lunes, 29 de junio de 2020

CREDO




CREDO


Aquí estoy…
En este mundo todavía… viejo y cansado… esperando
a que me llamen…
Muchas veces he querido escaparme por la puerta maldita
y condenada
y siempre un ángel invisible me ha tocado en el hombro
y me ha  dicho severo:
No, no es la hora todavía… hay que esperar…
Y aquí estoy esperando…
con el mismo traje viejo de ayer,
haciendo recuentos y memoria,
hacienda examen de conciencia,
escudriñando agudamente mi vida…
¡Qué desastre!... ¡Ni un talento!... todo lo perdí.
Sólo mis ojos saben aún llorar. Esto es lo que me queda…
Y mi esperanza se levanta para decir acongojada:
Otra vez lo haré mejor, Señor,
porque … ¿no es cierto que volvemos a nacer?
¿No es cierto que de alguna manera volvemos a nacer?
Creo que Dios nos da siempre otra vida,
otras vidas nuevas,
otros cuerpos con otras herramientas,
con otros instrumentos… otras cajas sonoras
donde el alma inmortal y viajera se mueva mejor
para ir corrigiendo lentamente,
muy lentamente, a través de los siglos,
nuestros viejos pecados,
nuestros tercos pecados…
para ir eliminando poco a poco
el veneno original de nuestra sangre
que viene de muy lejos.
Corre el tiempo y lo derrumba todo, lo transforma todo.
Sin embargo pasan lo siglos y el alma está, en otro sitio…
¡pero está!
Creo que tenemos muchas vidas,
que todas son purgatorios sucesivos,
y que esos purgatorios sucesivos, todos juntos,
constituyen  el infierno, el infierno purificador,
al final del cual está la Luz, el Gran Dios, esperándonos.
Ni el infierno… ni el fuego y el dolor son eternos.
Sólo la Luz brilla sin tregua,
diamantina,
infinita,
misericordiosa,
perdurable por los siglos de los siglos…
Ahí está siempre con sus divinos atributos.
Sólo mis ojos hoy son incapaces de verla…
estos pobres ojos que no saben aún más que llorar.

León Felipe
Autor del cuadro: Caspar David Fredrich

domingo, 28 de junio de 2020

COMO HA DE SER TU VOZ...




COMO HA DE SER TU VOZ…


Ten una voz, mujer,
que pueda
decir mis versos 
y pueda
volverme sin enojo, cuando sueñe
desde el cielo a la tierra…
Ten una voz, mujer,
que cuando me despierte no me hiera…
Ten una voz, mujer, que no haga daño
cuando me pregunte: ¿Qué piensas?
Ten una voz, mujer,
que pueda
cuando yo esté contando
las estrellas
decirme de tal modo
¿qué cuentas?
Que al volver hacia ti los ojos
crea
que pasé contando
de una estrella
a otra estrella.
Ten una voz, mujer, que sea
cordial como mi verso
y clara como una estrella.

León Felipe

sábado, 27 de junio de 2020

CON LAS PIEDRAS SAGRADAS



CON LAS PIEDRAS SAGRADAS



Con las piedras sagradas
de los templos caídos
grava menuda hicieron
los martillos
largos
de los picapedreros analíticos.
Después,
sobre esta grava, se ha vertido
el asfalto negro y viscoso
de los pesimismos.
Y ahora… ahora, con esta mezcla extraña,
se han abierto calzadas y caminos
por donde el cascabel de la esperanza
acelera su ritmo.

León Felipe 


jueves, 25 de junio de 2020

ROMERO SOLO



ROMERO SOLO

Ser en la vida romero,
romero sólo que cruza siempre por caminos nuevos.
Ser en la vida romero,
sin más oficio, sin otro nombre y sin pueblo.
Ser en la vida romero, romero…, sólo romero.
Que no hagan callo las cosas ni en el alma ni en el cuerpo,
pasar por todo una vez, una vez sólo y ligero,
ligero, siempre ligero.

Que no se acostumbre el pie a pisar el mismo suelo,
ni el tablado de la farsa, ni la losa de los templos
para que nunca recemos
como el sacristán los rezos,
ni como el cómico viejo
digamos los versos.
La mano ociosa es quien tiene más fino el tacto en los dedos,
decía el príncipe Hamlet, viendo
cómo cavaba una fosa y cantaba al mismo tiempo
un sepulturero.
No sabiendo los oficios los haremos con respeto.
Para enterrar a los muertos
como debemos
cualquiera sirve, cualquiera… menos un sepulturero.
Un día todos sabemos
hacer justicia. Tan bien como el rey hebreo
la hizo Sancho el escudero
y el villano Pedro Crespo.

Que no hagan callo las cosas ni en el alma ni en el cuerpo.
Pasar por todo una vez, una vez sólo y ligero,
ligero, siempre ligero.

