jueves, 30 de abril de 2020

SOLEDAD



SOLEDAD


En ti estás todo, mar, y sin embargo,
¡qué sin ti estás, qué solo,
qué lejos, siempre, de ti mismo!

Abierto en mil heridas, cada instante,
cual mi frente,
tus olas van, como mis pensamientos,
y vienen, van y vienen,
besándose, apartándose,
en un eterno conocerse, mar, y desconocerse.

Eres tú, y no lo sabes,  
tu corazón te late y no lo siente…
¡Qué plenitud de soledad, mar solo!

Juan Ramón Jiménez


miércoles, 29 de abril de 2020

CANCIÓN



CANCIÓN

Llueve en este poema
Eduardo Carranza

Llueve. La tarde es una
hoja de niebla. Llueve.
La tarde está  mojada
de tu misma tristeza.
A veces viene el aire
con su canción. A veces…
Siento el alma apretada
contra tu voz ausente.
Llueve. Y estoy pensando
en ti. Y estoy soñando.
Nadie vendrá esta tarde
a mi dolor cerrado.
Nadie. Solo tu ausencia
que me duele en las horas.
Mañana tu presencia regresará en la rosa.
Yo pienso –cae la lluvia—
nunca como las frutas.
Niña como las frutas,
grata como una fiesta
hoy está atardeciendo
tu nombre en mi poema.
A veces viene el agua
a mirar la ventana.
Y tú no estás
A veces te presiento cercana.
Humildemente y todo
humilde: los jazmines
los rosales del huerto
y mi llanto en declive.
Oh, corazón ausente:
qué grande es ser humilde!

Gabriel García Márquez




martes, 28 de abril de 2020

AMOR PERDIDO - LA JUVENTUD- VI


AMOR PERDIDO
LA JUVENTUD
VI

No estamos, exactamente, en ningún sitio,
somos esos arcángeles negros,
que sólo aparecen  para enfrentarse con la muerte.

Vivir, vivir en el deseo, sin hambre, sin sueño,
invencibles en nuestro empecinamiento de vivir.
Y así comenzamos cada día, ciegos amantes del sol,
pero, también, enloquecidos amantes de la lluvia
y nos dejamos llevar por el viento de los huracanes
y nunca necesitamos volver a ningún sitio
porque de ningún sitio somos o hemos partido.

La vida nos entra por los ojos, casi siempre
y nos burlamos de todo lo que nos circunda,
sin otra razón que estas crueles lágrimas,
que no pensamos derramar,
que no pensamos ofrecer a ningún Dios,
porque nosotros somos dioses en nuestra burla
y ni siquiera ambicionamos morir
porque de alguna manera ya hemos muerto.

Miguel Óscar Menassa

lunes, 27 de abril de 2020

A MI BUITRE


A MI BUITRE  


Este buitre voraz de ceño torvo
que me devora las entrañas fiero
y es mi único constante compañero
labra mis penas con su pico corvo.

El día en que le toque el postrer sorbo
apurar de mi negra sangre, quiero
que me dejéis con él solo y señero
un momento, sin nadie como estorbo.

Pues quiero, triunfo haciendo mi agonía
mientras él mi último despojo traga,
sorprender en sus ojos la sombría

mirada al ver la suerte que le amaga
sin esta presa en que satisfacía
el hambre atroz que nunca se le apaga.

Miguel de Unamuno

domingo, 26 de abril de 2020

EL BUSCADOR DE ORQUÍDEAS


EL BUSCADOR DE ORQUÍDEAS


No había en casa libros adecuados
para el desasosiego adolescente.
Los de urbanismo eran aburridos
y Cataluña, pueblo desdichado
me parecía un título muy triste.
Cogí el Mein Kampf, un breve libro negro
que tomé por profundo. Así empecé
por el lugar más sucio de la literatura.
Las palabras de Hitler, tan vulgares,
eran un pozo negro.
No lo he olvidado, pese a que no lo recuerdo.
Me di de bruces con la realidad.
Fue allí donde empezó la poesía,
difícil y sin falsas esperanzas.
He hecho siempre como el jabalí,
que busca y, delicado, escoge y come
el bulbo –conocido como el orquis-
de la orquídea.

