jueves, 2 de agosto de 2018

SAN CARLOS BORROMEO


SAN CARLOS BORROMEO

A Charles Baudelaire

¡Oh, tocayo infectado de viruela en los ojos!
al saludar tus manos de penumbra un crujir de naipes
encartan los alucinados dátiles del desierto.
¡Oh, jinete atorado entre bridas de arena ardiente!
¡Qué inminente terraplén los pasos de la burla sin bastón
en las cataratas del clérigo!

Leyendo el santoral de noviembre
crepitan las flores en la hoguera del mal y
el maniquí del tiempo gira historias del averno
como el estuario de un río sin final.

Arañé con tus versos el portalón del amor
nada murió.
Trepé las murallas del infiel,
los calabozos horadé con el tenedor de la libertad,
arrodillado besé tus muslos de sacristía
y nada nació.

Secuestrado el futuro pulgar de la amnistía
y prostituida convenientemente la solidaridad
se detuvo la locura en la frontera de la cultura.

¡Documentos! ¡Muestre sus documentos!
Y el corazón aceleró su ansia de flecha
las manos disiparon las nubes de aduana y en perfecto
extranjero interpelé: Ella, es una mujer.
Yo, uno de sus hombres.
¿Qué más quiere saber?

Carlos Fernández del Ganso
De “La máquina del tiempo”

No hay comentarios:

Publicar un comentario