jueves, 30 de diciembre de 2021

AÑO NUEVO

 



AÑO NUEVO

 

A primeros de enero de un año cualquiera,

con amores y nombres seleccionados,

con los huesos maduros a mitad de mi vida

me PROMETO solemne no sufrir demasiado.

 

Si me pegan, que peguen,

si me aciertan, me han dado,

y si pierdo en la Rifa,

será porque he jugado.

 

Me fastidian las penas,

me da alergia el enfado,

con el ceño fruncido

parezco un feto raro.

Año nuevo vida nueva

(¡Qué tópico más sano!)

Nueva luz ilumina

mi ascensor apagado

de subir a deshora

de estar comunicando,

de hacer la angustia en verso

de hacer el tonto en vano,

de sembrar mis insomnios

de tachuelas y clavos.

 

A mitad de mi vida

de par en par sonrisa y puerta abro,

--que no quiero acabar por los pasillos

con el corazón apolillado--.

 

PROMETO no volver

a ahogaros en mi llanto,

no volver a sufrir,

sin un motivo muy justificado.

 

Gloria Fuertes 

Cuadro: "Hoy comienza el futuro" de Miguel Oscar Menassa


 

 

lunes, 20 de diciembre de 2021

NACIMIENTO DE CRISTO

 


NACIMIENTO DE CRISTO

 

Un pastor pide teta por la nieve que ondula

blancos perros tendidos entre linternas sordas.

El Cristito de barro se ha partido los dedos

en los tilos eternos de la madera rota.

 

¡Ya vienen las hormigas y los pies ateridos!

Dos hilillos de sangre quiebran el cielo duro.

Los vientres del demonio resuenan por los valles

golpes y resonancias de carne de molusco.

 

Lobos y sapos cantan en las hogueras verdes

coronadas por vivos hormigueros del alba.

La luna tiene un sueño de grandes abanicos

y el toro sueña un toro de agujeros y de agua.

 

El niño llora y mira con un tres en la frente,

San José ve en el heno tres espinas de bronce.

Los pañales exhalan un rumor de desierto

con cítaras sin cuerdas y degolladas voces.

 

La nieve en Manhattan empuja los anuncios

y lleva gracia pura por las falsas ojivas.

Sacerdotes idiotas y querubes de pluma

van detrás de Lutero por las altas esquinas.

 

Federico García Lorca

Del libro: “Poeta en Nueva York”

Cuadro: "La anunciación" de Fray Angélico

 

lunes, 29 de noviembre de 2021

LA PASIÓN: LA POESÍA

 


LA PASIÓN: LA POESÍA

Entre la vida 
que no me pertenece
el amor
y la vida que soy
la locura.
La poesía
puede llenar 
todo ese vacío


Hablaba
siempre en silencio 
sin decirle nada.
Ella pensaba en el futuro.

Estábamos así,
sentados uno frente al otro
desde hacía siglos.

Mi voz sonaba hueca
entre los perfumes violentos
de sus nalgas
abiertas como manantiales
como vertientes cristalinas
de rocío abriéndose
al pequeño sol de la mañana.

Mi voz se perdía
entre la acústica marea.

Sigilosos movimientos de su cuerpo 
selva enamorada, vulva de miel
diamante enfurecido
espesa vulva azucarada
sella en mis labios
el silencio.

Más que escuchar mi voz 
Ella seguía
pensando en el futuro.

Cabalgando feroz en su locura 
yo soy
ese pequeño sol de la mañana.

Rómpete
como se rompe el cristal
haciendo música
y Ella se rompía
sin escucharme.

Bailábamos.

Éramos como un hombre 
y una mujer bailando.

Ella me besaba las mejillas 
y en ese ardor
yo le decía que la amaba.

Después 
éramos capaces de detener la música
para mirarnos francamente a los ojos.

En silencio nos sabíamos famosos,
reyes del gesto 
opíparos comensales del amor,
mirarnos 
era como morir.

Después, aún, seguíamos 
danzando levemente.
Instante de las formas 
caídos uno sobre el otro
yo no decía nada.
Ella, era el futuro.

Escribiré en silencio 
y la poesía 
alforja delirante
silencio perenne
que necesita mi voz para vivir,
llena mi vida de sorpresas.

Hiriente, 
jactándose de su momentáneo poder
sobre mis nervios habla para mí.

