viernes, 26 de abril de 2024

DESPEDIDA

 


DESPEDIDA

 

…es tan corto el amor

y es tan largo el olvido…

Pablo Neruda

 

Te fuiste.

Como se va la primavera.

Como se van todas las cosas.

Como se pierden en el mar las velas.

Y yo me quedé solo,

con las uñas clavadas en la arena,

viendo cómo se alejan las mareas.

 

Te fuiste.

Ni tu nombre recuerdo,

ni el color de tus ojos.

Sólo que por las tardes leíamos a Neruda;

aún me llega el timbre de tu voz profunda,

y el alarido de tu dicha, suelto,

huyendo a medianoche por la playa.

 

Te fuiste.

Irremediablemente huiste de mi vida.

Fue el océano tu cómplice fortuito:

zarpaste al borde de un balandro cualquiera

una tarde cualquiera.

Yo me quedé sobre la playa dilatada,

salpicado de ocaso, solitario en la arena.

 

Te fuiste.

Nos habíamos amado con la furia de los 25 años.

Todo fue cerca al mar:

besos de sal y yodo,

mordiscos de medusa enloquecida,

saltos de delfines en celo,

abrazos hasta brotar la sangre marinera.

 

Te fuiste.

Como se fueron también la rada familiar,

las velas madrugadoras de los camaroneros,

el lecho duro de nuestros combates clandestinos.

Hasta el mar cambió de rostro y de fragancia;

la codicia del hombre corrompió las aguas.

El aire mismo se llenó de venenos y de miasmas.

 

Te fuiste.

Como se van todas las cosas.

Y yo me quedé solo,

con las uñas clavadas en la arena,

viendo cómo se alejaban las mareas.

 

Luis Zalamea Borda

Cuadro: "La barca del olvido" de Miguel O. Menassa

jueves, 25 de abril de 2024

MUJER DE AUSENCIA

 


MUJER DE AUSENCIA

 

 

Mujer de ausencia,

escultura de música en el tiempo.

Cuando modelo el busto

faltan los pies y el rostro se deshizo.

Ni el retrato me fija con su química

el momento justo.

Es un silencio muerto

en la infinita melodía.

Mujer de ausencia, estatua

de sal que se disuelve, y la tortura

de forma sin materia.

 

Gerardo Diego

Cuadro de Miguel O. Menassa

 

 

martes, 23 de abril de 2024

CARTA DE UNA MUJER PERFUMADA

 


CARTA DE UNA MUJER PERFUMADA

 

 

Para escribir cartas de amor

no es necesaria

la cautela

ni el orden 

ni encontrar la perfecta esquela

tan sólo encender la lámpara

como se enciende el cuerpo del amor.

Untarse toda,

perfumarse toda

de mieles y sortilegios

elegir la caligrafía más desvelada,

la más humilde.

Entonces, se extiende

se acaricia el empeine de sus plumajes

y comienzan a recogerse las palabras

como el deseo del amor.

 

II

Para escribir cartas de amor

es necesario estar reposada

elegir las palabras como si fueran banquetes clandestinos

vestirse toda de rojo, color deseo, color relámpago

y decir: en esta tarde arrodillada de luz

yo te amo, te entrego un manojo de suaves palabras

como la llave de mi alma.

 

III

Me ilumino toda al nombrarte

nada se pierde

con llamarte en el bosque fallido

con escribirte como sonámbula como

maga toda vestida

de verde

escribir

más que una carta de amor

basta con extender mi mano hacia la tuya

es esa la

vigencia

del perfume.

 

Marjorie Agosin

Cuadro: "Último recurso" de Miguel O. Menassa

lunes, 22 de abril de 2024

BROADWAY



BROADWAY

 

 

El amor es un juego apasionante

y el mejor sustituto del amor.

De aquel inmenso, el amor único,

que uno halla varias veces por el tiempo.

 

El recíproco amor es lo más bello.

Lo sabemos los dos.  Pero es muy grande

el vacío que se abre entre el amor

que se ha ido y el amor que aún no ha llegado.

 

¿Por qué llenarlo, pues, con la tristeza

si es posible colmarlo de sonrisas?

 

Si se ha ocultado el sol pueden los faros

del coche iluminar la carretera.

Mientras llega otro amor buscando el nuestro

juguemos, sólo juego, a enamorarnos.

 

Juguemos a querernos, sin querernos,

hasta el día en que alguno de los dos,

vuelva a sentir amor por cualquier otro.

El amor es hermoso aun como juego.

