lunes, 29 de febrero de 2016

Poemas leídos en el recital 14 de febrero de 2016 - Los rostros del amor


LAMENTO POR EL ARBOLITO DE PHILIP

Philip se sacó la camisa servil
llena de tardes de oficina  y sonrisas al jefe
y asesinatos de su niño románticamente hablando
su niño operado cortado transplantado injertado
de bucólicas primaveras y Ginger Street volando alto verdadera
en  la tarde de agosto gris

Se quedó en pecho Philip y cuando
se quedó en pecho hizo el recuento feliz de cuando;
le sacó la lengua al maestro (a espaldas del maestro)
le hizo la higa a la patria potestad (a espaldas de la patria potestad)
formó cuernitos con la mano contra toda invasión maternal (a espaldas de toda invasión maternal)
se burló del ejército la iglesia (a espaldas del ejército la iglesia)
en general de cuando ejerció su rebelde corazón (dentro de lo posible)
fortificó sus entretelas acostumbradas al vuelo (siempre que el tiempo lo permita)
engañó a su mujer (con permiso)
Philip era glorioso en esas noches de whisky y hasta vino
exóticamente consumido con referencias a la costa del sol
una palabra encantadora lo retenía semanas y semanas a su alrededor
sol por ejemplo
o la palabra sol
como si Philip buscara lejos de la sociedad industrial
fuentes de luz fuentes de sombra fuentes

Qué coraje hablar del sol

Como suele ocurrir philip murió
una tarde lenta amarilla buena callada en los tejados
no hablaremos de cómo lo lloró su mujer (a sus espaldas)
o el ejército la iglesia (a sus espaldas)
o el mundo en particular y en general súbitamente de espaldas;
su viuda le plantó un arbolito sobre la tumba en Cincinnati
que creció bendecido por los jugos del cielo
y también se curvó

Y si alguien piensa que lo triste es la vida de Philip
fíjese en el arbolito le ruego
fíjese en el arbolito por favor

Hay varias formas de ser mejor dicho
muchas formas de ser;
llamarse Hugues
hablar arameo mojarlo con té
estallar contra la tristeza del mundo
pero a ustedes les pido que se fijen
en el curvado arbolito
tiernamente inclinado sobre Philip
su pecho en pena en piel como se dice

ni un pajarito nunca
cantó o lloró sobre ese árbol
verde todo inclinado
inclinado.


Juan Gelman

domingo, 28 de febrero de 2016

Poemas leídos en el recital 14 de febrero de 2016 - Los rostros del amor


VENDRÁ LA MUERTE Y TENDRÁ TUS OJOS

Vendrá la muerte y tendrá tus ojos
-esta muerte que nos acompaña
De la mañana a la noche, insomne,
Sorda, como un viejo remordimiento
O un vicio absurdo-. Tus ojos
Serán una vana palabra,
Un grito de acallado, un silencio.
Así los ves cada mañana
Cuando sola sobre ti misma te inclinas
En el espejo. Oh querida esperanza,
También ese día sabremos nosotros
Que eres la vida y eres la nada.
Para todos tiene la muerte una mirada.
Vendrá la muerte y tendrá tus ojos.
Será como abandonar un vicio,
Como contemplar en el espejo
El resurgir de un rostro muerto,
Como escuchar unos labios cerrados.
Mudos, descenderemos en el remolino.


Cesare Pavesse

sábado, 27 de febrero de 2016

Poemas leídos en el recital 14 de febrero de 2016 - Los rostros del amor


LA FUENTE DE SANGRE DE BAUDELAIRE

A ratos me parece que a chorros mana mi sangre,
tal una fuente de sollozos rítmicos.
Oigo y siento cómo en mi fluye con largo susurro,
pero por mucho que busque no se ve la herida.

Va cruzando la ciudad, igual que en un cercado,
así fluye, y al adoquinado convierte en islotes,
la sed de las personas alivia
y a la Naturaleza tiñe de rojo.

A vinos generosos pedí a menudo que acallasen
sólo por un día el terror que me va minando;
¡el vino vuelve más clara la vista y más fino el oído!

En el amor busqué un sueño olvidadizo; pero
para mí, el amor es solo colchón de agujas,
¡colchón para que beban mujeres crueles!

