jueves, 31 de marzo de 2016


Los talleres de poesía Grupo Cero de Alcalá de Henares,
tienen el placer de invitarles al próximo 
Recital de Poesía.

Domingo: 3 de abril de 2016
Hora: 19:00
Lugar: CAFETERÍA - CHOCOLATERÍA  MAYLU
            C/ Pesquera, 2 . esq. Plaza Mayor
            TORREJÓN DE ARDOZ (MADRID)

Les esperamos.

miércoles, 30 de marzo de 2016


POEMA VELOZ

Había un pequeño colibrí
que trataban de alcanzar la puntual profundidad de la amatista,
extraña femenina engendrada en la hoguera de días que se perdían
como besos supremos huyendo de las lágrimas.

Ella lucía sí, en el cuello pintado de una estatua
su brillo mezcla de bondad y orgullo,
porque dejó de lado el invierno del alma
rota por la herramienta que la talla y alejó
en cada golpe a los monstruos sagrados de la envidia
que despertaron sobresaltados mirando a las estrellas.

Pálida tiñó el azul con un poco de rojo
y hundió su cabellera entre violetas
que declinaban sumisas por la tarde,
haciéndose sentir al colibrí
en la impaciencia de sus alas,
que amaba mas el beso de la tierra
que su veloz anillo de esponsales.


Norma Menassa

miércoles, 23 de marzo de 2016


BUSCANDO SU IDENTIDAD

Soy un hombre
buscando su identidad perdida.

Ambiciono con violenta pasión
aquellas tardes
cuando caminando por la calle
era un hombre
caminando por la calle.

Añoro con rabia inusitada
esos días donde ser poeta
era la luz de un verso.

Me moriría por hacer el amor
en esas noches donde la poesía
entre las sombras me dibujaba
como un hombre haciendo el amor.

Para tranquilizarme me lo digo:
Soy el Poeta y, también,
una golondrina que cruza
los océanos para encontrar un sol
que estará en otro lugar.

Soy el Poeta, me dijo la poesía, soy el Poeta
y también una letra que no encuentra palabra,
una palabra sola y oscura para ninguna frase.
una frase clara de amor para un amor perdido.

Soy el poeta, soy el poeta, soy el poeta
llegué a decírmelo yo mismo en voz alta
y así llegué al amor de amarme locamente
y me hundí en la miseria de mi piel y vi:

Obedezco órdenes y disparo sobre mí
y lo que no muere en esa ráfaga
lo encarcelo.

Y cuando lo muerto resucita
y lo encarcelado se libera
ciegos sin pasión ni locura
también disparan sobre mí
y lo que no muere esta vez
lo encarcelamos entre todos.

Alguien llegará a decir:
Somos un grupo
una pasión
y varios asesinos.

Miguel Oscar Menassa

“La poesía y yo”

martes, 22 de marzo de 2016


APROXIMACIÓN

Agito mis alas contra las murallas del tiempo,
soy la sombra de un sol que desconozco.
Efímera como la noche abriendo surcos entre luces,
como la nostalgia estallando en tus labios
siempre obturados por el hambre,
por el amor, por restos del pasado.

Soy esa sombra entre asombrados soles
saliendo de su ocaso.
Persigo el día sedienta de ser
arrastrada en tus huellas.

Apagadas las estrellas
me abismo en tu lumínica presencia,
me deslizo sigilosa entre tus manos
me deformo sin dolor,
me extiendo sobre todo borde.
Nunca caigo y tampoco me levanto
repto atrapada por las horas,
manecilla con rumbo contrariado
súbita nube que pasa lejana
río que corre sin dejar rastro.

Los días crujen bajo mis pies,
cautiva de amor giro sin pasos.

Soy la velocidad hecha canción
lo efímero queriendo eternizarse
terrestre,
discrepante, sin fondo.