Sensibles a todo viento
y bajo todos los cielos,
poetas, nunca cantemos
la vida de un mismo pueblo
ni la flor de un solo huerto.
Que sean todos los pueblos
y todos los huertos nuestros.

León Felipe




jueves, 18 de junio de 2020

RENUNCIO A MORIR



RENUNCIO A MORIR


Era el otoño y la hoja de aquel árbol
temblaba. También yo, también nosotros
teníamos un temblor nuevo, una nueva
y enfebrecida tarde. Como el mar
que rompe hacia las rocas y las vence,
así serás tú, estudiante. Conocía
tu soledad, tu  cuerpo, desde antes
de ver tu cuerpo y ver tu soledad.
“¿Estudias muchos?” “Estudio poco”. “¿Vives
poco?” “No, vivo mucho”. Parecía
que tus palabras me arrastraban,
era todo tan nuestro de verdad, tan bello
de verdad, tan sencillo. Me acordaba
de aquel niño lejano que aún creía
en Dios, en sus milagros. (Madre, madre,
un día vendrá Dios hasta los pobres
y hará justicia). Mientras, era el campo,
fijamente mirábamos el campo
verde, universitario, lentamente
se humedecía la yerba. Era de oro
la hoja del árbol y temblaba, era
no sé de qué tu corazón y abría
sus puertas a la yerva verde y húmeda.
Náufragos del jardín, resucitábamos,
llegábamos a amarnos, me perdía,
me salvaba, dudé, toqué las llagas
de aquel paisaje con los dedos como
se toca un árbol, una flor, un cuerpo:
para creer. Olía a vida. Se
respiraba la vida. De repente
alguien, en viento nos dejó sin libros,
nos hizo dioses. Y quedamos solos,
frente a frente, mirando aquellos campos
solitarios, y libres, y vencidos,
a nuestros pies. Podía renunciarse
a morir ante aquel milagro. “Pero
¿me escuchas, me comprendes, vas conmigo?

Era el otoño y la hoja de aquel árbol,
que era de oro de verdad, temblaba.

Carlos Sahagún


martes, 16 de junio de 2020

FLORES Y GUSANOS


FLORES Y GUSANOS


Dejen dar a las flores un paseo
en lunes, para que pueda ver
diez margaritas en un florero azul
con, quizás una hormiga roja
trepando hacia el centro de oro.
Un pedazo de campo en mi mesa,
cerca de los gusanos que se agitan deslumbrados,
moviéndose en el fondo de su viscosidad,
moviéndose en lo profundo del abdomen de dios,
moviéndose como aceite en el agua
deslizándose al través de la buena tierra.

Las margaritas crecen salvajes
como palomitas de maíz.
Ellas son la promesa de dios en el campo.
Soy  tan feliz de amarlas, margaritas.
Así como ustedes de ser amadas,
y encontrarlas mágicas, como un secreto
del indolente campo.
Si todo el mundo recogiera margaritas
las guerras terminarían, cesaría el frío común,
el desempleo terminaría, el mercado monetario se mantendría estable y no habría flotación de ninguna moneda.

Escucha mundo.
Si te tomaras el tiempo de recoger
las flores blancas de corazón cobrizo,
todo estaría mejor.
Ellas son humildes, son tan buenas como la sal.
Si alguien las hubiera llevado diariamente
al cuarto de Van Gogh, su oreja se hubiera quedado en su sitio.

Me gusta pensar que nadie moriría nunca mas
si todos creyéramos en las margaritas,
pero los gusanos lo saben mejor, ¿no es cierto?
Ellos se deslizan en el oído del cadáver
escuchando sus grandes suspiros.

Anne Sexton
Autor del cuadro: Vincent Van Gogh

sábado, 13 de junio de 2020

NOCHE CERRADA




NOCHE CERRADA


Fue en la infancia, a la vera de los caminos, en el humo perdido
de los barcos que se alejaron.
Con ellos se marchaba mi corazón, con rumbo cierto
de eternidad. Y más allá, donde nuestra mirada no llegaba,
por pequeña o por triste, algo nos sostenía.
Dios, el abuelo de los niños, repartiendo
las gaviotas por el azul sin límites, estaba con nosotros
y dejaba su mano cansada en nuestros hombros.
Por qué pensar en cosas tristes. Mis padres
volvían del trabajo con  ira, se vivía mal en casa,
eran tiempos difíciles y oscuros.
Y, sin embargo, vi palomas, estoy cierto, tuve apego a las
atareadas de mi madre,
directamente conocí la vida
como algo, más o menos alegre, que no tenía final.
Yo siempre tuve un alma navegante
y una gran esperanza.
Desde el punto de vista de aquel niño
todo era claro y mañanero, quiero decir, todo era
mentira, puro engaño. Tú no estabas allí,
ni aquí, a la vera de los caminos, ni en le humo perdido
de los barcos. Un muchacho lloraba
frente al acantilado, bajo la dura enseña
de la noche sin Dios.