Charles Baudelaire

“Las flores del mal”

jueves, 25 de febrero de 2016

Poemas leídos en el recital 14 de febrero de 2016 - Los rostros del amor


ESTO ES AMOR

“Esto es amor, quien lo probó, lo sabe”
                                         Lope de Vega

No recuerdo discursos contra mis débiles brazos,
guardando la exacta dimensión de tu cintura;
recuerdo la suave, exacta, lúcida transparencia de tus manos,
tus palabras en un papel que encuentro por allí,
la sensación de dulzura en las mañanas.

Lo prosaico se vuelve bello
cuando el amor lo toca con sus alas de Fénix,
ceniza de mi cigarro que es el humo
después de hacer el amor,
o el humo compartido,
quitado suavemente de la boca sin decir nada,
íntimamente conociendo que lo del uno es del otro
cuando dos se pertenecen.

No te entiendo y quisiera odiarte
y quisiera no sentir como ahora
el calor de las lágrimas en mis ojos
por tanto rato ganado al vacío,
al hastío de los días intrascendentes,
vueltos inmortales en el eco de tu risa
y te amo monstruo apocalíptico de la biblia de mis días
y te lloro con ganas de odiar
todo lo que alguna vez mi hizo sentir
flor rara en un paraíso recobrado
donde toda felicidad era posible
y me dueles en el cuerpo sensible y seco de caricias,
abandonado ya meses al sonido de besos
y palabras susurradas o risas a la hora del baño.

Te añoro con furia de cacto en el desierto
y que se que no vendrás
que nunca vendrás
y que si venís seré débil como no debería
y me resisto a crecerme en roca,
en Tarpeya,
en espartana mujer arrojando su amor lisiado para que no viva
y te escondo y te cuido en la oscuridad
y entre las letras negras de mis escritos
volcados como río de lava entre débiles rayas azules de cuaderno
que me recuerdan que la línea es recta
pero que el mundo es curvo
como la pendiente de mis caderas.

Te amo y te lo grito estés donde estés,
sordo como estás
a la única palabra que puede sacarte del infierno
que estás labrando como ciego destructor
de tu íntima y reprimida ternura que yo conozco
y de cuyo conocimiento
ya nunca podrás escapar.

Y se que mi sed solo se sacia con tu agua
y que nadie podrá darme de beber
ni amor, ni sexo, ni rama florida
sin que yo le odie por querer parecersete
y no quiero saber nada de otras voces
aunque me duela querer ternura
y conversación larga y entendida entre dos
porque sólo vos tenés el cifrado secreto
de la clave de mis palabras
y sólo vos pareces tener
el sol, la luna, el universo de mis alegrías
y por eso quisiera odiarte como no lo logro,
como sé que no lo haré
porque me hechizaste con tu mochila de hierbas
y nostalgias y chispa encendida
y largos silencios
y me tenés presa de tus manos mercuriales
y yo me desato en Venus con tormentas de hojarasca
y ramas largas y mojadas como el agua de las cañadas
y el ozono de la tierra que siente venir la lluvia
y sabe que ya no hay nubes,
ni evaporización,
ni ríos,
que el mundo se secó
y que no volverá jamás a llover,
ni habrá ya nieve o frío o paraíso
donde pájaro alguno pueda romper
el silencio del llanto.

Gioconda Belli


miércoles, 24 de febrero de 2016

Poemas leídos en el recital 14 de febrero de 2016 - Los rostros del amor


ME SOBRA EL CORAZÓN

Hoy estoy sin saber yo no sé cómo,
hoy estoy para penas solamente,
hoy no tengo amistad,
hoy sólo tengo ansias
de arrancarme de cuajo el corazón
y ponerlo debajo de un zapato.

Hoy reverdece aquella espina seca,
hoy es día de llantos de mi reino,
hoy descarga en mi pecho el desaliento
plomo desalentado.

No puedo con mi estrella.
Y me busco la muerte por las manos
mirando con cariño las navajas,
y recuerdo aquel hacha compañera,
y pienso en los más altos campanarios
para un salto mortal serenamente.

Si no fuera ¿por qué?... no se por qué,
mi corazón escribiría una postrera carta,
una carta que llevo allí metida,
haría un tintero de mi corazón,
un fuente de sílabas, de adioses y regalos,
y ahí te quedas, al mundo le diría.

Yo nací en mala luna.
Tengo la pena de una sola pena
que vale más que toda la alegría.

Un amor me ha dejado con los brazos caídos
y no puedo tenderlos hacia más.
¿No veis mi boca qué desengañadas,
qué inconformes mis ojos?

