jueves, 28 de enero de 2021

LA VIEJA ESTAMPA - "POESÍA Y PINTURA"

 Publicamos en  el apartado de "POESÍA Y PINTURA", publicamos un poema de Leopoldo de Luis y una obra de Ramón Casas.


 

LA VIEJA ESTAMPA

 

 Francisco Ferrer Guardia, mil novecientos nueve

caía fusilado y la capa sombría con dobleces históricos 

de la semana trágica sobre sus hombros cae.

La huelga general no es blanca sábana

de paz obrera, sino rojo manto

para los proletarios perseguidos.

 

Al roce de herraduras en la piedra del suelo

saltan igual que estrellas de la revolución

chispas fugaces

y a la Escuela Moderna la cierra a cal y llanto

la losa funeraria del maestro

con estigmas masónicos.

 

(Hubo un joven poeta en Sevilla

que no se olvidó nunca de los ojos oscuros

y profundos de aquella joven viuda:

Soledad Villafranca.)

 

Contra la multitud agrupada en los muelles

barceloneses saltan los caballos

y la guardia civil restaura el orden.

 

¿El pueblo va a caballo y el pueblo está en el suelo?

El pueblo ¿el opresor o el oprimido?

¿El sombrío correaje o la plebeya blusa?

 

¿Es cuestión de ropajes? ¿Discrimina la insignia?

¿El sable o el martillo? ¿El arma o la herramienta?

El pueblo contra el pueblo y un caballo piafando.

 

Se amontonan la gente y las preguntas.

¿Hay en cada individuo una moral aislada

o una moral social los unifica?

 

(Al fondo Kroporkin cruza en la sombra

con las primeras hojas de su Ética:

Hay un dolor común de los hombres hermanos.)

 

Es una vieja estampa de una España pasada

que ilustra algunos libros y que recuerda muda

la lucha desigual de los de abajo.

 

La plasmó Ramón Casas, catalán modernista.


Leopoldo de Luis

Cuadro: Ramón Casas

domingo, 24 de enero de 2021

TIZIANO - "POESÍA Y PINTURA"

  En el apartado de "POESÍA Y PINTURA", publicamos un poema de Rafael Alberti y una obra de Tiziano.



TIZIANO

 

Fue Dánae, fue Calixto, fue Diana,

fue Adonis y fue Baco, fue Cupido;

la cortesana azul mar veneciana,

el ceñidor de Venus desceñido,

la bucólica plástica suprema.

Fue a toda luz, a toda voz del tema.

        ¡Oh juventud! Tu nombre es el Tiziano.

Tu música, su fuente calurosa.

Tu belleza, el concierto de su mano.

Tu gracia, su sonrisa numerosa.

Lúdica edad, preámbulo sonoro,

divina y fiel desproporción de oro.

      El alto vientre esférico, el agudo

pezón saltante, errático en la orgía,

las más secretas sombras al desnudo.

Bacanal del color: su mediodía.

Colorean los ríos los Amores,

surtiendo en arco de sus ingles flores.

      No ignoran las alcobas ni el brocado

del cortinón que irisa el escarlata

cuánto acrecienta un cuerpo enamorado

sobre movidas sábanas de plata.

Nunca doró pincel en primavera

mejor cintura ni mayor cadera.

      Todo se dora. El siena que en lo umbrío

cuece la selva en una luz tostada

dora el ardor del sátiro cabrío

tras de la esquiva sáfica dorada;

y un rubio viento, umbrales y dinteles,

basamentos, columnas, capiteles.

      La vid que el alma de Dionisos dora,

del albo rostro de Jesús exuda,

y la Madre de Dios, Nuestra Señora,

de Afrodita de oro se desnuda.

Vuelca el Amor profano su áureo vino

en los manteles del Amor divino.

     ¡Amor! Eros infante que dispara

la más taladradora calentura;

venablo luminoso, flecha clara,

directa al corazón de la Pintura.

¿Cuándo otra edad vio plenitud más bella,

altor de luna, Miramar de estrella?

      Pintor del Piave di Cadore, eterno,

dichoso juvenil, vergel florido,

resplandeciente río sin invierno,

en el monte de Venus escondido.

Sean allí a tus prósperos verdores

Príapo el pincel, Adonis los colores.

 

Rafael Alberti

Cuadro "La Bacanal" de Tiziano

martes, 19 de enero de 2021

A GOYA - "POESÍA YPINTURA"

 En el apartado de "POESÍA Y PINTURA", publicamos un poema de Rubén Darío y una obra de Francisco de Goya.


