Siguiendo el apartado de "POESÍA Y PINTURA", publicamos un poema de Rafael Alberti y una obra de Pablo Picasso.
TÚ HICISTE AQUELLA
OBRA
Tú
hiciste aquella obra y le pusiste un título.
Ése
y no otro. Siempre,
desde
el primer llanto del mundo,
las
guerras fueron conocidas,
las
batallas tuvieron cada una su nombre.
Tú
habías vivido una:
la
primera más terrible de todas.
Y,
sin embargo, mientras
a
tu mejor amigo, Apollinaire,
un
casco de metralla le tocaba las sienes,
tu
desvelada mano,
y
no a muchos kilómetros de lo que sucedía,
continuaba
inventando la nueva realidad maravillosa
tan
llena de futuro.
Pero
cuando después,
a
casi veinte años de distancia,
fue
tocado aquel toro,
el
mismo que arremete por tus venas,
bajaste
sin que nadie lo ordenara
a
la mitad del ruedo,
al
centro ensangrentado de la arena de España.
Y
embestiste con furia,
levantaste
hasta el cielo tu lamento,
los
gritos del caballo
y
sacaste a las madres los dientes de la ira
con
los niños tronchados,
presentaste
por tierra la rota espada del defensor caído,
las
médulas cortadas y los nervios tirantes afuera de la piel,
la
angustia, la agonía, la rabia y el asombro de ti mismo,
tu
pueblo,
del
que saliste un día.
Y
no llamaste a esto ni el Marne ni Verdún ni ningún otro nombre merecedor del
recuerdo más hondo
(aunque
allí la matanza fue mucho más terrible).
Lo
llamaste Guernica.
Y
es el pueblo español
el
que está siempre allí,
el
que tuvo el arrojo de poner en tu mano
esa
luz gris y blanca que salió entonces de su sangre
para
que iluminaras su memoria.
Rafael
Alberti
Cuadro "Guernica" de Pablo Picasso
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