sábado, 29 de febrero de 2020

POESÍA MÁS POESÍA - Prog. 89 Víctor Hugo y Maribel Dmínguez




           El programa nº 89 de "Poesía mas Poesía", realizado por Clémence Loonis, Norma Menassa, Virginia Valdominos, Cruz González, Olga de Lucía, Helena Trujillo, dirigido por Miguel Óscar Menassa, homenajea esta vez al poeta francés Víctor Hugo siendo invitada a participar Maribel Domínguez. 
          Les invitamos a disfrutar de este programa y conocer la labor poética que realizan estas seis poetas de la Escuela de Poesía Grupo Cero. Este es el poeta 89, hay muchos más que iremos presenciando. Los anteriores se pueden ver en Youtube y en Televisión Grupo Cero, eligiendo el programa "Poesía mas Poesía".


martes, 25 de febrero de 2020

CÓPULA




CÓPULA


¡Nos unió la mañana con sus risas!

En las rondas del sol
canciones de naranjas.
Danzas de nuestros cuerpos
desnudos –rojo bronce.

El olor de la luz era sagrado:
música de horizontes,
espacio de paisajes
–rojo bronce-
ruido de melodías,
himno de soles,
eternidad
y abismo de la dicha
en la alegría loca de los vientos.
Canciones de naranjos
en la piedad de los caminos
¡Todas las aguas del silencio
rompimos en la danza!

Dicha de los abrazos y los besos;
toda la gloria de la vida
en nuestros pechos
jadeantes y ligeros;
nuestros cuerpos: auroras y ponientes
en  la alegría loca de los vientos.

¡El corazón del mundo está en nuestra boca!


Jacobo Fijman


sábado, 22 de febrero de 2020

BIENVENIDA



BIENVENIDA


Se me ocurre que vas a llegas distinta
no exactamente más linda
ni más fuerte
ni  más cauta
tan solo que vas a llegar distinta
como si esta temporada de no verme
te hubiera sorprendido a vos también
quizá porque sabes
cómo te pienso y te enumero

después de todo la nostalgia existe
aunque no lloremos en los andenes fantasmales
ni sobre las almohadas de candor
ni bajo el cielo opaco

yo nostalgio
tu nostalgias
y cómo me revienta que él nostalgie

tu rostro es la vanguardia
tal vez llega primero
porque lo pinto en las paredes
con trazos invisibles y seguros

no olvides que tu rostro
me mira como pueblo
sonríe y rabia y canta
como pueblo
y eso te da una lumbre
inapagable
ahora no tengo dudas
vas a llegar distinta y con señales
con nuevas
con hondura
con franqueza

sé que voy a quererte sin preguntas
sé que vas a quererme sin respuestas.

Mario Benedetti

jueves, 20 de febrero de 2020

TIEMPO SIN TIEMPO



TIEMPO SIN TIEMPO


Preciso tiempo necesito este tiempo
que otros dejan abandonado
porque les sobra o ya no saben
que hace con él
tiempo
en blanco
en rojo
en verde
hasta en castaño oscuro
no me importa el color
cándido tiempo
que yo no puedo abrir
y cerrar
como una puerta

tiempo para mirar un árbol un farol
para andar por el fijo del descanso
para pensar qué bien hoy es invierno
para morir un poco
y nacer enseguida
y para darme cuenta
y para darme cuerda
preciso tiempo el necesario para
chapotear unas horas en la vida
y para investigar por qué estoy triste
y acostumbrarme a mi esqueleto antiguo

tiempo para esconderme
en el canto de un gallo
y para reaparecer
en un relincho
 y para estar al día
para estar a la noche
tiempo sin recato y sin reloj

vale decir preciso
o sea necesito
digamos me hace falta
tiempo sin tiempo

Mario Benedetti

miércoles, 19 de febrero de 2020

SI TÚ ME OLVIDAS



SI TÚ ME OLVIDAS


QUIERO que sepas
una cosa.

