lunes, 20 de agosto de 2018

LOS REPIQUES DE CAMPANA




LOS REPIQUES DE CAMPANA

Elevando al cielo su gayata de negrillo
dijo el sabio subido al carro de madera:
¡Declaro inaugurada la cosecha!
Ahora los aperos de labranza comenzarán el baile
de los brazos tornasolados en el seco aire de Castilla,
como un juez severo y preciso sobre el cuello
tallado de la espiga.

Las cuadrillas de hombres serán festejadas,
con un botijo de agua fresca cada hora de sol,
cambiando turnos en el girar de los mulos
en la trilla, cuando se confunda hambre y sed en la era
sobre la camisa empapada del más no poder.

Las mujeres con su presencia de mandil y zueco,
aseguran merienda y siesta bajo el roble o la encina,
según el estado viril, después de la misa.

Todo mozalbete pronto aprende en la meseta
las normas de convivencia en el pueblo:
cerrar la cancela al salir de la huerta,
no hacer leña del árbol, por el rayo hendido,
de cuyas raíces no fueras el dueño,
usar la guadaña sin elevarla un palmo del suelo y
los sutiles repiques de campana llamando a:
fiesta, funeral o fuego.

Carlos Fernández del Ganso
De "La máquina del tiempo"


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