Yo soy Ella
y Ella es la Poesía
juntas 
como si nos hubiesen
arrancado a la tierra
de la misma raíz
ocupamos
un solo espacio en tu corazón.
Somos el mismo tiempo.

Ella y la Poesía aman vestirse
con las mejores sedas.

Joya marina 
flor
diadema de locura
brillos serpeteantes
y topacios 
embravecidos de tanta luz
para tu cuerpo momificado
siempre igual cada vez
siempre diferente.

Nutren sus cuerpos manjares únicos.
Devorar limpiamente el universo
y hacer el amor las enloquece.
Cuando sierran la boca para morir
en silencio
desean conocer de los sabores
uno diferente.

Siempre ambicionan 
estar en otros brazos
y una vez más,
doliente mueca sin sonido
comienza a latir.

Abre sus ojos y pregunta,
¿es el atardecer o la mañana?
Me desplomo a su lado 
para no perturbar
el curso de sus sueños.
En silencio dejo de vivir.
Ella sueña
y la noche se puebla de sonidos, 
misterios
ardores de su cuerpo y la música.

Sus ronquidos son el bravío mar
y la torpeza de sus dientes
entrechocándose en las sombras
cataratas volcánicas de lejanía y nube.

Ruidos ardientes 
anuncian el final de la ternura.
Trenes ensangrentados en la guerra
chirriando a veces porque el dolor
es inalcanzable.

Su piel 
brutal enredadera
trepa desordenada,
bramido sideral,
hacia las concavidades
más remotas
hacia los vericuetos.

Amianto vespertino
crece 
en el tumulto de los cielos 
hacia un destino en llamaradas.

Poesía de fuego 
ardiente vulva desgarrada.

Ella es la poesía 
dragón enamorado
bocanada febril
humo y ceniza.

Mujer de fuego Poesía de fuego
consumen vorazmente 
hacia los espacios infinitos
el cuerpo del amor.

Miguel Oscar Menassa
Del libro: "La poesía y yo"
Cuadro: "Nuestra pequeña balsa enamorada" de Miguel Oscar Menassa







viernes, 26 de noviembre de 2021

CULTIVARSE NO ES CULTIVAR

 



CULTIVARSE NO ES CULTIVAR


La fosforera de la esquna cultiva calderilla, vende leña 
con sus guantes de farola y cuenta cerillas
esperando compañía.
El pastor de mi tierra cultiva entre melodías y mantecadas 
poemas, sin patria ni bandera, 
cantando las aventuras nuevas.

Sin embargo en mi barrio
la locura cultiva las esquinas del planeta.

El maestro llega al poblado y hace de la piedra escuela,
el pajar es ahora un vergel de preguntas,
marionetas y aviones de papel tiemblan del pupitre 
a la pizarra, como golondrinas que libres vuelan.

¡¡Padre, madre, hoy aprendí las vocales del amor
y las consonantes de la muerte!!

La tabla del lavadero también sirve para cantar,
las estaciones siempre vuelven y aprender a sumar
es cosa de sabios.

Hoy cultivé una flora de harina 
y comieron los gorriones en mis manos.

Cultivar el olvido sentado y lanzando una moneda al tablero
saltar cual caballo, dos pasos y uno a lado.
Cultivarse en la sombra y si los dioses quieren tormenta, 
cultivar bajo tierra gusanos de seda, 
mariposas para enamorados y en la división del trabajo
cultivar la fórmula de la multiplicación.

Cultivar no asegura el trigo. Cultivarse permite el pan.

Carlos Fernández del Ganso
Del libro: "La máquina del tiempo"
Cuadro: "El trabajo es un don" de Miguel Oscar Menassa


lunes, 22 de noviembre de 2021

"UN HOMBRE CON UN PAN AL HOMBRO"

 




“UN HOMBRE CON UN PAN AL HOMBRO”

 César Vallejo

 

Con su andar de isla caribeña

menea el torso al son de la última

parranda papayera.

 

Todavía el pantalón heredado

por tres generaciones

arrastra los jirones dejando

una huella indescifrable

en el recorrido tortuoso de sus pasos,

como antaño hicieron los antepasados.

 

Caballero de musgo,

gesto embebido,

labios insolentes, frescos,

apetecibles y furtivos,

sudor de mar,

manos de cal.