Amelia Díez Cuesta

“Des-nudos”

sábado, 19 de marzo de 2016

Poemas leídos en el recital 14 de febrero de 2016 - Los rostros del amor


EN MI OSARIO

En mi osario,
cavar un hoyo con mis huesos
como pala…
es mi lágrima de ácido,
que sube desde la garganta
hasta el pecho
como un cielo caído al suelo
como el mar condenado
en movimiento por pecar.

Como una seda enladrillada
con la que dormir,
como los ojos verdes de la luna
que en su cresta más alta
alberga una tumba sin nombre.

Sus marcas… no es secreto
que deja huellas en las paredes,
señalando cuantas veces parpadea
con ramitas en los dedos
y lirios bajo los pies.

En su lecho…
un crujir de diente
acuna sus recuerdos
y en su alta cuna nace
un ciprés acartonado.


Virginia González Sánchez

jueves, 17 de marzo de 2016

Poemas leídos en el recital 14 de febrero de 2016 - Los rostros del amor


CANCIÓN PARA UNA NIÑA TRISTE

Te sientes como el pez que se
agota de nadar contra corriente,
y no sabes si duermes o
estas muerta.
Caminas descalza, llevando un
peso en los pies que te hace
aplastar las margaritas que
un día deshojaste.
Ya no sabes si juegas a 
la rayuela, o te estas dejando
ganar a la ruleta rusa.
Querida niña, que siempre pedía
deseos a las estrellas fugaces,
porque aquí huele demasiado
a muerto.
Llevas toda la vida esperando
que ganen los buenos,
creo que aún no has entendido
el cuento.
Te cortaran el cuello pero nunca
dejarás de mirar al cielo.
Valiente, duerme valiente,
que si no descansas, mañana
no será otro día.
Yo te regaré la almohada,
antes de que caigan tus párpados
y sueñes.
No hace mucho, estuve en el
desierto, y en el reflejo
de un oasis conocí a alguien,
con mirada colérica y piel escamada.
Me hizo jugar a las adivinanzas
a cambio de un sorbo de agua.
Decía: “valiente” una y otra vez.
Valiente… y otra vez más
como si de una nana se tratase
me duermo.


Cristina Ajenjo

miércoles, 16 de marzo de 2016

Poema leído en el recital 14 de febrero de 2016 - Los rostros del amor


ME DESNUDARÉ FRENTE A TU MIRADA

A lo lejos despojaré la cáscara sagrada
que recubre mi piel,
para conseguir el zumo prohibido.

En la distancia, levitaré sobre ti,
mi cuerpo desnudo
tus manos descubrirán
la fusión del amor.

Allí en el colchón de los  remordimientos,
algo palpitará entre los labios de piedra.

Fue la luz que no escuché
y el silencio que no vi,
el que me despertó.


Yosune Castellano Alarcón

martes, 15 de marzo de 2016

Poemas leídos en el recital 14 de febrero de 2016 - Los rostros del amor


TE MENTIRÉ AL OÍDO


Te mentiré al oído a solas,
cuando estemos cansados de nuestras almas,
cuando ya no nos importe el calor de cada cual.
y te mentiré en las fiestas,
con los amigos,
y con la familia.

Ya no habrá mas amigos que puedan
enlazar y proteger nuestra dura amistad.
Pasarán mil años y te retumbara el oído,
y estallarán nuestros corazones.
Los millones de pedazos de corazoncitos
crecerán en otra tierra lastimada
por la injusticia, por las que guerras, por la espera, por el hambre,
por el calor seco del desierto,
por las tormentas huracanadas de arena,
pero sin gota de agua.

Igual seguirá nuestra tormentosa relación,
en una mentira;
mientras emergen corazones de un país
que conseguirá los frutos merecidos para vivir en familia.
Pero, ya te seguiré mintiendo al oído
a la vuelta de mi destino.
Y si te acercas escucharás una mentira,
o serás sorda, o te dolerá el alma.
No quiero verte por última vez,
aunque sea mentira.


Sandra Marie Steele Pastor

lunes, 14 de marzo de 2016

Poemas leídos en el recital 14 de febrero de 2016 - Los rostros del amor


EVOCACIÓN

Hoy sé que los quebrados son olivos
cercados en el área de la escuela.
Hoy sé que llevan remo y blanca vela
los amados balandros adjetivos.