Carlos Sahagún
Autor del cuadro: Van Gogh

jueves, 11 de junio de 2020

BUENOS AIRES COLINA CHATA



BUENOS AIRES COLINA CHATA


Sobre una colina chata
Garay trazó cuatro vientos;
por un costado La Pampa,
al otro lado un Riachuelo
y el río contra la espalda
y contra el pecho el desierto
con su horizonte de paja
y su techumbre de cielo.
Garay trazó diez manzanas
sobre un cuadrado perfecto
y el sitio de las campanas
y el lugar de su gobierno
y las casas capitanas
y los tejados modestos
y el ámbito de la plaza
para los grandes recuerdos.
Garay trazó con su espada
la forma de un pueblo nuevo.

¿Cómo era la pampa aquella
sin gauchos y sin cencerros,
sin chinas, ranchos, ni güeyas,
sin boliches ni puesteros?
¿Cómo era entonces La Pampa
sin estancias ni potreros,
sin una sola guitarra,
sin el ladrido de un perro?...
¿Sin un mazo de baraja,
sin el grito de un resero,
sin un fogón y una casa,
sin un mate y sin un cuento?...

Sólo era una pampa pampa,
con un desierto desierto
y su horizonte de paja
y su techumbre de cielo.
Qué raro que se quedaran
los españoles aquellos,
atados a las distancias
clavados a los silencios.
Tal vez porque ya eran otros
distintos de los primeros.
Tal vez porque ya eran criollos
a fuerza de sufrimientos.
Porque llegaron del norte
inaugurando senderos
madurados por los soles
y las lluvias de febrero.

Homero Manzi
Autor del cuadro: Leonid Afremov

martes, 9 de junio de 2020

A VECES



A VECES


A veces
alguien te sonríe tímidamente en un supermercado,
alguien te da un pañuelo
alguien te pregunta con pasión, qué día es hoy en la sala de espera del dentista
alguien mira a tu amante o a tu hombre con envidia
alguien oye tu nombre y se pone a llorar.

A veces  
encuentras en las páginas de un libro una vieja foto
de la persona que amas y eso te da un tremendo escalofrío
vuelas sobre el Atlántico a más de mil kilómetros
por hora y piensas en sus ojos y en su pelo
estás en una celda mal iluminada y te acuerdas de un día luminoso
tocas un pie y te enervas como una quinceañera
regalas un sombrero y empiezas a dar gritos.

A veces
una muchacha canta y estás triste y la quieres,
un ingeniero agrónomo te saca de quicio
una sirena te hace pensar en un bombero o en un equilibrista
una muñeca rusa te incita a levantarle las faldas a tu prima
un viejo pantalón te hace desear con furia y con dulzura a tu marido.

A veces
explican por la radio una historia ridícula y recuerdas a un hombre que en vida fue tu amigo
disparan contra ti sin acertar y huyes pensando en tu mujer y en tu hija
ordenan que hagáis esto o aquello y enseguida te enamoras de quien no hace ni caso hablan del tiempo y sueñas en una chica egipcia
apagan las luces de la sala y ya buscas la mano de tu amigo.

A veces
esperando en un bar a que ella vuelva escribes un poema en una servilleta de papel muy fino
hablan en catalán y quisieras de gozo o lo que sea morder a tu vecina
subes una escalera y piensas que sería bonito que el chico que te gusta te violara antes del cuarto piso
repican las campanas y amas al campanero  o al cura o a Dios si es que existiera
miras a quien te mira y quisieras tener el poder necesario para ordenar que en ese instante se detuvieran todos los relojes del mundo.

A veces
sólo a veces gran amor.

José Agustín Goytisolo
 Autor del cuadro: Jean Frédéric Bazille

domingo, 7 de junio de 2020

CUERPO DESNUDO



CUERPO DESNUDO


Y vienes y te quedas 
blanca, casi de mármol,
como un escalón puro para subir a Dios.

No sé qué hacer, dónde buscar
mis palabras más verdaderas, cómo decirte
que llevo en la mirada reflejado tu pecho,
y los brazos me caen, como en derribo,
al verte aquí, a mi lado, morena, lejos siempre.
Voy hacia ti como hacia el mar, despliego
las velas, ay, las alas de mi infancia,
veloz mi corazón cruza la arena,
se me dobla el dolor, te miro
toda agua navegable, toda
pequeña,
como una estrella húmeda y parada.

Rodeado de naranjos, asombrándome
de ver los pájaros de oro,
era yo niño, comí
pan duro entre las manos vivas de mi madre,
y los zapatos rotos me hacían sentir la tierra,
mientras la tierra iba levantándome a hombre sin remedio.

