domingo, 6 de diciembre de 2020

UNA MUJER SE INCLINA HACIA LA TIERRA "NUESTRAS POETAS MUJERES"

 


 NORMA MENASSA

 

Nacida en Buenos Aires compartiendo su tiempo con Madrid. Poeta y Psicoanalista del Grupo Cero. Coordinadora del Taller de poesía del Grupo Cero en Buenos Aires. En su dilatada trayectoria participa en numerosos recitales, presentaciones de libros, conferencias en varios puntos de la geografía incluida Alcalá de Henares. Colaboradora en revistas de poesía y autora de varios libros.

Aquí, a este apartado traemos a la poeta. De su poesía se puede decir que es rica, amplia, universal, pasional, expresiva; cruzando todos los continentes, Norma es una poeta actual no carente de grandeza.

 

El poema que traemos es: UNA MUJER SE INCLINA HACIA LA TIERRA

 

UNA MUJER SE INCLINA HACIA LA TIERRA

 

Una mujer inclina su osamenta

sobre la fresca hierba y arranca la maleza

pensando en el contacto de la tierra y su semilla.

 

Una mujer viste de negro desteñido,

tiene su piel curtida por el viento

y el sol no anida en sus bolsillos ni en sus piernas.

 

Una mujer entreteje los sueños del futuro

inclinada mirando la humedad y los terrones,

piensa en lo que no puede pensar

y se entrega placiente a los olores frescos

que salen de sus manos tirando de los tallos.

 

Dónde están mis preferidos…

y el patio se puebla ahora de palabras indecisas,

mil hojas verde amarillentas dibujan formas del murmullo,

ídolos caen de templos primordiales entre rituales polimorfos

entretejiendo nudos

donde la memoria devuelve los espectros

y caen uno a uno los recuerdos,

un pasado brotado palpando el tacto verde

que enturbió la arboleda

agolpando las sombras

que querían beber la líquida espesura ahora

convertida en un árbol de viento, enredado en el aire.

 

Una abertura mas allá de lo mirado se convirtió en su sexo

un pensamiento sin ideas,

sólo formas combinadas de diversas maneras

y dentro de ellas un anillo de cables conduciendo ecos, luces, deseos

cascadas de labios habitando las grietas donde el insecto

entreteje los hilos agrisados donde colgar la luna.

 

No hay dentro ni afuera,

el alfabeto es la madera del tronco calcinado

que murió entre las llamas,

incendio de resurrecciones,

y el tiempo, el tiempo que no vuelve,

es la inclinada cabeza que mira entre las hierbas

la estrella que se tiñó de verde

y que arrastró consigo el continente no geográfico

donde una mujer bebe el humo de su hoguera

y arranca la música nocturna

que las yemas de sus dedos no han inventado todavía.

 

Norma Menassa