Hoy sé que aquellos tiempos están vivos,
que cada asignatura es centinela
que vigila un recuerdo y lo revela
con gesto y con presencia redivivos.

Me encontré solitario, inerte, ciego,
sin risueño pasado, sin el juego
alegre entre los vientos del verano,

y yo busqué en los álamos mi vida
y al no encontrarla la creí perdida,
y estaba aquí, al alcance de la mano.


José Hierro

viernes, 11 de marzo de 2016

Poemas leídos en el recital 14 de febrero de 2016 - Los rostros del amor


MAREA ALTA

Cuando un hombre y una mujer que se han amado se separan
se yergue como una cobra de oro el canto ardiente del orgullo
la errónea maravilla de sus noches de amor
las constelaciones pasionales
los arrebatos de su indómito viaje sus risas a través de las piedras sus plegarias y cóleras
sus dramas de secretas injurias enterradas
sus maquinaciones perversas las cacerías y disputas
el oscuro relámpago humano que aprisionó un instante el furor
de sus cuerpos con el lazo fulmíneo de las antípodas
los lechos a la deriva en el oleaje de gasa de los sueños
la mirada de pulpo de la memoria
los estremecimientos de una vieja leyenda cubierta de pronto con la palidez de la tristeza y todos los gestos del abandono
dos o tres libros y una camisa en una maleta
llueve y el tren desliza un espejo frenético por los rieles de la tormenta
el hotel da al mar
tanto sitio ilusorio tanto lugar de no llegar nunca
tanto trajín de gentes circulando con objetos inútiles o
enfundadas en ropas polvorientas
pasan cementerios de pájaros
cabezas actitudes montañas alcoholes y contrabandos informes
cada noche cuando te desvestías
la sombra de tu cuerpo desnudo crecía sobre los muros hasta el techo
los enormes roperos crujían en las habitaciones inundadas
puertas desconocidas rostros vírgenes
los desastres imprecisos los deslumbramientos de la aventura
siempre a punto de partir
siempre esperando el desenlace
la cabeza sobre el tajo
el corazón hechizado por la amenaza tantálica del mundo

Y ese reguero de sangre
un continente sumergido en cuya boca aún hierve la espuma de los días indefensos bajo el soplo del sol
el nudo de los cuerpos constelados por un fulgor de  lentejuelas insaciables
esos labios besados en otro país en otra raza en otro planeta en otro cielo en otro infierno
regresaba en un barco
una ciudad se aproximaba a la borda con su peso de sal como un enorme galápago
todavía las alucinaciones del puente y el sufrimiento del trabajo
marítimo con el desplomado trono de las olas y el árbol
de la hélice que pasaba justamente bajo mi cucheta
éste es el mundo desmedido el mundo sin reemplazo el mundo desesperado como una fiesta en su huracán de estrellas
pero no hay piedad para mí
ni el sol ni el mar ni la loca pocilga de los puertos
ni la sabiduría de la noche a la que oigo cantar por la boca de las aguas y de los campos con las violencias de este planeta que nos pertenece y se nos escapa
entonces tú estabas al final
esperando en el muelle mientras el viento me devolvía a tus brazos como un pájaro
en la proa lanzaron el cordel con la bola de plomo en la punta y el cabo de Manila fue recogido
todo termina
los viajes y el amor
nada termina
ni viajes ni amor ni olvido ni avidez
todo despierta nuevamente con la tensión mortal de la bestia que acecha en el sol de su instinto
todo vuelve a su crimen como un alma encadenada a su dicha y a sus muertos
todo fulgura como un  guijarro de Dios sobre la playa
unos labios lavados por el diluvio y queda atrás
el halo de la lámpara el dormitorio arrasado por la vehemencia
del verano y el remolino de las hojas sobre alas sábanas vacías
y una vez más una zarpa de fuego se apoya en el corazón de su presa
en este Nuevo Mundo confuso abierto en todas direcciones
donde la furia y la pasión se mezclan al polen del Paraíso
y otra vez la tierra despliega sus alas y arde de sed intacta y sin raíces
cuando un hombre y una mujer que se han amado se separan.

