AMOR
PERDIDO
LA
JUVENTUD
VI
No
estamos, exactamente, en ningún sitio,
somos
esos arcángeles negros,
que
sólo aparecen para enfrentarse con la
muerte.
Vivir,
vivir en el deseo, sin hambre, sin sueño,
invencibles
en nuestro empecinamiento de vivir.
Y
así comenzamos cada día, ciegos amantes del sol,
pero,
también, enloquecidos amantes de la lluvia
y
nos dejamos llevar por el viento de los huracanes
y
nunca necesitamos volver a ningún sitio
porque
de ningún sitio somos o hemos partido.
La
vida nos entra por los ojos, casi siempre
y
nos burlamos de todo lo que nos circunda,
sin
otra razón que estas crueles lágrimas,
que
no pensamos derramar,
que
no pensamos ofrecer a ningún Dios,
porque
nosotros somos dioses en nuestra burla
y
ni siquiera ambicionamos morir
porque
de alguna manera ya hemos muerto.
Miguel
Óscar Menassa
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