jueves, 10 de julio de 2025

DATE

 


DATE

 

Para el vértigo interior

para ahogar el soliloquio

¡Salta!

¡Salte de ti mismo!

Mira en torno

no hay abismo, 

-no hay abismo

como el tuyo

en ti metido-.

Ebro,

abre la ventana de la casa,

tírala por la ventana,

hiere,

ara,

la tierra espera

y ese que pasa.

Desenciérrate.

¡Salte!

¡Salta!

De contento o júbilo

-la oveja vale si bala-

-la abeja vale si vuela-

ve,

de vecino a vecino

de patio a almena,

pregunta aconseja date

–nunca por vencido-

¡Salta!

¡Salte de ti mismo!

Tu amargura será miel,

tu monólogo canción

y tu lóbrega campana

cascabel!

¡Salta, salte

que te esperan

ella o él!

 

Gloria Fuertes

Cuadro de Miguel O. Menassa

 

miércoles, 9 de julio de 2025

ALIENTO

 

ALIENTO

 

El hálito del poema apaga todas las bujías del mundo.

No hay más fósforos en el cielo ni en los bolsillos del viento

Hay el poeta y algo grande en torno suyo

Los astros del destino nadan sin ruido.

Su aliento propulsor cambia la vida

Arrastra témpanos y borrascas encima del tiempo

Sus ojos leen la eternidad

Sus manos abren la puerta de las estrellas desconocidas

Y él espera arriba de la escala

Él solo ante el absoluto

 

Un astro gira

Una campana suena

Una campana lanza sus dados sobre los destinos

Entre los hombres

Descienden pasos al fondo del alma

El azar cae sin emoción de los dedos celestes

Los arroyos desembocan en el corazón

Los ríos desembocan en los ojos

El infinito en la palabra

La palabra desemboca en la boca

En la lengua donde ele cielo se acuesta

La eternidad se escapa por la ventana

Un misterio se realiza en el espacio

Los lazos se rompen los mares se desatan

Un mundo nuevo va a nacer

 

El pecho el azar la eternidad

El aliento del poema alumbra el incendio de los cielos que al fin

(han comprendido su verdad)

 

Vicente Huidobro

Cuadro: "Allí te espero" de Miguel O. Menassa

domingo, 6 de julio de 2025

LUTO

 


LUTO

 

En solo una noche brotó de mí

subió, creció el árbol de luto,

empujó los huesos, abrió las carnes,

su cogollo llegó a mi cabeza.

Sobre hombros, sobre espaldas,

echó hojazones y ramas,

y en tres días estuve cubierta,

rica en él como de mi sangre.

¿Dónde me palpan ahora?

¿Qué brazo daré que no se luto?

Igual que las humaredas

ya no soy llama ni brasas.

Soy esa espiral y esta liana

y este ruedo de humo denso.

Todavía los que llegan

me dicen mi nombre, me ven la cara;

pero yo que me ahogo me veo

árbol devorado y humoso,

cerrazón de noche, carbón consumado,

enebro denso, ciprés engañoso,

cierto a los ojos, huido en la mano.

En una pura noche se hizo mi luto

en el dédalo de mi cuerpo

y me cubrió este resuello

noche y humo que llaman luto

que me envuelve y que me ciega.

Mi último  árbol no está en la tierra

no es de semilla ni de leño,

no se plantó, no tiene riesgos.

Soy yo misma mi ciprés

mi sombreadura y mi ruedo,

mi sudario sin costuras,

y mi sueño que camina

árbol de humo y con ojos abiertos.

En lo que dura una noche

cayó mi sol, se fue mi día,

y mi carne se hizo humareda

que corta un niño con la mano.

El color se escapó de mis ropas,

el blanco, el azul, se huyeron

y me encontré en la mañana

vuelta un pino de pavesas.

Ven andar un pino de humo,

me oyen hablar detrás de mi humo

y se cansarán de amarme,

de comer y de vivir,

bajo de triángulo oscuro

falaz y crucificado

que no cría más resinas

y raíces no tiene ni brotes.

Un solo color en las estaciones,

un solo costado de humo

y nunca un racimo de pilas

para hacer elfuelo, la cena y la dicha.