Enrique Molina


martes, 8 de marzo de 2016

Poemas leídos en el recital 14 de febrero de 2016 - Los rostros del amor


PREPARATIVOS DE VIAJE

Unos
se van quedando estupefactos,
mirando sin avidez, estúpidamente, más allá, cada vez más allá
hacia la otra ladera.

Otros
voltean la cabeza a un lado y otro lado,
sí, la pobre cabeza, aún no vencida,
casi
con gesto de dominio,
como si no quisieran perder la última página de un libro de aventuras,
casi con gesto de desprecio,
cual si quisieran
volver con despectiva indiferencia las espaldas
a una cosa apenas si entrevista,
más que no va con ellos.

Hay algunos
que agitan con angustia los brazos por fuera del embozo
cual si en torno a sus sienes espantaran tozudos moscardones azules,
o cual bracearan en un agua densa, poblada de invisibles medusas.

Otros maldicen a Dios,
escupen al Dios que les hizo,
y las cuerdas heridas de sus chillidos acres
atraviesan como una pesadilla las salas insomnes del hospital,
hacen oscilar como un viento sutil
las alas de las tocas
y cortan el torpe vaho del cloroformo.

Algunos llaman con  débil voz
a sus madres,
las pobres madres, las dulces madres
entre cuyas costillas hace ya muchos años que se pudren las tablas del ataúd.

Y es muy frecuente
que el moribundo hable de viajes largos,
de viajes por transparentes mares azules, por archipiélagos remotos,
y que se quiera arrojar del lecho
porque va a partir el tren, porque ya zarpa el barco.
(Y entonces se les hiela el alma
a aquellos que rodean al enfermo. Porque comprenden).

Y hay algunos, felices,
que pasan de un sueño rosado, de un sueño dulce, tibio y dulce,
al sueño largo y frío.

Ay, era ese engañoso sueño,
cuando la madre, el hijo, la hermana
han  salido con enorme emoción, sonriendo, temblando, llorando,
han salido de puntillas,
para decir: ”¡Duerme tranquilo, parece que duerme muy bien!”
pero, no: no era eso.

…Oh, sí; las madres lo saben muy bien: cada niño se duerme de una manera distinta…

Pero todos, todos se quedan
con los ojos abiertos.
ojos abiertos, desmesurados en el espanto último,
ojos en guiño, como una soturna broma, como una mueca ante un panorama grotesco,
ojos casi cerrados, que miran por fisura, por un trocito de arco, por el segmento inferior de las pupilas.

No hay mirada más triste.
Si, no hay mirada más profunda ni más triste.

Ah, muertos, muertos, ¿qué habéis visto
en la esquina cruel, en el terrible momento del tránsito?
ah, ¿qué habéis visto en ese instante del encontronazo con el camión gris de la muerte?
No sé si cielos lejanísimos de desvaídas estrellas,
de lentos cometas solitarios hacia la torpe nebulosa inicial,
no sé si un infinito de nieves, donde hay un rastro de sangre, 
una huella de sangra inacabable,
ni si el frenético color de una inmensa orquesta convulsa cuando se descuajan los orbes,
ni si acaso la gran violeta que esparció por el mundo la tristeza como un largo perfume de enero,
ay, no sé si habéis visto los ojos profundos, la faz impenetrable.

Dios mío, Dios mío, ¿qué han visto un instante esos ojos que se quedaron abiertos?

