DE QUÉ
QUIERO O ME GUSTARÍA HUIR
De
los muertos me asusta la guerra,
el
arpegio violeta del silbo silencio y
la
mutilada armonía del único superviviente libre: el humo.
De
los vivos me asusta la imagen de padre en el espejo
el
bigote fino de poblado castaño en el valle y
un
arrebato de campana señalando el fuego.
Después
burlé todos los carceleros, escapé de las agujas,
hurté
cancelas como doncellas de plata y
deshice
con los pulgares el amor.
Las
batallas perdidas del abuelo
y
el truhán canto del recuerdo construyeron una memoria
que
puedo con alegría recitar.
Esperé
sumergido entre los libros
el
bombardeo informativo,
cual
aviones de papel invadiendo nuestra alcoba
con
misivas de rendición por la costumbre de nácar
en
algún vientre del sur.
Ahora
todo el futuro me busca,
las
rotativas escriben mi nombre en las portadas
con
retratos que no pueden huir de los triunfos.
La
voz recorre olímpica y virtual el norte de las manos
que insolentes en la belleza de tu pecho
pernocta
sigilosas el último naufragio.
Me
gustaría y quiero huir de lo mismo.
Sin
embargo los censurados documentos
coinciden
en las huellas digitales de un extraño
que
porta el mismo nombre en la solapa del gabán
y
reposa
mi talle de cera en el museo.
Carlos
Fernández del Ganso
De "La máquina del tiempo"