Tú sabes cómo es esto:
si miro
la luna de cristal, la rama roja
del lento otoño en mi ventana,
si toco
junto al fuego
la impalpable ceniza
o el arrugado cuerpo de la leña,
todo me lleva a ti,
como si todo lo que existe,
aromas, luz, metales,
fueran pequeños barcos que navegan
hacia las islas tuyas que me aguardan.
Ahora bien,
si poco a poco dejas de quererme
dejaré de quererte poco a poco.

Si de pronto
me olvidas
no me busques,
que ya te habré olvidado.

Si consideras largo y loco
el viento de banderas
que pasa por mi vida
y te decides
a dejarme a la orilla
del corazón en que tengo raíces,
piensa
que en ese día,
a esa hora
levantaré los brazos
y saldrán mis raíces
a buscar otra tierra.

Pero
si cada día,
cada hora
sientes que a mi están destinada
con dulzura implacable.
Si cada día sube
una flor a tus labios a buscarme,
ay amor mío, ay mía,
en mi todo ese fuego se repite,
en mi nada se apaga ni se olvida,
mi amor se nutre de tu amor, amada,
y mientras vivas estará en tus brazos
sin salir de los míos

Pablo Neruda


martes, 18 de febrero de 2020

RIMA XLIII

RIMA – XLIII

Si al mecer las azules campanillas
de tu balcón,
crees que suspirando pasa el viento
murmurador,
sabe que oculto entre las verdes hojas
suspiro yo.

Si al resonar confuso a tus espaldas
vago rumor,
crees que por tu nombre te ha llamado
lejana voz,
sabe que entre las sombras que te cercan
te llamo yo.

Si se turba medroso en la alta noche
tu corazón,
al sentir en tus labios un aliento
abrasador,
sabe que, aunque invisible, al lado tuyo
respiro yo.

Gustavo Adolfo Bécquer


lunes, 17 de febrero de 2020

PRESENTACIÓN DEL LIBRO: DEPRESIÓN CÁNCER SUICIDIO




PRESENTACIÓN DEL LIBRO:
DEPRESION, CANCER, SUICIDIO
CASOS CLINICOS
DE CARLOS FERNANDEZ DEL GANSO

Depresión, Cáncer, Suicidio, Casos Clínicos, un libro de Carlos Fernández del Ganso, médico y psicoanalista, que se viene a sumar a los previos, 6 libros de psicoanálisis escritos en colaboración con otros autores y 5 libros de los que es el único autor, con este 6 y que nos muestra, no sólo cómo ha sido transmitido, su formación, sino también su compromiso con la difusión del Psicoanálisis.
El libro está estructurado en una Introducción a modo de prólogo, 10 capítulos (Generalidades sobre la depresión, Duelo y melancolía - Depresión y tristeza. Generalidades sobre el cáncer. Inmunodepresión, genética y cáncer. El suicido y la muerte que no se puede vivir, Casos clínicos de depresión. Psicoanálisis de la salud. Criterios de salud y enfermedad y un Decálogo a modo de conclusiones)
Voy a comenzar rescatando dos frases: En la salud se trata de seguir sumando, no hay que detenerse, que aparece en la última página del libro. La otra: La alta morbilidad y la llamativa mortalidad de los trastornos del estado ánimo, de los trastornos oncológicos y el fatal desenlace del suicido, merecen una implicación social que debe empezar por los propios responsables de la salud, en la primera página. 

domingo, 16 de febrero de 2020

HOJAS CAÍDAS



HOJAS CAÍDAS

A los primero vientos del Otoño
las amarillas hojas se columpian
entre los huecos que dejó el follaje
al perder su  verdor y su espesura.
Y van cayendo; ráfagas ligeras
del árbol las desprenden una a una,
o en recia sacudida
hienden el aire como espesa lluvia.

El suelo cubren cual crujiente alfombra;
las pisa planta ruda,
y parece que exhalan un gemido
al verse holladas en la tierra dura.
¡Ellas, antes mecidas por las auras,
besadas por el sol y por la luna
en la alta copa que adornó el espacio
como oscilante cúpula;
ellas, que, en juventud, al árbol dieron
su pompa y hermosura,
y abrigaron cual madres cariñosas,
la flor temprana, la naciente fruta;
ellas, que dieron sombra al caminante
y al ave blanca cuna,
y a los desiertos campos sus rumores,
y a los cálidos aires su frescura!