Dámaso Alonso

“Hijos de la ira”

lunes, 7 de marzo de 2016

Poemas leídos en el recital 14 de febrero de 2016 - Los rostros del amor


LO IRREMEDIABLE 

I

Una Idea, un Forma, un Ser
del azul surgido y luego caído
en el río Estigio de barro y plomo
en donde no penetra el mirar del Cielo;

Un Angel, imprudente viajero
atraído por el amor de lo deforme,
y debatiéndose cual nadador
en lo hondo de densas pesadillas,

y en lucha, ¡ay lúgubre angustia!,
contra un remolino gigantesco
que cantando va, como loco, y que
por las tinieblas piruetea;

un infeliz hechizado y que
mediante tanteos fútiles
busca la luz y la clave para
huir de una guarida de reptiles;

un maldito sin antorcha que desciende
por viejas escaleras sin barandilla
cerca de un abismo cuyos olores
pregonan su húmeda profundidad

donde vigilan los monstruos viscosos
cuyos grandes ojos fosfóricos
ponen aún más negra la noche
y así ellos solos resaltan;

un barco en el polo preso
como en un cepo de cristal
y que indaga qué estrecho maldito
le llevó rumbo a esa cárcel;

--símbolos claros, datos perfectos
de una suerte irremediable, ¡y eso
obliga a pensar en el diablo como
autor irreprochable de cuando hace!


II

¡Soliloquio límpido y sombrío; un
corazón que es su propio espejo!,
pozo  de Verdad, claro y oscuro,
donde tiembla una lívida estrella,

un faro irónico e infernal,
antorcha de las satánicas gracias,
y exclusivamente gloria y consolación
--¡la conciencia dentro del Mal!


Charles Baudelaire

domingo, 6 de marzo de 2016

Poemas leídos en el recital de 14 de febrero de 2016 - Los rostros del amor


LA VIDA ES UN SUSPIRO

Dedicado a José en su 50 cumpleaños
10 de febrero de 2016

La vida es un suspiro
que se desvanece
entre cuerdas de violín,
en el lugar donde los enamorados
enlazan sus cuerpos desvanecidos.
notas de amor e intriga,
ondas de versos endecasílabos
reencarnadas en un ayer.

El vestigio del alma
descifra en la oscuridad
la silueta de vidrio,
la evocación de su amada.
El presente llora desnudo
por el amor de los dos.

Y yo te pido una cosa,
deja que te respire,
que mi suspiro sea hondo,
que la rosa sin espinas
vista su albo vestido.

Rompe las olas blandas
que desembocan en tu llanto,
vierte de lágrimas frescas
el trazo de tu mirada.
Concédeme otro deseo
éste sabré guardarlo.

Que ni tu ni yo sabemos
que ronda a la noche amarga,
y mi deseo es por tu amor.
Tiéndeme tus brazos
hoy anhelo poder amarte
pues mañana ya habré muerto.

Esther Núñez Roma


miércoles, 2 de marzo de 2016

Poemas leídos en el recital 14 de febrero de 2016 - Los rostros del amor


NUEVA NOCHE VIEJA

El estruendo rompe la línea del tiempo
mientras el murmullo de la muchedumbre
festeja la noche idílica entre campanas.
En la esquina una mano tiembla
buscando un mendrugo de pan entre tanto fulgor.
Un rostro encapuchado deja verter la lágrima de la miseria
entre la multitud.
Las voces a coro levantan un brindis
lanzando destellos de color en la oscura noche,
queriendo verter de nuevo la mirada prestada al amanecer.

Otra vez suena la esperanza entre brazos buscando la caricia.
Otra vez se cuentan los días de invierno, apoyados en la chimenea.
Otra vez las mismas historias se repiten en cada deseo
escrutado en el brillo de unos ojos.

Pero aunque las calles vestidas de luz abracen los recelos,
en algún rincón hay alguien cubierto de harapos
en la sombra ciega de los días sin color.
No le alcanza el tono del aire traspasando la nota de una canción,
ni siente el latido de fuerza que da la  pasión.
Hace tiempo que ya no cuenta los días grises ni los de color,
sólo conoce un solsticio;
la noche perdida en el temblor de amaneceres en el holocausto.

