miércoles, 28 de octubre de 2020

LOS DÍAS LARGOS "NUESTRAS POETAS MUJERES"

 


TERESA GALEOTE

 En el apartado “Nuestras poetas mujeres” traemos a Teresa Galeote. Escritora afincada en Alcalá de Henares donde transcurre la mayor parte de su vida. Después de ocupar el cargo de Consejera en varias instituciones y Concejala del Ayuntamiento, actualmente se dedica por entero a la literatura participando en  eventos literarios (recitales, presentación de libros, feria del libro, etc.)

 Autora de varios libros de novela, ensayo. Hoy rescatamos a su poeta.

Su escritura se centra sobre todo en la lucha social ante las guerras, la injusticia, la violencia poniendo un ímpetu de confianza a los débiles aportando una pequeña luz a la lucha por la libertad.

 

Presentamos a Teresa Galeote con el poema: LOS DÍAS LARGOS

 

LOS DÍAS LARGOS

(Réquiem por todas las víctimas)

 

Han pasado años

y tus ojos siguen ahí;

interrogan en silencio.

Tus besos, colgados en el aire,

buscan la piel;

un lugar donde quedarse

y reposar en silencio

el tiempo invisible,

de los días largos.

 

Han pasado años

y tu sonrisa pregunta:

¿dónde fueron mis sueños?,

¿dónde van las palabras

cuando se deshacen entre

escombros de aceros pardos?

 

Pasará, año tras año,

y mil tormentas anegaran

otros páramos;

y tú seguirás ahí…, esperando;

con tu sonrisa blanca,

con lágrimas que se mecen impasibles.

 

Alargarás las manos

para recoger la vida que,

sin saber porqué, te robaron.

Seguirás ahí,

como viento quieto y helado,

alumbrarás las auroras

de los días largos.

 

Y escucharé tu voz,

miraré tus ojos blandos,

me embriagará tu sonrisa,

todos los minutos

de los días largos.

 

Teresa Galeote

 

martes, 27 de octubre de 2020

NOCHE DE VERANO

 


NOCHE DE VERANO

 

 

Pulsas, palpas el cuerpo de la noche,

verano que te bañas en los ríos,

soplo en el que se ahogan las estrellas,

aliento de una boca,

de unos labios de tierra.

 

Tierra de labios, boca

donde un infierno agónico jadea,

labios en donde el cielo llueve

y el agua canta y nacen paraísos.

 

Se incendia el árbol de la noche

y sus astillas, son estrellas,

son pupilas, son pájaros.

Fluyen ríos sonámbulos.

Lenguas de sal incandescente

contra una playa oscura.

 

Todo respira, vive, fluye:

la luz en su temblor,

el ojo en el espacio,

el corazón en su latido,

la noche en su infinito.

 

Un nacimiento oscuro, sin orillas,

nace en la noche de verano,

en tu pupila nace todo el cielo.

 

Octavio Paz

miércoles, 21 de octubre de 2020

ESTOY VIVA COMO FRUTA MADURA "NUESTRAS POETAS MUJERES"


 

 GIOCONDA BELLI

 

Dentro del apartado “Nuestras poetas mujeres”, traemos a Gioconda Belli. Poeta nacida en Nicaragua, aunque viajera por todo el mundo, incluido nuestro país al que frecuenta en varias ocasiones, visitando también Alcalá de Henares hace dos años ofreciendo un hermoso recital dando la oportunidad de firmar sus libros.

 

Su poesía ante todo femenina, lado desde el cual muestra ser una gran luchadora por los derechos humanos e igualdad de oportunidades en su país al que tanto quiere como revela en sus poemas a la vez que extiende una gran sensualidad en todas las vertientes en cuanto al papel de la mujer como madre, trabajadora, compañera, amante… invitando ser libre.

 El poema que traemos es: ESTOY VIVA COMO FRUTA MADURA…

 

 

ESTOY VIVA COMO FRUTA MADURA…

 

Estoy viva

como fruta madura

dueña ya de inviernos y veranos,

abuela de los pájaros,

tejedora del viento navegante.

 

No se ha educado aún mi corazón

y, niña, tiemblo en los atardeceres,

me deslumbran el verde, las marimbas

y el ruido de la lluvia

hermanándose con mi húmero vientre,

cuando todo es mas suave y luminoso.

 

Crezco y no aprendo a crecer, 

no me desilusiono,

ni me vuelco mujer envuelta en velos,

descreída de todo, lamentando su suerte.

No. Con cada día, se me nacen los ojos del asombro,

de la tierra parida,

el canto de los pueblos,

los brazos del obrero construyendo,

la mujer vendedora con su ramo de hijos,

los chavalos alegres marchando hacia el colegio.