 

La fiesta se prolongó hasta el amanecer,

las primeras luces de la mañana

iluminaron un relente reposado,

calle ungida a trompicones por el asfalto,

mezcla regurgitando aroma etílico

y  momentos de placer solapado.

 

Ese día el aire se desentumeció

con los canturreos de la mañana,

y corrió un rumor de promesas

poco a poco diluidas

por el calor húmero de las almohadas.

 

Pasaba, con el albor del sol a la espalda, 

como nadie y como otro,

lejano e impune, dueño de vida ajena,

recorriendo la cuesta en bajada

con un pan al hombro,

y dejando que aquella pendiente,

que aquello pendiente,

acechara el destino esquivo e incierto

de su querido, venero de cloaca,

arrabal.

 

Susana Lorente

De “Cruzando el abismo”

Cuadro: "El sueño dorado" de Miguel Oscar Menassa

lunes, 15 de noviembre de 2021

HAN PASADO LOS AÑOS


 

HAN PASADO LOS AÑOS


Han pasado los años, 

el tiempo perdido no vuelve, 

una flor no sostiene los besos olvidados 

ni los abrazos desperdiciados, 

en un ramo no tiene sentido la demora de una vida; 

tu mirada está hendida, 

y la mía ha perdido la frescura.


Han pasado los años, 

el tiempo no parecía rozar la piel, 

los días tenían el mismo color 

y las noches la misma oscuridad.

El fondo de tu mirada denota la lejanía 

de aquel intrépido diligente, 

ante los pies se produce el abismo 

bifurcando al extremo de los vértices.


Han pasado los años, 

la distancia de los días ha abismado 

en la sutileza del recuerdo 

borrando la frescura de tardes en la alameda 

construyendo líneas difusas 

en la dirección divergente.

Tus dedos desgastados delatan roles malheridos 

y la sien perdida en el entorno 

flaqueado por la injusticia. 

El vástago del límite 

denota el camino de tu huella 

alejada de mi sombra, 

la tersura de esa flor no puede devolver 

la pureza de los días en la premura del doncel.


Ha pasado  el tiempo, mi piel, 

ya no conoce la emoción de tardes a la deriva 

esperando el regreso.


Audacia controvertida, 

estrella fugaz en el lecho, 

pinceles bailando en el contorno desnudo, 

el mundo solapado en la flor hechizada entre acordes 

resurge en el verso de la distancia.

Trazos demarcados por el humo del cigarrillo, 

disipando la luna, 

el parpadeo insondable 

ante la sorpresa de la madurez 

apura un sorbo a la desfachatez de la huida.


Las palabras difieren del latido 

resquebrajando el borde de esa flor 

que trae un calendario sin hojas.


Han pasado los años.


Gloria Gómez Candanedo

Cuadro: "Habitantes del tiempo" de Miguel Oscar Menassa

martes, 26 de octubre de 2021

jueves, 14 de octubre de 2021

IRÓNICO DESAFÍO

 


IRÓNICO DESAFÍO

“Decir lo que dice el río,

larga palabra semejante a labios,

larga palabra que no acaba nunca.”

Octavio Paz

 

¿Nace el agua de frotar dos palabras húmedas

por las lágrimas de los que algún día treparon por el insulto,

para embravecer un océano de justicia sumida en la derrota?

¿Es el pelícano el pico de aquel jornalero que, cavando su

propia tumba y labrando un poema

con esos dedos de tierra y sal,

¡oh saco gular!

almacena escamas para vestir las pieles

con una armadura de palabras?

 

Vencer es un instante,

también un camino que forja la cerradura,

una explosión de partidas donde un pececillo de plata,

insecto de traza apolínea, devora la cola de encuadernar

libros, deshaciendo, en el movimiento,

un árbol de hojas con la sombra del caballo de Troya

abriéndose a la luz.

 

Y no es un irónico desafío, es la realidad del cíclope,

aquel que por su ojo desintegra esperanzas

y cuencos vacíos, hambre y sed

de una página en blanco, de unas palabras

que puedan construir un cuerpo de gigantes

y un David que alcance, con su honda,

un magnífico sueño.

 

Laura López García

Del libro: “Sueños de papel”

Cuadro: "El sueño dorado" de Miguel Oscar Menassa

martes, 12 de octubre de 2021

EL BARRIO


EL BARRIO

 

Sueño despierta

y los pensamientos vencen lo inanimado.