Más llegó la vejez, llegó el invierno,
y pálidas y mustias,
como tristes despojos de la vida
las llevará del huracán la furia.
Ya giran en revuelto remolino,
se alejan o se juntan,
y al hallar un momento de reposo,
se despiden, quizás por la vez última,
No verán más sus árboles queridos:
ya el aire las empuja,
y revolando irán, lejos, muy lejos,
¡para no volver nunca!

¿Adónde, adónde irán? En varia suerte,
del viento esclavas, por distintas rutas,
y en rápido tropel luego esparcidas,
caminarán a su ignorada tumba.
Subirán unas a la enhiesta cumbre,
bajarán otras a la sima obscura;
a unas arrastrará raudo el torrente,
otras irán del mar en las espumas,
y en las aguas perdidas, o en el polvo,
no dejarán al fin huella ninguna.
¡Pobres hojas caídas,
os miro con piedad y con angustia;
vuestro fin lastimoso me presenta
del humano existir la copia justa!
También somos los seres
débiles que el destino impulsa,
y arrastran las pasiones
por sendas varias, entre horribles luchas.

Al cerrar para siempre nuestros ojos
a la luz de ese sol que nos alumbra,
nuestro fin  es igual, ¡oh pobres hojas!:
desparecer… morir… no volver nunca.

Mercedes de Velilla

miércoles, 12 de febrero de 2020

ESTOY TRISTE, Y MIS OJOS NO LLORAN...


ESTOY TRISTE, Y MIS OJOS NO LLORAN…


Estoy triste, y mis ojos no lloran
y no quiero los besos de nadie;
mi mirada serena se pierde
en el fondo callado del parque.

¿Para qué he de soñar en amores
si está oscura y nuviosa la tarde
y no vienen suspiros ni aromas
en las rondas tranquilas del aire?

Han sonado las horas dormidas;
está solo el inmenso paisaje;
ya se han ido los lentos rebaños;
flota el humo en los pobres hogares.

Al cerrar mi ventana a la sombra,
una estrena brilló en los cristales;
estoy triste, mis ojos no lloran,
¡ya no quiero los besos de nadie!

Soñaré con mi infancia: es la hora
de los niños dormidos; mi madre
me mecía en su tibio regazo,
al amor de sus ojos radiantes;

y al vibrar la amorosa campana
de la ermita perdida en el valle,
se entreabrían mis ojos rendidos
al misterio sin luz de la tarde…

Es la esquila; ha sonado. La esquila
ha sonado en la paz de los aires;
sus cadencias dan llanto a estos ojos
que no quieren los besos de nadie.

¡Qué mis lágrimas corran! Ya hay flores,
ya hay fragancias y cantos; si alguien
ha soñado en mis besos, que venga
de su plácido ensueño a besarme.

Y mis lágrimas corren… no vienen…
¿Quién irá por el triste paisaje?
Sólo suena en el largo silencio
la campana que tocan los ángeles.

Juan Ramón Jiménez


martes, 11 de febrero de 2020

GRANDE Y SABIO


GRANDE Y SABIO

Alcé los ojos: tu mirada, entonces,
brilló intensa en mis lágrimas,
como un rayo de sol que ardiente cae
sobre trémulas aguas.
Te dejé mirar, por parecerme
que te causaba pena,
aunque yo, contemplándola, sentía
satisfacción secreta.
Volví a mirarte cuando ya a mis labios
atrajo una sonrisa:
llorando estabas tú, pero tus lágrimas
eran lágrimas mías.
Grande es tu corazón, porque consuela
con el triste sufriendo:
tu corazón es sabio porque sabe
llorar males ajenos.

Concepción de Estevarena


domingo, 9 de febrero de 2020

UN CAMBIO EN LOS CLIMAS DEL CORAZÓN...