 

Si.

Es verdad que a ratos estoy triste

y salgo a los caminos,

suelta como mi pelo,

y lloro por las cosas más dulces y más tiernas

y atesoro recuerdos

brotando entre mis huesos

y soy una infinita espiral que se retuerce

entre lunas y soles,

avanzando en los días,

desenrollando el tiempo

con miedo o desparpajo,

desenvainando estrellas

para subir más alto, más arriba,

dándole caza al aire,

gozándome en el ser que me sustenta,

en la eterna marea de aflujos y reflujos

que mueve el universo

y que impulsa los giros redondos de la tierra.

 

Soy la mujer que piensa.

Algún día

mis ojos

encenderán luciérnagas.

 

Gioconda Belli

martes, 20 de octubre de 2020

LA VIDA SENCILLA

 

LA VIDA SENCILLA

 

 Llamar al pan y que aparezca

sobre el mantel el pan cada día;

darle al sudor lo suyo darle al sueño

y al breve paraíso y al infierno

y al cuerpo y al minuto lo que piden;

reír como el mar ríe, el viento ríe,

sin que la risa suene a vidrios rotos,

beber y en la embriaguez asir la vida,

bailar el baile sin perder el paso,

tocar la mano de un desconocido

en un día de piedra y agonía

y que esa mano tenga la firmeza

que no tuvo la mano del amigo;

probar la soledad sin que el vinagre

haga torcer mi boca, ni repita

mis muecas el espejo, ni el silencio

se erice con los dientes que rechinan:

estas cuatro paredes , papel, yeso,

alfombra rala y foco amarillento?

No son aún el prometido infierno;

que no me duela más aquel deseo,

helado por el miedo, llaga fría,

quemadura de labios no besados:

el agua clara nunca se detiene

y hay frutas que se caen de maduras;

saber partir el pan y repartirlo,

el pan de una edad común a todos,

verdad de pan que a todos nos sustenta,

por cuya levadura soy un hombre,

un semejante entre mis semejantes: 

pelear por la vida de los vivos,

dar la vida a los vivos, a la vida,

y enterrar a los muertos y olvidarlos

como la tierra los olvida en frutos.

Y que a la hora de mi muerte logre

morir como los hombres y me alcance

el perdón y la ida perdurable

del polvo, de los frutos y del polvo.

 

OctavioPaz


lunes, 19 de octubre de 2020

BAJO TU SOMBRA CLARA

 

BAJO TU SOMBRA CLARA

 

 

Un cuerpo, un cuerpo solo, un solo cuerpo

un cuerpo como día derramado

y noche devorada;

la luz de unos cabellos

que no apaciguan nunca

la sombra de mi tacto;

una garganta, un vientre que amanece

como el mar que se enciende

cuando toca la frente de la aurora;

unos tobillos, puentes del verano;

unos muslos nocturnos que se hunden

en la música verde de la tarde;

un pecho que se alza

y arrasa las espumas;

un cuello, solo un cuello,

unas manos tan solo,

unas palabras lentas que descienden

como arena caída en otra arena…

 

Esto que se me escapa,

agua y delicia obscura,

mar naciendo o muriendo;

estos labios y dientes,

estos ojos hambrientos,

me desnudan de mí

y su furiosa gracia me levanta

hasta los quietos cielos

donde vibra el instante;

la cima de los besos,

la plenitud del mundo y  de sus formas.

 

Octavio Paz

miércoles, 14 de octubre de 2020

VIENTOS HURACANADOS "NUESTRAS POETAS MUJERES"

  



LUCÍA SERRANO

 

Dentro del apartado “Nuestras poetas mujeres”, traemos a Lucía Serrano.

Poeta nacida en Argentina, donde ha compartido gran parte de su vida con nuestro país pasando  tiempo en Madrid y visitando Alcalá de Henares ofreciendo recitales y presentaciones de libros. Poeta vinculada a la Escuela de Poesía y Psicoanálisis Grupo Cero.  Su poesía fuerte, profunda capaz de sacar el arrojo imprevisible de los entresijos del alma al exponer el amor, la lejanía, el hambre, el tumulto…, pero con un atisbo de sensualidad. 

Autora de varios libros de los que elegimos el siguiente poema: Vientos huracanados.

 

VIENTOS HURACANADOS

 

Me acerco al río más ancho del mundo y mientras diviso

lejana la tormenta, vientos huracanados del norte,

mezclan en apariencia todas mis ideas.

Viento de los locos te llaman, porque vas y vienes

en todas direcciones.