Cuanto más me contemplo más me aflijo:
cortar este dolor ¿con qué tijeras?

Ayer,  mañana, hoy
padeciendo por todo
mi corazón, pecera melancólica,
penal de ruiseñores moribundos.

Me sobra corazón
hoy descorazonarme,
yo el más corazonado de los hombres,
y por el más, también el más amargo.

No sé por qué. No sé por qué ni cómo
me perdono la vida cada día.

Miguel Hernández

“Poemas sueltos”

martes, 23 de febrero de 2016

Poemas leídos en el recital 14 de febrero de 2016 .Los rostros del amor


¿DÓNDE ESTARÁ EL AMOR?

El amor. El amor.
¿Dónde estará el amor?

Cuántas veces dibujé
la esquina
donde nunca llegaste
y te busqué
por los salones
y fui ladrón
para buscarte entre las sombras
y hubiera sido capaz de matar
si alguien me hubiese dicho
que en ese gesto te encontraba.
Fui solo y fui muchos.

Todos los cuerpos
fueron investigados
palmo a palmo.

Todas las máscaras
fueron arrasadas
para buscarte
en el centro de la verdad
y tampoco estabas.

Te busqué entre los pobres
entre las espesas capas del dolor
entre entrañas y sucios alcoholes
en el propio asco de la vida.

Después no te busqué más
encontré otras palabras.


Miguel Oscar Menassa

“La poesía y yo”

lunes, 22 de febrero de 2016

Poemas leídos en el recital 14 de febrero de 2016 - Los rostros del amor


EL MUERTO ALEGRE

En una tierra fértil y llena de caracoles
quiero cavar yo mismo una fosa profunda,
donde pueda a mis anchas tender mis viejos  huesos
y dormir en el olvido como un tiburón en el agua.

Odio los testamentos y odio las tumbas;
antes de implorar una lágrima del mundo,
vivo, preferiría invitar a los cuervos
a sangrar todos los trozos de mi inmunda carcasa.

¡Oh gusanos! Negros compañeros sin oreja y sin ojos,
viene hacia vosotros un muerto libre y alegre;
filósofos vividores, hijos de la podredumbre,

a través de mi ruina pasearos pues sin remordimientos,
y ¡decidme si queda aún alguna tortura
para este viejo cuerpo sin alma y muerto entre los muertos!


Charles Baudelaire

sábado, 20 de febrero de 2016

Poemas leídos en el recital 14 de febrero de 2016 - Los rostros del amor


NO TE LLEVES TU RECUERDO

No te lleves tu recuerdo.
Déjalo solo en mi pecho.

Temblor de blanco cerezo
en el martirio de enero.

Me separa de los muertos
un muro de malos sueños.

Doy pena de lirio fresco
para un corazón de yeso.

Toda la noche en el huerto
mis ojos, como dos perros.

Toda la noche, corriendo
los membrillos de veneno.

Algunas veces el viento
es un tulipán de miedo.

Es un tulipán enfermo,
la madrugada de invierno.

Un muro de malos sueños
me separa de los muertos.

La niebla cubre en silencio
el valle gris de tu cuerpo.

Por el arco del  encuentro
la cicuta está creciendo.

Pero deja tu recuerdo
déjalo solo en mi pecho.


Federico García Lorca
"Diván del Tamarit"

viernes, 19 de febrero de 2016

Poemas leídos en el recital 14 de febrero de 2016 - Los rostros del amor


SE ME HA PERDIDO UN HOMBRE

Se me ha perdido un hombre.

Y lo busco por cifras y guitarras,
por hierbas y entrepisos,
en el cielo,
en la tierra,
dentro de mí.

Se me ha perdido un hombre.

Y me quedo temblando
como quien no come sino polvo,
como quien ya extravió la sombra

Pero no,
que no,
que no me ayudan a buscarlo.
¿A quién le importa si su mirada ha derrotado el
tiempo?
¡A quién le importa aquella piel
con gana
de la luz?
¿A quién le importan unos labios transparentes
que no tuvieron hambre,
unas piernas que sólo corrían al amor?

Se me ha perdido un hombre.

Y todos ríen,
se entretienen,
sudan,
mastican
se desenvainan por las noches;
despreciativos,
inefables,
maromeros,
unánimes,
como si sólo se hubiese caído un alfiler
o la hoja más seca
del árbol del bien y del mal,
como si la muerte no hubiera entrado
a destiempo
en nuestra casa.
Y yo pensando  que era demasiado joven,
que reunía láminas y piedras,
pedacitos de mundo,
hierros,
cosas del mar.
Yo pensando en su grandeza
de criatura,
en cómo miraba a Venus al atardecer,
en cómo cayó en la trampa.