Joan Margarit

sábado, 25 de abril de 2020

DÍAS DE ABRIL



DÍAS DE ABRIL


Los pájaros de aquella primavera
es lo que escucho ahora en mi silencio,
pendientes de cambiar cantos por lágrimas.
El ataúd y el canto de los pájaros
no puedo separarlos desde entonces.
Sólo me nutre ya la inteligencia,
que prefiere el invierno con sus charcos helados,
caras grises y suaves por el frío.
Los campos que parecen estar muertos,
los abetos que callan por los años
que han transcurrido ya sin Navidad,
porque sería aún mucho más triste
cantar nosotros solos las canciones.
El pensamiento, al que descoyuntaron
la oscuridad de la pasión y el sexo,
no ha encontrado la paz hasta la senectud.
Es la impotencia la que nos socorre.
La que, haciendo imposible ya el futuro,
salva el breve presente, dignifica el ayer.

Joan Margarit

viernes, 24 de abril de 2020

ÚLTIMOS ECOS


ÚLTIMOS ECOS


Terminada la guerra,
el saco familiar de historias tristes
se abría en cada casa: personajes
que para aquellos niños fueron sólo
un nombre, un dolor vago en los retratos
explicados en tardes de domingo
sin luz eléctrica, que se morían
oscurecidas como un gran desván.

Nuestra alegría se desparramaba
por todos los solares, con silbidos
que en el crepúsculo se oían
mezclándose al llamado de las madres.

Vuelvo a la Escuela Nacional de Niños,
puedo oír, en la calle sin aceras,
el recreo en mitad de la mañana,
el griterío y las rodillas sucias
tras pelotas de trapos y cordeles.

La calle polvorienta donde estuvo
con su estucado gris y sus dos aulas,
sin ningún patio ni jardín, mi escuela.

Pero, de aquellos días queda, apenas,
el frío anochecer
que mi padre traía en el abrigo,
miedos nocturnos, tardes
de juegos en lejanas azoteas.

Y la sombra de inviernos ferroviarios,
cuando al alba mi madre iba alejándose
por una calle oscura y solitaria
con mi hermana cogida de la mano:
la maestra y su niña hacia la escuela,
tapadas con bufandas bajo el frío.

La infancia transcurría sin pasado:
cometas de papel en la alta tarde
y canicas debajo de los muebles
y aburrimiento de calcomanías
en los días más fríos y lluviosos.

Mi madre, con mi hermana, ya se alejan
en un tren sin paradas que recorre
las soledades de mi propio invierno.

Joan Margarit

jueves, 23 de abril de 2020

NUESTRO TIEMPO


NUESTRO TIEMPO


Cuando nos dimos cuenta, ya estaba en las ventanas,
como para quedarse. Pero ahora nada
nos ilumina sino esa vaga niebla.
A veces, una luz desgarradora.
El nuestro fue otro tiempo mucho más inocente:
Todavía en las obras celebrábamos
cuando, sin accidentes, la estructura.
Llegaba a lo más alto y se cubrían aguas.
Vivíamos en calles a las que les sentaba bien un nombre.
Como el de las Camelias.
Entre las azoteas, cada noche
se encendían las luces
del ático de nuestra juventud.
Entre las voces suaves y lejanas,
alguna vez, se oye un grito de pánico.
Pero una herida
es también un lugar donde vivir.

Joan Margarit
Galardonado con el Premio Cervantes 2019

miércoles, 22 de abril de 2020

NO TIRES LAS CARTAS DE AMOR

NO TIRES LAS CARTAS DE AMOR


Ellas no te abandonarán.
El tiempo pasará, se borrará el deseo
-esta flecha de sombra-
y los sensuales rostros, bellos e inteligentes,
se ocultarán en ti, al fondo de un espejo.
Caerán los años. Te cansarán lo libros.
Descenderás aún más
e, incluso, perderás la poesía.
El ruido de ciudad en los cristales
acabará por ser tu única música,
y las cartas de amor que habrás guardado
serán tu última literatura.