Quisiera haberte visto entonces, cuando
las calles bombardeadas. Ven,
dame la mano, sube
conmigo al monte negro de la pena.
Dame la mano, dime
si he de morir, si voy a ser eterno,
déjame repartirte como un pan por mis brazos.
Pero qué importa, ya que importa,
ya para qué acordarme, si hoy te quedas
desnuda, inmóvil,
si hoy has crecido tanto
que olvido y rompo aquella infancia de humo
y voy a ti en silencio como un rayo de luz.

Carlos Sahagún
Autor del cuadro: Julio Romero de Torres


jueves, 4 de junio de 2020

ALBA DE MI SILENCIO




ALBA DE MI SILENCIO


En ti me he silenciado…
El corazón del mundo
está en tus ojos, que se vuelan
mirándome.

No quiero levantarme de tu frente fecunda
en donde acuesto el sueño de seguirme en tu alma.

Casi me siento niña de amor que llega hasta los pájaros.
Me voy muriendo  en mis años de angustia
para quedar en ti
como corola recién en brote al sol…

No hay una sola brisa que no sepa mi sombra
ni camino que no alargue mi canción hasta el cielo.

¡Canción silenciada de plenitud!
En ti me he silenciado…

La hora más sencilla para amarte es ésta
en que voy por la vida dolida del alba.

Julia de Burgos
Autor del cuadro: Edward Hopper

martes, 2 de junio de 2020

GENERACION MILLENIUM



GENERACIÓN MILLENIUM


Vosotros,
los que nacidos entre la sociabilidad
y lo académico en vuestras manos,
aún no habéis emprendido vuestro camino,
aún estáis deambulando por los recovecos del destino,
y no habéis centralizado vuestros anhelos,
a los que todavía no habéis apartado las piedras del camino,
y los que habiendo fructificado el saber
habéis cruzado océanos lejos del hogar;
aún viniendo de una cuna arropada por la libertad.

Vuestra estirpe de lucha,
de otros que quisieron decorar el mundo de saber,
salieron a la calle con sus banderas en pos de una igualdad
y un bienestar,
los que amaron hasta la eternidad un futuro bienhechor.
Aquellos que empuñaron con ahínco la voz
rompiendo el fuelle de la tiranía,
salieron a las calles entonando ¡libertad!
Y lucharon contra el polvo amarillento de sus alcobas.
El horizonte era pulir el linaje del futuro,
obsequiar con el valor a los que estaban por nacer.

A pesar de ello, vosotros,
los que habéis abierto un nuevo siglo,
recogéis una siembra manchada por incertidumbres extrañas,
robándoos los mejores años,
y la osadía de una huída hacia el frente.
En vuestros días surge la transgresión entre colosos
por el imperio de las letras,
mancillando la sabiduría
y atribulando la ciencia con la certidumbre escarnecida.
El latigazo de un sublime atropello del poder sobre el oro
vuelve a caer en la sien hendiendo el decoro
con la tropelía del hambre.

Aún sin levantar la vista al ingenio
otra ola de dolor, dicen venir de oriente,
de nombre pandemia azotando el universo,
vuelve a ensombrecer vuestros límites
y otra vez vuelve a dejaros desnudos,
sin palabras, sin adioses, sin fortuna,
despojando la brillantez de vuestros días.
Más tenéis el ímpetu de aunar fuerzas sin temor
entre vosotros y vuestro origen sosteniendo
el baluarte de la creatividad y el emprendimiento.
Cogedlo, es vuestro.

Gloria Gómez
Autor del cuadro: Joaquín Sorolla

lunes, 1 de junio de 2020

GUÍA POÉTICA



GUÍA POÉTICA


  1. Si vives con un poema, morirás solo.
  2. Si vives con dos poemas, te verás obligado al final a traicionara uno.
  3. Si en el momento ñeque escribes llevas corona,
       los otros se burlarán de ti.
  1. Si en el el momento en que escribe no llevas corona,
      te engañarás a ti mismo.
  1. Si elogias tus poemas, te querrán los tonitos.
  2. Si elogias tus poemas y amas a los tontos,
      dejarás de escribir.
  1. Si escribes un poema y elogias el poema de otro,
      se enamorará de ti una bella mujer.
  1. Si escribes un poema y elogias exageradamente
      el poema de otro,
            te traicionará una bella mujer.
  1. Si dejas tus poemas desnudos,
      te obsesionará el miedosa la muerte.
  1. Si te obsesiona el miedo a la muerte,
      tus poemas te dirán la verdad
      la fama es una mentira
PD. Si reniegas de tus poemas por la prosa,
saldrás seguramente ganando.
La poesía aguantará sin ti

Jaris Vlavianós
Autor del cuadro: Jean Honoré Fragonard