Me mantengo suspendida en el abismo

donde las piedras pierden su fragancia.

Ya a flote, la claridad del agua

demarca el rostro vencido.

 

Desafiando a la muerte amanece un nuevo día.

El aroma despierta inquietudes de abrazos

añoranza de los besos,

el rostro habla en el espejo

como el verso al que todos pertenecemos.

 

Una tarde de domingo…

al fin estrenaría el vestido de flores

prendido de infantil aroma,

ya la mirada de mi padre dio su aprobación.

 

En fila de a dos marchamos,

advertidos que en la calle todo muere,

asombrados por rayos de sol

que dibujan líneas intransitables

donde la transeúnte algarabía

escondida detrás de una sombra

resonará en la noche.

 

Esas tardes de domingo…

Arriba, en la terraza, la de la falda larga

cantando mientras tiende nostalgias de antaño.

 

En la tienda, el panadero

avivando con la masa entre las manos,

moldeando a su amada, con harina de simientes.

En la esquina de aquel bar, leyendo el periódico,

el vecino del sombrero pardo,

con su bigote y pipa haciendo piruetas,

y la sospecha de que hoy llueve.

Murmullo de aquellas gentes…

el ladrido de un perro en el funeral del día.

 

Aquel barrio no morirá jamás

ya no nos pertenece

y se ha de vencer la batalla

donde los soldados conservan la misma firmeza.

No volveremos a salir en fila de a dos

como colegiales asustados después de una despedida,

ya los temores arrullados, se desvanecieron.

 

Esas mañanas de domingo estrenando el nuevo vestido,

la mirada de mi padre,

en fila de a dos,

la de la falda larga,

el panadero con sus deseos,

el vecino del sombrero pardo,

el murmullo de las gentes,

el ladrido de aquel perro

y la muerte que engalana

la ciudad sitiada de recuerdos.

 

Mi padre y mi madre

abrazados en el funeral del día…

y la muerte que nos anuncia que sin ella

nada muere.

 

Esther Núñez Roma

Del libro: “Nombre de mujer”

Cuadro: "Ecos del reloj" de Miguel Oscar Menassa



domingo, 10 de octubre de 2021

ALMA DE ACERO



ALMA DE ACERO

 

Si lloviera y la lluvia fuera roja

pensaría que los tejados se han prendido

y que el agua tiene fraguas

y tizones escapados de un incendio,

pensaría que el fuego le roba los colores a la lluvia.

 

Pero mi corazón es un pagano, un impío,

un vasallo que saquea y abandona.

 

Si leyera en las palmas de los lobos

interpretaría los juramentos de las víctimas,

la sordidez y la resignación

que recorre los desiertos.

 

Pero mi sueño es imposible, y las estrellas,

albergan oscuras intenciones.

 

Si pudiera desprenderme de los ritos de la niebla

comprendería las injurias, el origen de los ecos,

la impasible ordenación del universo.

 

Pero no son rojas las balas,

las que dispara el aire,

el aire se confunde,

y mi alma está en el cuero del combate

con un escudo ciego.

 

Pilar García Puerta

De “Patria de pájaros”

Cuadro: "Relámpago cero" de Miguel Oscar Menassa

sábado, 9 de octubre de 2021

EL POETA POBRE

 


EL POETA POBRE

 

El poeta, pobre, con sus manos,

con su sola destreza, sus vanas,

enérgicas bocanadas de tiempo

abriendo las branquias del mundo.

 

El poeta, pobre, con sus garras de marfil

royendo sueños,

con sus amores, sus pequeñas verdades

siempre incompletas;

mercancías que flotan

en el alma como el aire…

 

Con su oro de barro

y carne sin curso…

Un gran precio atesorando deudas

y otras cifras

                        de volar indescifrable.

 

Kepa Ríos Alday

Del libro: "Letras y números" 

Cuadro: "El poeta encandilado" de Miguel Oscar Menassa

jueves, 7 de octubre de 2021

ATRAVESANDO LA FRONTERA

 



ATRAVESANDO LA FRONTERA

 

Deshago lentamente

encorsetados pasos envueltos en pasado,

sacudo el hastío prudente de una cadencia sin amanecer.