A GOYA

 

– XXVIII –

Poderoso visionario,
raro ingenio temerario,
por ti enciendo mi incensario.

Por ti, cuya gran paleta,
caprichosa, brusca, inquieta,
debe amar todo poeta;

por tus lóbregas visiones,
tus blancas irradiaciones,
tus negros y bermellones;

por tus colores dantescos,
por tus majos pintorescos,
y las glorias de tus frescos.

Porque entra en tu gran tesoro
el diestro que mata al toro,
la niña de rizos de oro,

y con el bravo torero,
el infante, el caballero,
la mantilla y el pandero.

Tu loca mano dibuja
la silueta de la bruja
que en la sombra se arrebuja,

y aprende una abracadabra
del diablo patas de cabra
que hace una mueca macabra.

Musa soberbia y confusa,
ángel, espectro, medusa.
Tal aparece tu musa.

Tu pincel asombra, hechiza,
ya en sus claros electriza,
ya en sus sombras sinfoniza;

con las manolas amables,
los reyes, los miserables,
o los cristos lamentables.

En tu claroscuro brilla
la luz muerta y amarilla
de la horrenda pesadilla,

o hace encender tu pincel
los rojos labios de miel
o la sangre del clavel.

Tienen ojos asesinos
en sus semblantes divinos
tus ángeles femeninos.

Tu caprichosa alegría
mezclaba la luz del día
con la noche oscura y fría:

Así es de ver y admirar
tu misteriosa y sin par
pintura crepuscular.

De lo que da testimonio:
por tus frescos, San Antonio;
por tus brujas, el demonio.

Rubén Darío

Frescos de San Antonio: Francisco de Goya

sábado, 16 de enero de 2021

TÚ, HICISTE AQUELLA OBRA - "POESÍA Y PINTURA"

  Siguiendo el apartado de "POESÍA Y PINTURA", publicamos un poema de Rafael Alberti y una obra de Pablo Picasso.


 

TÚ HICISTE AQUELLA OBRA

 

 

Tú hiciste aquella obra y le pusiste un título.

Ése y no otro. Siempre,

desde el primer llanto del mundo,

las guerras fueron conocidas,

las batallas tuvieron cada una su nombre.

Tú habías vivido una:

la primera más terrible de todas.

Y, sin embargo, mientras

a tu mejor amigo, Apollinaire,

un casco de metralla le tocaba las sienes,

tu desvelada mano,

y no a muchos kilómetros de lo que sucedía,

continuaba inventando la nueva realidad maravillosa

tan llena de futuro.

Pero cuando después,

a casi veinte años de distancia,

fue tocado aquel toro,

el mismo que arremete por tus venas,

bajaste sin que nadie lo ordenara

a la mitad del ruedo,

al centro ensangrentado de la arena de España.

Y embestiste con furia,

levantaste hasta el cielo tu lamento,

los gritos del caballo

y sacaste a las madres los dientes de la ira

con los niños tronchados,

presentaste por tierra la rota espada del defensor caído,

las médulas cortadas y los nervios tirantes afuera de la piel,

la angustia, la agonía, la rabia y el asombro de ti mismo,

tu pueblo,

del que saliste un día.

Y no llamaste a esto ni el Marne ni Verdún ni ningún otro nombre merecedor del recuerdo más hondo

(aunque allí la matanza fue mucho más terrible).

Lo llamaste Guernica.

Y es el pueblo español

el que está siempre allí,

el que tuvo el arrojo de poner en tu mano

esa luz gris y blanca que salió entonces de su sangre

para que iluminaras su memoria.

 

Rafael Alberti

Cuadro "Guernica" de Pablo Picasso

miércoles, 13 de enero de 2021

LA JIRAFA ARDIENTE - "POESÍA Y PINTURA"

 Dentro del apartado de "POESÍA Y PINTURA", publicamos un poema de Leopoldo de Luis y una obra de Salvador Dalí.


 

LA JIRAFA ARDIENTE

 

(Dalí)

Cuello de roja llama que flamea

al viento de pirámides azules,

perseguido animal de esbelto fuego

                               por planicies desnudas.

 

Una mujer toda de cajas verdes,

de secretos andamios ambulantes,

desde su estatua va crecer la hoguera

                              y la rechaza trágica.

 

Claves para el misterio: fuego o bronce,

carrera ardiente o cuerpo apuntalado;

el secreto se quema o se atesora.

                              Llama o arca, la vida.

 

Leopoldo de Luis.