La noche vieja abre una nueva luz a las historias trazadas en los pergaminos del tiempo
como todas las reflejadas en el espejo de la melancolía;
ante la multitud hay ventanas que esconden otros anhelos:
la voz desgarradora del niño pidiendo paz en la letra escrita,
el llanto oculto entre sábanas ante una soledad impertinente,
el recelo de un amor perdido ahogado en el licor de la muerte.

Historias, historias

se repiten las historias cada noche vieja, siempre las mismas,
y siempre la misma ceguera.


Gloria Gómez Candanedo
Integrante de los talleres de poesía Grupo Cero de Alcalá de Henares

martes, 1 de marzo de 2016

Poemas leídos en el recital 14 de febrero de 2016 - Los rostros del amor


MI SANGRE ES UN CAMINO

Me empuja a martillazos y a mordiscos,
me tira con bramidos y cordeles
del corazón, del pie, de los orígenes,
me clava en la garganta garfios dulces,
erizo entre mis dedos y mis ojos,
enloquece mis uñas y mis párpados,
rodea mis palabras y mi alcoba
de hornos y herrerías,
la dirección altera de mi lengua,
y sembrando de cera su camino
hace que caiga torpe y derretida.

Mujer, ira una sangre,
mira una blusa de azafrán en celo,
mira un  capote líquido ciñéndose a mis huesos
como descomunales serpientes que me oprimen
acarreando angustia por mis venas.

Mira una fuente alzada de amorosos collares
y cencerros de voz atribulada
temblando de impaciencia por ocupar tu cuello,
un dictamen feroz, una sentencia,
una exigencia, una dolencia, un río
que por manifestarse se da contra las piedras,
y penden para siempre de mis
relicarios de carne desgarrada.

Mírala con sus chivos y sus toros suicidas
corneando cabestros y montañas,
rompiéndose los cuernos a topazos,
buscándose la muerte de la frente a la cola.

Manejando mi sangre enarbolando
revoluciones de carbón y yodo
agrupado hasta hacerse corazón,
herramientas de muerte, rayos, hachas,
y barrancos de espuma sin apoyo,
ando pidiendo un cuerpo que manchar.

Hazte cargo, hazte cargo
de una ganadería de alacranes
tan rencorosamente enamorados,
de un castigo infinito que me parió y me agobia
como un jornal  cobrado en triste plomo.

La puerta de mi sangre está en la esquina
del hacha y de la piedra,
pero en ti está la entrada irremediable.

Necesito extender este imperioso reino,
prolongar a mis padres hasta la eternidad,
y tiendo hacia ti un puente de arqueados corazones
que ya se corrompieron y que aún laten.

No me pongas obstáculos que tengo que salvar,
no me siembres de cárceles,
no bastan cerraduras ni cementos,
no, a encadenar mi sangre de alquitrán inflamado
capaz de despertar calentura en la nieve.

¡Ay qué ganas de amarte contra un árbol!,
ay qué afán de trillarte en una era,
ay qué dolor de verte por la espalda
y no verte la espalda contra el mundo!

Mi sangre es un camino ante el crepúsculo
de apasionado barro y charcos vaporosos
que tiene que acabar en tus entrañas,
un depósito mágico de anillos
que ajustar a tu sangre,
un sembrado de lunas eclipsadas
que han de aumentar sus calabazas íntimas,
ahogadas en un vino con canas en los labios,
al pie de tu cintura al fin sonora.

Guárdame de sus sombras que graznan fatalmente
girando en torno mío a picotazos,
girasoles de cuervos borrascosos.
no me consientas ir e sangre en sangre
como una bala loca,
no me dejes tronar solo y tendido.

Pólvora venenosa propagada,
ornado por los ojos de tristes pirotecnias,
panal horriblemente acribillado
con un mínimo rayo doliendo en cada poro,
gremio fosforescente de acechantes tarántulas
no me consientas ser. Atiende, atiende
a mi desesperado sonreir,
donde muerdo la hiel por sus raíces
por las lluviosas penas recorrido.
Recibe esta fortuna sedienta de tu boca
que para ti heredé de tanto padre.

Miguel Hernández

“Poemas sueltos”