 

Y embriagada por la calidez de una mirada

arrastrada por el crepitar vivaz de una pasión,

camino por la cuerda floja de tus devaneos

plena de goce

buscando el contorno de tu boca

que sucumbe a nuestros cuerpos indómitos,

entrelazados

y al fuerte oleaje de este delirio, ardiente y profundo,

donde aún permanece el vestigio de placer

de aquel abrazo prolongado hasta la alborada,

de aquellas manos perdidas en las caderas

y de un talle arqueado, enfurecido

deleitándose en tus brazos

en tu cálida piel

atravesando la frontera del deseo voraz,

pertinaz, implacable

que repita tu nombre

buscándote,

hasta encontrarte hasta tenerte, de nuevo y  una y otra vez.

 

Maribel Domínguez Duarte

Del libro: “Nombre de mujer”

Cuadro: "Placeres secretos" de Miguel Oscar Menassa


 

miércoles, 6 de octubre de 2021

LOS QUE SE HACEN UNA BOCA DE OSCURIDAD

 


LOS QUE SE HACEN UNA BOCA DE OSCURIDAD

 

Sabíamos, pero no sabíamos.

Siglos en nuestros bolsillos, calma atada al porvenir.

Sabíamos pero no sabíamos qué éramos nosotros.

Las manos amigas van a la comida y el cuello es el arma

de longitud con que los murciélagos sustraen a los transeúntes

lo últimos sueños de occidente.

Mal, de una palabra y sus destinos.

Los bailes se hicieron aburridos.

Rufianes apocalípticos, auténticos sentidos de la noche,

nuestro carácter de ventilación. Soledad sobre las mesas.

Cartas boca arriba, catapulta al paraíso de la esclavitud.

Ah! dulce carne cuando nos manteníamos en la distancia.

Ahora, la piel que habito, se debate por ser.

Renunciar a nada.

¿Quién? Me pregunto ¿sabe su camino?

¿Quién contrajo matrimonio con la muerte?

Circularidad de la palabra. ¿Quién envidia?

¿Y quién tumulto en que navegan las embarcaciones?

Las olas sueñan pájaros en libertad.

Bocas de negrura contenida. 

Moderación de olvido y esta noche la reina es la desidia,

el tiempo del orgasmo pleno, como cataratas de luz golpeando lontananza,

donde mis propios esclavos, batallan con la muerte.

Bocas infinitas de pájaros sin cabeza, pájaros de frenesí,

azuzando el cuerpo de las tinieblas.

 

Virginia Valdominos

De “Vamos a trabajar”

Cuadro: "Galope mortal" de Miguel Oscar Menassa

EL VOLCÁN DE TU BOCA

 


EL VOLCÁN DE TU BOCA

 

Fui un pirata

que jamás escondió sus tesoros,

soy el que vendió sus manos al metal

para fabricar los garfios del amor.

 

También fui un lanzallamas

en el volcán de tu boca,

donde hielo y magma

son el adalid de tu voz.

 

Oigo cantos de un preludio final

y recuerdo tu nombre en mis manos,

firmando del revés

todos los testamentos

de aquella muerte ilegible,

en el universo acústico

donde el eco extranjero de la sangre

nació volando alrededor de tu corazón.

 

Adrián Castaño

De “Rock & roll”

Cuadro: "Nacimiento del fuego" de Miguel Oscar Menassa

martes, 5 de octubre de 2021

HAY UNA LÍNEA QUE COMPARTE

 


HAY UNA LÍNEA QUE COMPARTE

 

Hay una línea que comparte

continente y contenido,

como vagina ciñéndose,

acompasada sensación pulsátil

alrededor de tu enhiesto miembro varonil.

Nos contorneábamos al son

de músicas paradisíacas

y la mañana se abría azul

como anhelantes ojos.

Vuelve perversidad infantil

para gozarte,

rompe los absurdos límites

de esta congelada geografía.

Lleva de los profundos pliegues

de mi piel,

el sudor de mil lágrimas como lagos.

Vivamos,

este instante, donde juntos,

tocamos el cielo.

Anclados en el amor

como raíces a la tierra.

Perforada y a la vez

rígida línea entre ser y no ser

vida,

no conocerás la muerte.

Tu estirpe conservará años tras años,

tus palabras

viajarán a siglos venideros.

 

Olga de Lucía Vicente

De “Agua fresca”

Cuadro: "De vuelta al hogar" de Miguel Oscar Menassa