LA
BELLEZA NO ESTÁ EN MI PASADO
Hubo
un esplendor de arbusto recio en el solitario
rostro
frente a la calavera, preguntando:
¿Quién
había en este perfil de sesgo cercano?
Hubo
frente al espejo muecas del tiempo,
elegancia
y burla entre signos de admiración
ante
el primer vello en el mentón lejano.
Corbata
de seda en la mirada al pisar con turquesas
palabras
el rasgo de cada renglón con precisa pasión.
La
belleza no está en mi pasado,
blanco
y negro es el uniforme del colibrí
con
sus setenta aleteos por segundo
queriendo
apresar del viento
el
instante único,
la
úvula perfecta,
el
aroma detenido de aquel triple salto mortal
sobre
el plinto, cayendo de pie en aplausos.
La
belleza no responde
ni
pregunta efímera la rosa en su declinar latín
a
los párvulos labios del ayer.
La
recta espalda del labriego canta de vuelta a casa
desnuda
lentamente su cuerpo frente al fuego
y
en cada estación hace del amor
la
belleza en pleno vuelo.
Carlos
Fernández del Ganso
De
“La máquina del tiempo”
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