 

José María Fenollosa

Cuadro: "Tendrá que aprender" de Miguel O. Menassa

 

 

 


domingo, 21 de abril de 2024

APAGAMOS LAS MANOS. DEJAMOS ENCIMA DEL MAR MARCHITARSE LA LUNA...

 

 

APAGAMOS LAS MANOS. DEJAMOS ENCIMA DEL MAR MARCHITARSE LA LUNA…

 

 

Apagamos las manos. Dejamos encima del mar marchitarse la luna

y nos pusimos a andar por la tierra cumplida de sombra.

Ahora ya es tarde. Las albas vendrán a ofrecernos sus húmedas flores.

Ciegos iremos. Callados iremos, mirando algo nuestro que escapa

hacia su patria remota.

(Nuestro espíritu debe de ser, que cabalga

sobre las olas).

 

Ahora ya es tarde. Apagamos las manos felices

y nos ponemos a andar por la tierra cumplida de sombra.

Hemos caído en un pozo que ahoga los sueños.

Hemos sentido la boca glacial de la muerte tocar nuestra boca.

 

Antes, entonces, con qué gozo ardiente,

con qué prodigioso encenderse de aurora

modelamos en nieblas efímeras, en pasto de brisas ligeras,

nuestra cálida hora.

Y cómo apretamos las ubres calientes. Y cómo era hermoso

pensar que no había ni ayer, ni mañana, ni historia.

 

Ahora ya es tarde; apagamos las manos felices

y nos ponemos a andar por la tierra cumplida de sombra.

Cómo errar por los años, como astros gemelos, sin fuego,

como astros sin luz que se ignoran.

Cómo andar, sin nostalgia, el camino, soñando dos sueños distintos

mientras en torno el amor se desploma.

 

Ahora ya es tarde. Sabemos. Pensamos. (Buscábamos almas.)

Ahora sabemos que el alma no es piedra ni flor que se toca.

Como astros gemelos y ajenos pasamos, sabiendo

que el alma se niega si el cuerpo se niega.

Que nunca se logra si el cuerpo se logra.

 

Dejamos encima del mar marchitarse la luna.

Cómo errar, por los años, sin gloria.

Cómo aceptar que las almas son vagos ensueños

que en sueños tan sólo se dan, y despiertos se borran.

Qué consuelo ha de haber, si logar una gota de un alma

es pretender apresar el latir de la tierra, desnuda y redonda.

 

Estamos despiertos. Sabemos. Como astros soberbios, caídos,

sentimos la boca glacial de la muerte tocar nuestra boca.

 

José Hierro

Del libro “Con las piedras, con el viento” 1950

Cuadro: "Catarata marina" de Miguel O. Menassa

sábado, 20 de abril de 2024

EL SECRETO

 


EL SECRETO

 

 

Como el niño que se ha quedado solo

desde aquel día en que, temblando entre lo oscuro,

sintió latir su corazón más alto cada vez,

con un latido firme y posesor que era una rama en donde estaba ahorcándose.

Y desde entonces comprendió que la riqueza es como un campanario donde aún resuena por

la noche el miedo que la hizo edificar,

y se hizo terco y embestidor como una hormiga que creciera hasta hacerse del tamaño del llanto,

y se hizo dulce como un caballo ciego arrodillado junto al mar,

y se fue esclareciendo lentamente igual que la pregunta en los labios del  juez, porque se sabe edificado sobre el miedo,

porque sabe que no existe poder alguno donde se pueda el hombre endurecer y concentrar

tanto como en el miedo,

y porque siente que lleva, aún, sobre los hombros, protegiéndole,

el cadáver ahorcado de aquel niño a quien, un día le creció demasiado el corazón.

 

Luis Rosales

Cuadro: "Presentimientos" de Miguel O. Menassa

martes, 16 de abril de 2024

CANSADO DE PALABRAS

 

CANSADO DE PALABRAS

A Camilo José Cela

 

Cansado de palabras (y también de silencios).

Cansado de evidencias(y también de misterios).

Tu horizonte está lejos, y en él cada simiente

viva, cada minuto sensible de distancias.

 

¡Qué bien estás, Seños, alrededor de cada pueblo!

Tú, ¡qué bien!, ¿Y qué bien yo, si una tarde nos une

con rojas arenarias y botones azules,

y una yunta, y un perro que ladra, y algún pájaro!

¡Qué bien se está, Señor, con distancias de campo pujanza

y colores activos levemente ondulando!

¡Qué bien se está, Señor, y qué poco hace falta!