 

Gabriela Mistral

Cuadro: "Amor ante la muerte" de Miguel O. Menassa

 

 

viernes, 4 de julio de 2025

VOCES

 

VOCES

 

He llegado a un paso de todo. Y aquí me quedo, lejos de todo, un paso.

Mirando las nubes he visto que mi pensamiento no tiene su cuerpo solamente en mi cuerpo.

Todos los soles se esfuerzan en encender tu llama y un microbio la extingue.

Más llanto que llorar es ver llorar.

El hombre es aire en el aire y para ser un punto en el aire necesita caer.

Porque te quiero bien, quisiera poder hacerte creer cuanto yo he dejado de creer.

¿Habría este buscar eterno si lo hallado existiese?

No me das nada. Porque cuando nada te pido, no me das nada.

El dolor no nos sigue: camina adelante.

Arrancamos a la vida la vida, para con ella, verla.

Cuanto no puede ser, casi siempre es un reproche a cuanto puede ser.

Tu mano me basta, porque me cubre todo y no es transparente.

Has venido a este mundo que no entiende nada sin palabras, casi sin palabras.

Quien se queda mucho consigo mismo, se envilece.

Algunas cosas me he resignado tanto a no tenerlas que ya no me resigno a tenerlas.

Percibimos el vacío, llenándolo.

Dios le ha dado mucho al hombre; pero el hombre quisiera algo del hombre.

Cuando todo está hecho, las mañanas son tristes.

El ir derecho acorta las distancias, y también la vida.

Todo lo creado, sólo es lo que tú puedes crear con todo lo creado.

 

Antonio Porchia

Cuadro: "Cruces en lo oscuro" de Miguel O. Menassa

jueves, 3 de julio de 2025

DESNUDO Y PARA SIEMPRE

 

DESNUDO Y PARA SIEMPRE

 

Errática,

sin vino,

profesional del fósforo,

cuando tú

haciendo un remolino de ilusiones,

con ese estruendo del laurel,

desnudo y para siempre entraste bajo el agua.

 

Un poco desasida,

como mirándome los pies,

cuando tú,

domingo rápido,

parada del vidrio,

hincase el baño con tu gesto de animal profundo.

 

El agua,

ay,

quedó colgando entre mis ojos y tu carne

como una telaraña,

desnudándote más.

Entendida por el demonio,

bárbara,

tuve un acceso de locura,

un punto apenas de explosión atómica,

un apogeo del clavel preciso

y creí.

 

(Creer es desear tu sexo y darle de comer a una paloma)

 

se fue cayendo

la mañana.

El vicio de la estrella

saliendo así de entre tus párpados

era la luz que

yo he llamado lágrima;

relámpago que empieza aquí y después de verle

no morimos.

 

Carilda Oliver Labra

Cuadro: "Cuerpos entrelazados" de Miguel O. Menassa

miércoles, 2 de julio de 2025

LOS OJOS

 


LOS OJOS

 

Descansa, Maestro, pues estamos cansados, muy cansados,

y sentiríamos los dedos del viento

sobre estos párpados que se nos cierran

húmedos y pesados como el plomo.

 

Descansa, hermano, pues ¡mira! ¡fuera está el alba!

La llama amarilla ha empalidecido

y la cera se derrite lentamente.

 

Libéranos, pues afuera hay hermosos colores,

el verde del musgo y el color de las flores,

y frescor bajo los árboles.

 

Libéranos, pues perecemos

en esta monotonía que no cesa

de feas marcas de impresión, negras

sobre el blanco de los pergaminos.

 

Libéranos, porque hay alguien

cuya sonrisa es más valiosa

que todo el viejo saber de tus libros,

y nos gustaría contemplarla.

 

Ezra Pound

Cuadro: "Los ojos del sueño" de Miguel O. Menassa

lunes, 30 de junio de 2025

HACIENDO TRAZOS




HACIENDO TRAZOS 



A veces me entretengo haciendo trazos

sobre el papel. Las rayas

como flechas se cruzan en el aire

blanco de la cuartilla. Ráfagas

son, borrando ahora caminos

que decididamente roturaban.

