conocimientos capas de capitalizar lo trabajado previamente,
pues permite una escucha y una mirada singular sobre el objeto científico o artístico.
La poeta urde, hurta y
teje para que la poesía sea escrita y leída, entre todos. Gloria Gómez no
otorga un nadir definitivo a la primera, ni será éste su cenit de altanera
singularidad social, en la denuncia de sus versos.
El amor entre los
renglones, no es causa de nada, son efectos de lo nunca sido en la voz, dando
nombre propio a lo que será Caminante en la cultura donde los libros,
libremente, conversan entre sí.
Te felicito por
permanecer y ahora escuchemos a Carmen Salamanca.
Carlos Fernández del
Ganso.