Joan Margarit
Poeta galardonado con el Premio Cervantes 2019


martes, 21 de abril de 2020

FLORES BLANCAS EN LA NIEBLA


FLORES BLANCAS EN LA NIEBLA


Sábanas grises de la escarcha
cubrían el bancal de los almendros;
pero llegaron lluvias como máscaras
y la hierba borró los espejos del frío.
En la invernal mirada un aire cálido
comenzaba a mentir
a aquellas alas grises
de pájaros erráticos en árboles desnudos.
En una sola noche de tibieza
con reflejos de sombra en el espejo,
los almendros se abrieron en sus flores.
Tú llegaste también
en un tiempo de frío y soledad:
El amor fue la brisa
sobre la escarcha gris. Las flores olvidadas
extendían olor a primavera
en el ámbito helado, nieve cálida
de breves flores blancas. Con tristeza
las recuerdo durante aquel invierno
que en una sola noche las heló.

Joan Margarit
Poeta galardonado con el Premio Cervantes 2019

lunes, 20 de abril de 2020

BUSCANDO LA CLARIDAD


BUSCANDO LA CLARIDAD


“La claridad que tanto he buscado, sólo está en algunos silencios, en algunos espacios en blanco, antes y después de unas pocas y triviales palabras.”
Edgar Bayley

Buscaba en los sucios suburbios
alejados de la luz del sol y
del amor constante,
algo que sedujera
las claves del ánimo
que allí encontraba,
variados tiempos de mil formas.

Infracción invisible de la demencia,
desolado testigo incubando
más desobediencias,
raíces sin semillas.

Implacable es la claridad
y nadie puede hacerla,
se desprende como burbujas
y retumban sus sueños en el aire.

Esferas transparentes
de una música antigua
dibujando un porvenir
imposible de reconquistar.

Ruinas sobre ruinas,
destapado galope
naciendo como el eco
de un grito hambriento,
certeza amordazada,
sumisas distancias de la meta.

Te quiero sí, te quiero claridad,
te busco en todos los instantes,
conocidos abismos sin soles,
oscuridades de la verdad.

Corazón herido
por la velocidad del tiempo,
cárcel de espejos,
desafío del duelo
siempre buscando la claridad.

Lucía Serrano


domingo, 19 de abril de 2020

AQUÍ TE AMO


AQUÍ TE AMO.


Aquí te amo.
En los oscuros pinos se desenreda el viento.
Fosforece la luna sobre las aguas errantes.
Andan días iguales persiguiéndose.

Se desciñe la niebla en danzantes figuras.
Una gaviota de plata se descuelga del ocaso.
A veces una vela. Altas, altas estrellas.

O la cruz negra de un barco
Solo.
A veces amanezco, y hasta mi alma está húmeda.
Suena, resuena el mar lejano.
Este es un puerto.
Aquí te amo.

Aquí te amo y en vano te oculta el horizonte.
Te estoy amando aún entre estas frías cosas.
A veces van mis besos en esos barcos graves,
que corren por el mar hacia donde no llegan.

Ya me veo olvidado como estas viejas anclas.
Son más tristes los muelles cuando atraca la tarde.
Se fatiga mi vida inútilmente hambrienta.
Amo lo que no tengo. Estás tú tan distante.

Mi hastío forcejea con los lentos crepúsculos.
Pero la noche llega y comienza a cantarme.
La luna hace girar su rodaje de sueño.

Me miran con tus ojos las estrellas más grandes.
Y como yo te amo, los pinos en el viento,
quieren cantar tu nombre con sus hojas de alambre.

Pablo Neruda

sábado, 18 de abril de 2020

LA BELLEZA NO ESTÁ EN MI PASADO



LA BELLEZA NO ESTÁ EN MI PASADO


Hubo un esplendor de arbusto recio en el solitario
rostro frente a la calavera, preguntando:
¿Quién había en este perfil de sesgo cercano?

Hubo frente al espejo muecas del tiempo,
elegancia y burla entre signos de admiración
ante el primer vello en el mentón lejano.