(Las casas, tan pegadas a la tierra, y la entrega, tan alta)

 

Cansado de ser otro (tal vez de ser yo mismo),

me entregaré a las cosas que no ambiciona nadie

para ignorar con ellas, libre de otros dominios.

Sólo tuya, Señor, la realidad del mundo

(y la palabra viva que se acerca y reduce

su exceso de conciencia para ser algo tuyo).

 

Cansado de lecciones (y de imaginaciones),

quiero andar por la vía del tren, por el paisaje

que se opone a los sitios pintorescos, se aleja

del pueblo sin más bienes que su cielo y su fuerza.

Allí he crecido en años de secreto abandono

que fueron las raíces de un ramaje sonoro.

Y allí Tú te abandonas a tu mejor pobreza.

 

Luis Felipe Vivanco

De: “El descampado”

Cuadro: "Conversaciones" de Miguel O. Menassa

 

lunes, 15 de abril de 2024

CULPA

 

CULPA

 

 

Si un niño agoniza, poco a poco, en silencio,

con el vientre abombado y la cara de greda.

Sin un bello adolescente se suicida una noche

tan sólo porque el alma le pesa demasiado.

Si una madre maldice soplando las cenizas.

Si un soldado cansado se orina en una iglesia

a los pies de una Virgen degollada, sin Hijo.

Si un sabio halla la fórmula que aniquile de un golpe

dos millones de hombres del color elegido.

 

Si las hembras rehúyen al parir. Si los viejos

a hurtadillas codician a los guapos muchachos.

Si los lobos consiguen mantenerse robustos

consumiendo la sangre que la tierra no empapa.

 

Si la cárcel, si el miedo, si la tisis, si el hambre.

Es terrible, terrible. Pero yo, ¿qué he de hacerle?

Yo no tengo la culpa. Ni tú, amigo, tampoco.

Somos gente honrada. Hasta vamos a misa.

Trabajamos. Dormimos. Y así vamos tirando.

Además, ya es sabido. Dios dispone las cosas.

 

Y nos vamos al cine. O a tomar un tranvía.

 

Ángela Figuera Aymerich

Cuadro: ·Hay almas que tienen" de Miguel O. Menassa

 

 

domingo, 14 de abril de 2024

AUNQUE SIEGUE LA VOZ CON QUE TU NOMBRE...

 


AUNQUE SIEGUE LA VOZ CON QUE TU NOMBRE…

 

 

Aunque siegue la voz con que tu nombre

digo, tu nombre irá, como una hoguera,

abrasando estos huesos y esta carne de hombre

con perpetuo verdor de primavera.

 

Aunque ciegue la herida de mis ojos

donde vive la luz de tus paisajes,

en los del alma, de ceguera rojos,

siempre se estrellarán tus oleajes.

 

Aunque duela el silencio, como espada

fundida en lentas fraguas de amargura,

sonará esta verdad desesperada,

mordida tierra entre mi dentadura.

 

Sorda la voz, el sueño enarenado,

las pupilas, el alma, la garganta arañadas,

ronco, diré que hay en mi pecho, hincado,

un árbol que florece rosas ensangrentadas.

 

Respiro por la herida.

Por esta viva herida de mi muerte;

por esta mortal llaga de mi vida

que años y sueños y fracasos vierte.

 

Respiro por la herida de este aire

triste empapado de humana pesadumbre.

Y un claro viento insiste

contra muros de tedio y de costumbre.

 

Pisando mi dolor, legiones de hombres pasan

ciegos, hacia esta misma hoguera mía.

¿Para siempre se salvan? ¿Para siempre

se abrasan?

Yo sólo sé que busco mi verdad día a día.

 

Leopoldo de Luis

Cuadro: "Amor a corazón abierto" de Miguel O. Menassa

 

jueves, 11 de abril de 2024

REMORDIMIENTO EN TRAJE DE NOCHE

 



REMORDIMIENTO EN TRAJE DE NOCHE

 

 

Un hombre gris avanza por la calle de niebla;

No lo sospecha nadie. Es un cuerpo vacío;

Vacío como pampa, como mar, como viento,

desiertos tan amargos bajo un cielo implacable.

 

Es el tiempo pasado, y sus alas ahora

entre la sombra encuentran una pálida fuerza;

es el remordimiento, que de noche, dudando;

en secreto aproxima su sombra descuidada.

 

No estrechéis esa mano. La yedra altivamente

ascenderá cubriendo los troncos del invierno.

Invisible en la calma el hombre gris camina.

¿No sentís a los muertos? Mas la atierra esta sorda.

 

Luis Cernuda

Cuadro: "Encuentro nocturno" de Miguel O. Menassa