Publicamos en el apartado de "POESÍA Y PINTURA", publicamos un poema de Leopoldo de Luis y una obra de Ramón Casas.
LA VIEJA ESTAMPA
caía fusilado y la capa sombría con dobleces históricos
de la semana trágica sobre
sus hombros cae.
La huelga general no es
blanca sábana
de paz obrera, sino rojo
manto
para los proletarios
perseguidos.
Al roce de herraduras en
la piedra del suelo
saltan igual que estrellas
de la revolución
chispas fugaces
y a la Escuela Moderna la
cierra a cal y llanto
la losa funeraria del
maestro
con estigmas masónicos.
(Hubo un joven poeta en
Sevilla
que no se olvidó nunca de
los ojos oscuros
y profundos de aquella
joven viuda:
Soledad Villafranca.)
Contra la multitud
agrupada en los muelles
barceloneses saltan los
caballos
y la guardia civil
restaura el orden.
¿El pueblo va a caballo y
el pueblo está en el suelo?
El pueblo ¿el opresor o el
oprimido?
¿El sombrío correaje o la
plebeya blusa?
¿Es cuestión de ropajes?
¿Discrimina la insignia?
¿El sable o el martillo?
¿El arma o la herramienta?
El pueblo contra el pueblo
y un caballo piafando.
Se amontonan la gente y
las preguntas.
¿Hay en cada individuo una
moral aislada
o una moral social los
unifica?
(Al fondo Kroporkin cruza
en la sombra
con las primeras hojas de
su Ética:
Hay un dolor común de los
hombres hermanos.)
Es una vieja estampa de
una España pasada
que ilustra algunos libros
y que recuerda muda
la lucha desigual de los
de abajo.
La plasmó Ramón Casas,
catalán modernista.
Leopoldo de Luis
Cuadro: Ramón Casas