Corbata de seda en la mirada al pisar con turquesas
palabras el rasgo de cada renglón con precisa pasión.

La belleza no está en mi pasado,
blanco y negro es el uniforme del colibrí
con sus setenta aleteos por segundo
queriendo apresar del viento
el instante único,
la úvula perfecta,
el aroma detenido de aquel triple salto mortal
sobre el plinto, cayendo de pie en aplausos.

La belleza no responde
ni pregunta efímera la rosa en su declinar latín
a los párvulos labios del ayer.

La recta espalda del labriego canta de vuelta a casa
desnuda lentamente su cuerpo frente al fuego
y en cada estación hace del amor
la belleza en pleno vuelo.

Carlos Fernández del Ganso
De “La máquina del tiempo”

viernes, 17 de abril de 2020

BALADA DE LA ESTRELLA



BALADA DE LA ESTRELLA


-Estrella, estoy triste.
Tú dime si otra
como mi alma viste.
-Hay otra más triste.

-Estoy sola, estrella.
Di a mi alma si existe
otra como ella.
-Si, dice la estrella.

-Contempla mi llanto.
Dime si otra lleva
de lágrimas manto.
-En otra hay más llanto.

-Di quién es la triste,
di quién es la sola,
si la conociste.

-Soy yo, la que encanto,
soy yo la que tengo
mi luz hecha llanto.

Gabriela Mistral

jueves, 16 de abril de 2020

NO ESTÉS LEJOS DE MÍ UN SOLO DÍA


NO ESTÉS LEJOS DE MÍ UN SOLO DÍA


No estés lejos de mí un solo día, porque cómo,
porque, no sé decírtelo, es largo el día,
y te estaré esperando como en las estaciones 
cuando en alguna parte se durmieron los trenes.

No te vayas por una hora porque entonces
en esa hora se juntan las gotas del desvelo
tal vez todo el humo que anda buscando casa
venga a matar aún mi corazón perdido.

Ay que no se quebrante tu silueta en la arena,
ay que no vuelen tus párpados en la ausencia:
no te vayas por un minuto, bienamada,

porque en ese minuto te habrás ido tan lejos
que yo cruzaré toda la tierra preguntando
si volverás o su me dejarás muriendo.

Pablo Neruda

miércoles, 15 de abril de 2020

OSCURIDAD HERMOSA


OSCURIDAD HERMOSA



Anoche te he tocado y te he sentido
sin que mi mano huyera más allá de mi mano,
sin que mi cuerpo huyera, ni mi oído:
de un modo casi humano
te he sentido.

Palpitante,
no sé si como sangre o como nube
errante,
por mi casa, en puntillas, oscuridad que sube,
oscuridad que baja, corriste, centelleante.

Corriste por mi casa de madera
sus ventanas abriste
y te sentí latir la noche entera,
hija de los abismos, silenciosa,
guerrera, tan terrible, tan hermosa
que todo cuanto existe,
para mí, sin tu llama, no existiera.

Gonzalo Rojas



martes, 14 de abril de 2020

NO TODOS


NO TODOS


No todos los amigos vestían el manto aquel día.
Proféticos sonidos aguardaban nuestros pasos
que ninguno de nosotros conocía.
Yo que me quedé a distancia para ser del saber
la humildad de sus ruinas.
Fui desierto, confuso horizonte sin poder,
que solo a mis ojos convencía.
Después llegaste tú alma mía,
y te amé tanto que nadie supo de aquel día.
Te amé como si fueras entre todos uno distinto,
parecido a mí.
Una verdadera tontería pero te quiero,
y las memorias dirán que éramos amigos.
Ahora ya nadie más pregunta por nosotros.
Nadie usa el poder de la magia,
que nos vieron usar en tantas madrugadas.
No todos son los elegidos.
Soportar este mal es un designio que estoy imaginando,
como torcer el rumbo del timón de este enemigo,
que ha venido hace tiempo a vivir conmigo,
y yo no me di cuenta.
Por ser culpable tuve que seguir alojándolo,
y cuando algún amigo me llamaba para saber
en qué andaban mis andanzas, yo le decía:
todo muy bien, sin peligros,
y así iba por la vida, despacio, sin nadie, a solas,
con el posible encuentro con los enemigos,
que había abandonado, por temor a que tuviéramos
diferentes corazones y sean otras las melodías
que seguían nuestros pasos atrevidos.
Ahora no hay nadie, ni yo,
y la ópera suena majestuosa como siempre sin faltas,
todo esplendor de la letra, todo escucha,
hablan para mí los dioses y me pregunto:
¿Por qué será que no me alcanza?

