CANCIÓN PARA UNA NIÑA
TRISTE
Te
sientes como el pez que se
agota
de nadar contra corriente,
y
no sabes si duermes o
estas
muerta.
Caminas
descalza, llevando un
peso
en los pies que te hace
aplastar
las margaritas que
un
día deshojaste.
Ya
no sabes si juegas a
la rayuela, o te estas dejando
la rayuela, o te estas dejando
ganar
a la ruleta rusa.
Querida
niña, que siempre pedía
deseos
a las estrellas fugaces,
porque
aquí huele demasiado
a
muerto.
Llevas
toda la vida esperando
que
ganen los buenos,
creo
que aún no has entendido
el
cuento.
Te
cortaran el cuello pero nunca
dejarás
de mirar al cielo.
Valiente,
duerme valiente,
que
si no descansas, mañana
no
será otro día.
Yo
te regaré la almohada,
antes
de que caigan tus párpados
y
sueñes.
No
hace mucho, estuve en el
desierto,
y en el reflejo
de
un oasis conocí a alguien,
con
mirada colérica y piel escamada.
Me
hizo jugar a las adivinanzas
a
cambio de un sorbo de agua.
Decía:
“valiente” una y otra vez.
Valiente…
y otra vez más
como
si de una nana se tratase
me
duermo.
Cristina
Ajenjo
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