Yo pensando
en dónde está la mitad del cuerpo mío,
en quién va a cantar ahora para quitarme el miedo,
en las veces que no nos besamos,
en sus ojos coléricos frente a la injusticia,
en ese silencio con que me responde,
en la herida que nunca le cosí,
en sus manos.

Se me ha perdido un hombre.

¡Ayúdame a buscarlo!
Pronto…
siento frío.

Aquí no hay lámparas ni claves,
no tengo redes
ni computadoras,
no tengo flechas ni radares.

¿Dónde estás?
¿Intenta ser mi sombra el desvalido?
¿Se me ha vuelto invisible entre gusanos?


Carilda Oliver Labra

jueves, 18 de febrero de 2016

Poemas leídos en el Recital 14 de febrero de 2016 - Los rostros del amor


LOS INVISIBLES ÁTOMOS DEL AIRE

Los invisibles átomos del aire
en derredor palpitan y se inflaman,
el cielo se deshace en rayos de oro,
la tierra se estremece alborozada.

Oigo, flotando en olas de armonías,
rumor de besos y batir de alas;
mis párpados se cierran… --¿Qué sucede?
¿Dime?
           --¡Silencio! ¡Es el amor que pasa!


Gustavo Adolfo Bécquer

miércoles, 17 de febrero de 2016

Poemas leídos en el recital 14 de febrero de 2016 - Los rostros del amor


AYER TE BESÉ EN LOS LABIOS

Ayer te besé en los labios.
Te besé en los labios. Densos,
rojos. Fue un beso tan corto
que duró más que un relámpago,
que un milagro, más.
El tiempo
después de dártelo
no lo quise para nada
ya, para nada
lo había querido antes.
Se empezó, se acabó en él.

Hoy estoy besando un beso;
estoy solo con mis labios.
Los pongo
no en tu boca, no, ya no
--¿adónde se me ha escapado?--.
Los pongo
en el beso que te di
ayer, en las bocas juntas
del beso que se besaron.
Y dura este beso más
que el silencio, que la luz.
Porque ya no es una carne
ni una boca lo que beso,
que se escapa, que me huye.
No.
Te estoy besando más lejos.

Pedro Salinas

“La voz a ti debida”
A ESPAÑA ARTÍSTICA

Torpe, mezquina y miserable España:
cuyo suelo alfombrado de memorias
se va sorbiendo de sus propias glorias
lo poco que ha de cada ilustre hazaña,

traidor y amigo sin pudor te engaña,
se compran tus tesoros con escorias,
tus monumentos, ¡ay!, y tus historias
vendidos llevan a la tierra extraña.

¡Malditas seas, patria de valientes,
que por premio te das a quien más pueda
por no mover los brazos indolentes!

¡Si, venid, ¡voto a Dios!, por lo que queda
extranjeros rapaces, que insolentes
habéis hecho de España una almoneda!.


José Zorrilla

lunes, 15 de febrero de 2016


¡GUERRA!

¿Oís?, es el cañón. Mi pecho hirviendo
el cántico de guerra entonará,
y al eco ronco del cañón venciendo,
la lira del poeta sonará.

El pueblo ved que la orgullosa frente
levanta ya del polvo en que yacía,
arrogante en valor, omnipotente,
terror de la insolente tiranía.
rumor de voces siento,
y al aire miro deslumbrar espadas,
y desplegar banderas;
y retumban al son las escarpadas
rocas del Pirineo;
y retiemblan los muros
de la opulenta Cádiz, y el deseo crece en los pechos de vencer lidiando;
brilla en los rostros el material contento,
y dondequiera generoso acento
se alza de PATRIA y LIBERTAD tronando.