Levantas mis vestidos y sospecho la escena de amor contigo,

donde nacen hijos que vuelan hacia el cielo

Miro a mi alrededor las hojas caídas,

mueves los árboles altos, la copa entera y hasta las

raíces deben sentir tus vibraciones.

Camino lentamente gozando al verte danzar tu danza.

Mi cuerpo moviéndose por tu furia, estremece las ansias.

Como un huracán, tiras abajo lo más endeble, lo flojo,

lo que ya no sirve, y te alzas para seguir viajando

No tienes ningún miedo.

Tu altivez hamaca mis sueños y no quiero verte partir.

Sería capaz de quedarme atada a esa intemperie.

Tierra tenaz donde sospechan los visitantes.

Geografía que das vuelta al vacío de las formas sobre la rivera.

Se alegran las aguas cuando te acercas, ciego, exacto,

soberbio sobre las superficies.

Vientos huracanados, siembras en mis alrededores

tu explosiva carga húmeda, tu niebla, tu oleaje implacable.

Mientras tanto, aguardo las voces que vendrán con la tormenta,

y negras alturas no te detendrán.

A todo lo llevas por delante viento, el humo de algún

pastizal recién prendido, se aviva con tu brisa,

y el paraíso es ese tiempo sin derrotas.

Con el último rayo de luz, celebro el crepitar de tu transparencia,

muevo mis cabellos con el aire que amontonas,

quiero que termines esta danza macabra,

para volver a casa, mirar a lo lejos las distancias.

Ni siquiera recogí una palabra.

Sombras donde los pájaros ya no están.

Secretos del viento conversando conmigo en esta tarde gris,

para que los hombres levanten su cansancio.

Adonde irán las huellas lejanas de que te acompañan.

Hasta el río me pertenece cuando llegan los huracanados

vientos del norte sobre mi piel felina.

Una frescura de mar desciende empecinadamente

sobre el asfalto, arremolina lo muerto.

Esta noche, no existirá en el bosque, será todo del viento.

Despiertan los recuerdos, y es este aire de silencios,

leve caricia detenida.

Vuelve, asombraremos al miedo de los débiles,

y alguna gaviota volará nuestro cielo.

Alborotado decir del balanceo, entra al corazón,

para devolverle al viento tus palabras,

sosteniendo el desamparo del aire fresco.

Vientos que hablan conmigo.

Vientos del silencio.

Vientos de luz.

Extraña terquedad de los huracanados vientos.

Hoy no levantaré las velas,

aguardaré en la amarra tus ensueños.

 

Lucía Serrano

martes, 6 de octubre de 2020

AL VOLVER - "NUESTRAS POETAS MUJERES"

 Los integrantes del Taller de Poesía Grupo Cero de Alcalá de Henares, también integrantes de este blog, en las próximas publicaciones abrimos un bloque de poemas titulado "Nuestras mujeres poetas". Todos ellos pertenecientes a las mujeres que nos rodean actualmente: a las nuestras, a las que están al frente de los días adversos apaciaguando con sus versos, a las que luchan por una libertad transcrita en la palabra haciendo llegar el impulso de sobrevivir los estragos del hambre, las guerras y las enfermedades. Las que ponen en la suave piel una pincelada sonrisa al futuro por llegar y las que soliviantan la noche con el grito de la locura al avivar la pasión.



MARIANA ROMERO-NIEVA

Abrimos este apartado con Mariana Romero-Nieva, poeta de origen manchego pero afincada en Alcalá de Henares donde transcurre la mayor parte de su vida aunque siempre llevando su tierra con ella misma y también entre sus versos. Su poesía intimista, humana con una delicadeza capaz de transmitir templanza, bondad, reflexión y paz.


Autora de varios libros de los cuales elegimos un primer poema: AL VOLVER

AL VOLVER

 

Lo abandoné, buscando entre las sombras

luz que ansiaba en sueños juveniles

y, lenta, caminé sendas que asombraban

y, en extraños, busqué lo no  posible.

 

Ya, fuera de mi hogar, tarde luz

iluminan mi frente muy cansada

ilusiones y sueños ya perdidos,

voy buscando la sombra de mi casa.

 

Reclino el cuerpo cansado y ya marchito

en el tronco de la encina solitaria

y su sombra, podrida y lacrimosa,

me socorre caricias con sus ramas.

 

¡Es volver a la vida! Oigo el eco

y percibo la apetecida calma,

el tronco amigo, la tierra que me viera nacer

hoy me recibe con el rumor del agua.

 

Mi vida se agostó por los caminos

que dejan huella translúcida en el alma

y ahora quiero, desnuda de ilusiones,

morir por los caminos de mi infancia.

 

Mariana Romero-Nieva