Lucía Serrano

lunes, 13 de abril de 2020

LA ESPERA INÚTIL


LA ESPERA INÚTIL


Yo me olvidé que se hizo
ceniza tu pie ligero,
y, como en los buenos tiempos,
salí a encontrarte al sendero.

Pasé valle, llano y río
y el cantar se me hizo triste.
La tarde volcó su vaso
de luz ¡y tú no viniste!

El sol fue desmenuzando
su ardida y muerta amapola;
flecos de niebla temblaron
sobre el campo. ¡Estaba sola!


Al viento otoñal, de un árbol
crujió el blanqueado brazo.
Tuve miedo y te llamé:
“¡Amado, apresura el paso!

Tengo miedo y tengo amor,
¡amado, el paso apresura!”
Iba espesando la noche
y creciendo mi locura.

Me olvidé de que te hicieron
sordo para mi clamor;
me olvidé de tu silencio
y de cárdeno albor;

de tu inerte mano torpe
ya para buscar mi mano;
¡de tus ojos dilatados
del inquirir soberano!

La noche ensanchó su charco
de betún; el agorero
búho con la horrible seda
de su ala rasgó el sendero.

No te volveré a llamar,
que ya no haces tu jornada;
mi desnuda planta sigue,
la tuya está sosegada.

Vano es que acuda a la cita
por los caminos desiertos.
¡No ha de cuajar tu fantasma
Entre mis brazos abiertos!

Gabriela Mistral


domingo, 12 de abril de 2020

ERA MI CORAZÓN UN ALA VIVA Y TURBIA


ERA MI CORAZÓN UN ALA VIVA Y TURBIA…


Era mi corazón un ala viva y turbia…
un ala pavorosa llena de luz y anhelo.
Era la primavera sobre los campos verdes.
Azul era la altura y era esmeralda el suelo.

Ella –la que me amaba- se murió en primavera.
Recuerdo aún sus ojos de paloma en desvelo.
Ella –la que me amaba- cerró sus ojos… tarde.
Tarde de campo, azul. Tarde alas y vuelos
Ella –la que me amaba- se murió en primavera…
y se llevó el cielo.

Pablo Neruda

sábado, 11 de abril de 2020

ESTA NOCHE NO HUBO LUNA



ESTA NOCHE NO HUBO LUNA


Ahora camino de noche
porque las noches son claras…
Y esta noche no hubo luna,
no hubo luna amiga y blanca…
y había pocas estrellas, pocas estrellas y pálidas…

Y era todo triste sin la luna amiga…
y era todo negro sin la luna blanca.

No se veía la cinta
de la carretera larga…
los olivos del recuesto
apenas se dibujaban…
un murciélago pasó
rozándome la cabeza con el ala…
y me ladraron los perros
en los bancales con saña.
Sin luna todo era negro y  triste…
vi una luz allá lejana…
y, a tientas, fui hasta la luz
y en la luz pedí posada…

Esta noche no hubo luna…
no hubo luna amiga y blanca…
Y recordé aquella noche
en que no vino mi amada…

y en que yo loco de amor,
lleno de fiebre y de ansias…
hice también alto
en la primera posada….