Cuadro "La jirafa ardiente" de Salvador Dalí

domingo, 10 de enero de 2021

NINFA Y PASTOR - "POESÍA Y PINTURA"

 Siguiendo en el apartado de "POESÍA Y PINTURA", publicamos un poema de Luis Cernuda y una obra de Tiziano Vecellio di Gregorio


NINFA Y PASTOR

 

Lo que mueve a l santo,

la renuncia del santo

(Niega tus deseos

Y hallarás entonces

Lo que tu corazón desea),

Son sobrehumanos. Ahí te inclinas y pasas,

Porque algunos nacieron para santos

Y otros para ser hombres.

 

Acaso cerca de dejar la vida,

De nada arrepentido y siempre enamorado,

Y con pasión que no desmienta a la primera,

Quisieras, como aquel pintor viejo,

Una vez más representar la forma humana,

Hablando silencioso con ciencia ya admirable.

 

El cuadro aquel aún miras,

Ya no en su realidad, en la memoria;

La ninfa desnuda y reclinada,

Y a su lado el pastor, absorto todo

De carnal hermosura.

El fondo neutro, insinuado

Por el pincel apenas.

 

La luz entera mana

Del cuerpo de la ninfa, que es el centro

Del lienzo, su razón y su gozo;

La huella curadora fresca en él todavía,

La huella de los dedos enamorados

Que, bajo su caricia, lo animaran

Con candor animal y con gracia terrestre.

 

Desnuda y  reclinada contemplamos

Esa curva adorable, base de la espalda,

Donde el pintor se demoró, usando con ternura

Diestra, no el pincel, mas los dedos,

Con ahínco de amor y de trabajo

Que son un acto solo, la cifra de una vida

Perfecta al acabar, igual que el sol a veces

Demora su esplendor cercano del ocaso.

 

Y cuánto había amado, había vivido,

Había pintado cuando pinto ese cuderpo:

Cerca de los cien años prodigiosos;

Más su fervor humano, agradecido al mundo,

Inocente aún era en él, como en el mozo

Destinado a ser hombre sólo y para siempre.

 

Luis Cernuda

Ninfa y Pastor de Tiziano

jueves, 7 de enero de 2021

PASIONES TERRESTRES - "POESÍA Y PINTURA"

 

POESÍA Y PINTURA

 Abrimos un nuevo apartado en nuestro blog. Este articula la poesía con la pintura, durante algún tiempo se publicarán poemas de poetas, algunos  reconocidos y otros no tanto, en los que se reflejará una obra pictórica a la par del poema. La poesía y la pintura varias veces han ido de la mano a lo largo de la historia de las artes, al igual que hay muchos poemas musicalizados que en algún momento rescataremos

Comenzamos con el poeta Enrique Molina y una obra del pintor Paul Gauguin.



PASIONES TERRESTRES


                                                                          A Vahine
                                               (pintada por Gauguin)


Negra Vahíne,
tu oscura trenza hacia tus pechos tibios
baja con su perfume de amapolas,
con su tallo que nutre la luz fosforescente,
y miras melancólica cómo el clima te cubre
de antiguas hojas, cuyo rey es sólo
un soplo de la estación dormida en medio del viento,
donde yaces ahora, inmóvil como el cielo,
mientras sostienes una flor sin nombre,
un testimonio de la desamparada primavera en que moras.

¿Conservará la sombra de tus labios
el beso de Gauguin, como una terca gota de salmuera
corroyendo hasta el fondo de tu infierno
la inocencia -el obstinado y ciego afán de tu ser-;
ya errante en la centella de los muertos,
lejana criatura del océano...?

¿Dónde labra tu tumba
el ácido marino?
Oh Vahíne, ¿dónde existes
ya sólo como piedra sobre arenas azules,
como techo de paja batido por el trópico,
como una fruta, un cántaro, una seta
que pueblan los espíritus del fuego, picada por los pájaros,
pura en la antología de la muerte...?

No una guirnalda de sonrisas,
no un espejuelo de melosas luces,
sino una ley furiosa, una radiante ofensa al peso de los días
era lo que él buscaba, junto a tu piel,
junto a tus chatas fuentes de madera,
entre los grandes árboles,
cuando la soledad, la rebeldía,
azuzaban en su alma
la apasionada fuga de las cosas.
Porque ¿qué ansía un hombre
sino sobrepujar una costumbre llena de polvo y tedio?

Ahora, Vahíne, me contemplas sola,
a través de una niebla azotada por el vuelo de tantas invisibles
aves muertas.
Y oyes mi vida que a tus pies se esparce
como una ola, un término de espumas
extrañamente lejos de tu orilla.

Enrique Molina

Autor del cuadro: Paul Gauguin