Al grito de la patria
volemos, compañeros,
blandamos los aceros
que intrépida nos  da.
a par en nuestros brazos
ufanos la ensalcemos
y al mundo proclamemos:
“España es libre ya”.
¡Mirad, mirad en sangre,
y lágrimas teñidos
reir los forajidos,
gozar en su dolor!
¡Oh!, fin tan sólo ponga
su muerte a la contienda,
y cada golpe encienda
aún más nuestro rencor.
¡Oh siempre dulce patria
al alma generosa!
¡Oh siempre portentosa
magia de libertad!
Tus inclitos pendones
que el español tremola,
un rayo tornasola
del iris de la paz.
En medio del estruendo
del bronce pavoroso,
tu grito prodigioso
se escucha resonar.
Tu grito que las almas
inunda de alegría,
tu nombre que a esa impía
caterva hace temblar.
¿Quién hay ¡oh compañeros!,
que al bélico redoble
no sienta el pecho noble
con júbilo latir?
Mirad centelleantes
cual nuncios ya de gloria,
reflejos de victoria
las armas despedir.

¡Al arma!, ¡al arma!, ¡mueran los carlistas!
y al mar se lancen con bramido horrendo
de la infiel sangre caudalosos ríos,
y atónito contemple el  océano
sus olas combatidas
con la traidora sangre enrojecidas.

Truene el cañón: el cántico de guerra,
pueblos ya libres, con placer alzad:
ved, ya desciende a la oprimida tierra,
los hierros a romper, la libertad.


José de Espronceda

viernes, 12 de febrero de 2016

AMOR ME TUVO ALEGRE EL PENSAMIENTO…

Amor me tuvo alegre el pensamiento,
Y en el tormento, lleno de esperanza,
Cargándome con vana confianza
Los ojos claros del entendimiento.

Ya del error pasado me arrepiento;
Pues cuando llegue al puerto con bonanza,
De cuanta gloria y bienaventuranza
El mundo puede darme, toda es viento.

Corrido estoy de los pasados años,
Que reducir pudiera a mejor uso
Buscando paz, y no siguiendo engaños.

Y así, mi Dios, a Ti vuelvo confuso,
Cierto que has de librarme destos daños:
Pues conozco mi culpa y no la excuso.


Francisco de Quevedo

jueves, 11 de febrero de 2016


RIMA LXXIII

Cerraron sus ojos
que aún tenía abiertos,
taparon su cara
con un blanco lienzo,
y unos sollozando,
otros en silencio,
de la triste alcoba
todos se salieron.

La luz que en un vaso
ardía en el suelo,
al muro arrojaba
la sombra del lecho;
y entre aquella sombra
veíase a intervalos
dibujarse rígida
la forma del cuerpo.

Despertaba el día,
y, su albor primero,
con sus mil ruidos,
despertaba el pueblo.
ante aquel contraste
de vida y misterio
de luz y tinieblas,
yo pensé un momento:

--¡Dios mío, que solos
se quedan los muertos!

De la casa, en hombros,
llevarónla al templo
y en una capilla
dejaron el féretro.
allí rodearon
sus pálidos restos
de amarillas velas
y de paños negros.

Al dar de la Ánimas,
el toque postrero,
acabó una vieja
sus últimos rezos;
cruzó la ancha nave,
las puertas gimieron,
y el santo recinto
quedóse desierto.

De un reloj se oía
compasado el péndulo,
y de algunos cirios
el chisporreteo.
tan medroso y triste,
tan oscuro y yerto,
todo se encontraba
que pensé un momento:

--Dios mío, que solos
Se quedan los muertos!

*

De la alta campana
la lengua de hierro
le dio volteando
su adiós lastimero.

El luto en las ropas,
amigos y deudos
cruzaron en fila
formando el cortejo.

Del último asilo,
oscuro y estrecho,
abrió la piqueta
el nicho a un extremo.
allí la acostaron,
tapiárosle luego
y con un saludo
despidióse el duelo.

La piqueta al hombro
el sepulturero,
cantando entre dientes,
se perdió a lo lejos.
la noche se entraba,
(reinaba el silencio);
perdido en las sombras,
yo pensé un momento:

--¡Dios mío, que solos
se quedan los muertos!

**

En las largas noches
del helado invierno,
cuando las maderas
crujir hace el viento
y azota los vidrios
el fuerte aguacero,
de la pobre niña
a veces me acuerdo.

Allí cae la lluvia
con un son eterno;
allí la combate
el soplo del cierzo.
del húmedo muro
tendido en el hueco,
¡acaso de frío
se hielan sus huesos…!

***

¿Vuelve el polvo al polvo?
¿Vuela el alma al cielo?
¿Todo es sin espíritu,
podredumbre y cieno?
no sé; pero hay algo
que explicar no puedo,
algo que repugna
aunque es fuerza hacerlo,
a dejar tan tristes,
tan solos los muertos.


Gustavo Adolfo Bécquer