León Felipe







viernes, 10 de abril de 2020

VENDRÁ LA MUERTE Y TENDRÁ TUS OJOS


VENDRÁ LA MUERTE Y TENDRÁ TUS OJOS


Vendrá la muerte y tendrá tus ojos
esta muerte que nos acompaña
desde el alba a la noche, insomne,
sorda, como un viejo remordimiento
o un absurdo defecto. Tus ojos
serán una palabra inútil,
un grito callado, un silencio.
Así los ves cada mañana
cuando sola te inclinas
ante el espejo. Oh, cara esperanza,
aquel día sabremos, también,
que eres la vida y eres la nada.
Para todos tiene la muerte una mirada.
Vendrá la muerte y tendrá tus ojos.
Será como dejar un vicio,
como ver en el espejo
asomar un rostro muerto,
como escuchar un labio ya cerrado.
Mudos, descenderemos al abismo.


Cesare Pavese

jueves, 9 de abril de 2020

A LOS QUE VAN A NACER


A LOS QUE VAN A NACER


¡Cuán cerca todavía
de las manos de Dios! ¿Sentís su aliento
rugir entre los cedros del Levante?
¿Hay en vuestras pupilar rabos de oro,
vedijitas, aún, incandescentes,
de la gran lumbrarada creadora?
¿O fraguasteis, tal vez, en su sonrisa
-sonrisillas de Dios, niños dormidos-
y juerga en vuestras salas,
niño eternal, gran inventor de juegos?
Oh, vosotros le veis, seres profundos,
y saltáis en el vientre de la madre.

¿Qué peces de colores
os surcan aguas del dorado sueño?
¿Qué divinos esquifes
-juguetes sin engaño-
cruzan el día albar de vuestro cauce?
¿De qué extraña ladera
son esas pedrezuelas diminutas
que bullen al manar de vuestras aguas?
Oh fuentes silenciosas.
Oh soterradas fuentes
de los enormes ríos de la vida.

Seréis torrente en furia
que va a rodar al páramo. Seréis
indagación y grito sin respuesta.
Ay, guardad esta luz estremecida.
Ay, refrenad el agua,
volved al centro exacto.
Ay de vosotros

…Ay de estos cieguecitos
de leche no cuajada,
de tierna pulpa vegetal, dormida.
Ay, copos de manteca,
que hacia el mercado vais –de sus ordeños
modelados por Dios, aún en su música,
con las gotas aún de su rocío-
entre las verdes hojas de los úteros.

Dámaso Alonso


martes, 7 de abril de 2020

DIFÍCIL


DIFÍCIL


Difícil es salir del agujero
de un túnel sin estrellas ni bombillas.
Difícil es llegar a las orillas
de tanta sangre y tanto estercolero.

Difícil es hallar norte y sendero
por tierras calcinadas y amarillas.
Difícil es, sin agua y sin semillas,
de amor o pan hacerse cosechero.

Difícil es andar, subir la vida
con un muerto cogido de la mano
que tiene nuestro rostro y nuestra herida.

Difícil es cantar, luchar es vano,
sabiendo que la voz y la partida
se han de perder más tarde o más temprano.

Ángela Figuera Aymerich

domingo, 5 de abril de 2020

ESTOY CONTENTO DE TANTO HABER AMADO


ESTOY CONTENTO DE TANTO HABER AMADO


Estoy contento de tanto haber amado,
de tanto haber llegado al confín de los besos,
contento de habernos abrazado por las noches
envueltos en los vapores del silencio
al vivir lujurioso de la carne y el fuego,
la espléndida y loca pasión de las palabras.
Contento de levantarme una mañana,
con las pupilas húmedas manchadas por amor.
Fue un siglo de locura, crecimos en todas direcciones,
odio y amor se agigantaron,
la pobreza llegó hasta la riqueza,
la necedad y la bella locura poblaron monasterios,
las enfermedades que produjo el amor
llegaron hasta el alma poblando los silencios,
en su afán de morir, el hombre inventó virus
que atacan, con fervor, el pensamiento.
Después, hay que decirlo,
en el corazón de la música
este siglo se rompió la guitarra,
el violín de las guerras fue lamento que,
volando hacia los cielos,
alcanzaba el dolor.
La trompeta fue aullido y el aullido fue canto,
hasta el saxo bramaba alguna piedad.
Hubo tambores de locura, este siglo,
que explotaban sonando como esferas de luz.

Miguel Óscar Menassa