Y me enmimismo tras el laberinto

de líneas que me arrastran

y voy perdiendo pie, voy sumergiéndome

en su terrible nada,

en su desconcertante paradigma

de desorientación o vida o racha

de destino. Me pierdo. Soy un ciego

sobre el papel, que es mi papel, mi carta

de navegar sin rumbo, mi retrato,

mi desesperación, mi historia hallada

y perdida de nuevo y para siempre

porque no soy sino una inútil raya

que viene y va, dibuja jeroglíficos

de dolor y amargura y esperanza

y abre precipitantes galerías

hacia el vacío y tuerce rápidamente.

Cae al abismo de una pena

tan absolutamente innecesaria

como las remontadas alegrías

que sin porqué de vez en vez escala.

No soy más que este absurdo, este dibujo

sin razón y sin causa.  

 

Jamás completaré un solo rectángulo,

nunca estará la curva bien cerrada.

Mi vida entera es este lapicero

corriendo a un lado y otro, soy la marca

de un grafito tedioso; me revela

este ininteligible cardiograma.

No tengo rostro, ni figura, nadie

me reconoce, ni mi nombre habla

por mí. Soy solamente zigzagueo

enrevesado, inútil de unas rayas

que una mano cruelmente ovillea

en una triste página.

 

Leopoldo de Luis

De “Reformatorio de adultos” con “De aquí no se va nadie” 1971

Cuadro: "Para que algo nazca" de Miguel Oscar Menassa

 

 


jueves, 26 de junio de 2025

CUANDO SOBREVENÍA EL ABURRIMIENTO

 


CUANDO SOBREVENÍA EL ABURRIMIENTO

 

Cuando sobrevenía el aburrimiento

nos tendíamos en la arena con los niños

a la espera de nuestros buenos pescadores.

 

Todo era fácil en la tierra del sol.

 

Sin embargo el mar en tiempo del otoño

echaba sobre nuestros hombres su mirada

llamándolos a unirse con él y para siempre.

 

 

No te embarques en las desoladas mañanas

cuando siento en mi corazón la sudestada

cuando golpea contra mi cabeza el viento sur.

 

Sin hombres nuestro destino sería diferente.

 

Miguel Oscar Menassa

Cuadro: "La barca del olvido" de Miguel O. Menassa

miércoles, 25 de junio de 2025

LA JAULA



LA JAULA

 

Afuera hay sol.

No es más que un sol

pero los hombres lo miran

y después cantan.

 

Yo sé la melodía del ángel

y el sermón caliente

del último viento.

Sé gritar hasta el alba

cuando la muerte se posa desnuda

en mi sombra.

 

Yo lloro debajo de mi nombre.

Yo agito pañuelos en la noche

y barcos sedientos de realidad

bailan conmigo.

Yo oculto clavos

para escarnecer a mis sueños enfermos.

 

Afuera hay sol.

Yo me visto de cenizas.

 

Alejandra Pizarnik

Cuadro de Miguel Oscar Menasssa

 

 


martes, 24 de junio de 2025

LA VERDAD

LA VERDAD

 

¿Qué sonríe en la sombra sin muros que ensordece

mi corazón? ¿Qué soledad levanta

sus torturados brazos sin luna y grita herida

a la noche? ¿Quién canta sordamente en las ramas?

 

Pájaros no: memoria de pájaros. Sois eco,

sólo eco, pluma vil, turbia escoria, muerta materia sorda

aquí en mis manos. Besar una ceniza

no es besar el amor. morder una seca rama

no es poner estos labios brillantes sobre un seno

cuya turgencia tibia dé lumbre a estos marfiles

rutilantes. ¡El sol, el sol deslumbra!

 

Separar un vestido crujiente, resto inútil

de una ciudad. Poner desnudo

el manantial, el cuerpo luminoso, fluyente,

donde sentir la vida ferviente entre los ramos

tropicales, quemantes, que un ecuador empuja.

 

Bebed bebed la rota pasión de un mediodía

que en el cenit revienta sus luces y os abrasa

volcadamente entero, y os funde. ¡Muerte hermosa vital,

ascua del día! ¡Selva virgen que en llamas te destruyes!

 

Vicente Aleixandre

Cuadro: "La cueva del saber" de Miguel Oscar Menassa