UN CAMBIO EN LOS CLIMAS DEL CORAZÓN


Un cambio en los climas del corazón
vuelve seco lo húmedo, la bala de oro estalla
sobre la tumba helada.
Un clima en la comarca de las venas
cambia la noche en día; la sangre entre sus soles
ilumina al viviente gusano.

Un cambio en el ojo advierte a tiempo
la ceguera hasta el hueso; y el útero incorpora
una muerte mientras surge la vida.

Una sombra en el clima del ojo
es a medias su luz; el mar sondeado irrumpe
sobre una tierra sin arpones.
La semilla que del lomo hace una selva
divide en dos su fruto; y la mitad se escurre
lenta en un viento dormido.

Un clima en la carne y el hueso
es seca y húmeda; el viviente y el muerto
se mueven como espectros ante el ojo.

Un cambio en el clima del mundo
vuelve espectro al espectro; y cada niño dentro su madre
se repliega en su doble de sombra.
Un cambio echa la luna dentro del sol,
tira de las ajadas cortinas de la piel;
y el corazón entrega a sus muertos.

Dylan Thomas

jueves, 6 de febrero de 2020

A LAS VÍRGENES


A LAS VÍRGENES


¡Oh vírgenes rebeldes y sumisas:
convertidme en el fiel reclinatorio
de vuestros oídos y vuestras sonrisas
y en la fragua sangrienta del holgorio
en que quieren quemarse vuestras prisas!...
¡Oh botones baldíos en el huerto
de una resignación llena de abrojos:
lloráis un bien que, sin nacer, ha muerto,
y a vuestra pura lápida concierto
los fraternales llantos de mis ojos!...

¡Hermanas mías, todas,
las que, contentas con el limpio daño
de la virginidad, casi en las bodas
celestes, por llevar sobre las finas
y litúrgicas palmas y  en el paño
de la eterna Pasión, clavos y espinas;
y vosotras también, las de la hoguera
carnal en la vendimia y el chubasco,
en el invierno y en la primavera;
las del nítido viaje de Damasco
y las que en la renuncia llana y lisa
de la tarde, salís a los balcones
a que beban la brisa los sexos,
cual sañudos escorpiones!

¡El tiempo se desboca; el torbellino
os arrastra al fatal despeñadero
de la Muerte; en las sombras adivino
vuestro desnudo encanto volandero;
y os quisieran ceñir mis manos fieles
por detener vuestra caída oscura
con un lúbrico lazo de claveles
lazado a cada virginal cintura!

Vírgenes fraternales: ¡me consumo
en el álgido afán de ser el humo
que se alza en vuestro aceite
a hora ya deshora,
y de encarnar vuestro primer deleite
cuando se filtra la modesta aurora,
por la jactancia de la bugambilia,
en las sábanas de vuestra vigilia!

Ramón López Velarde


miércoles, 5 de febrero de 2020

EL SERENO



EL SERENO

El sereno el domingo madrugaba.
Levantado a las siete de la tarde,
se iba a ver los colores al paseo.
Por la noche el sereno era distinto,
conocía a las putas por las piernas,
conocía a los chulos por el paso
y tenía un revólver pequeñito.
El sereno era pasto de la noche,
entendía de gritos de mujeres,
sabía si parían o gozaban
y reía o llamaba al cirujano.
El sereno era un hombre misterioso,
se afeitaba debajo de la luna
y fumaba cigarros prohibidos.
El sereno está preso,              
pues le daba
por proteger a un coro de mendigos.

Gloria Fuertes


martes, 4 de febrero de 2020

LA ARENA


LA ARENA

Blanca, consumida por la alquimia y  la sal,
tendida en su lecho virgen las alas de la luna
deja caer su velo de novia
para cubrir al señor de los náufragos.
Y no olvides que también es mortaja.

Tortúrame, arena, con el auto de fe del sol en la bahía, arráncame frene al océano mi última confesión.
Labios sin dogma
al pie de la escollera de terribles piedras donde
el mar estalla.
Vienes de muy lejos como la sangre,
tu amor seduce ciertas almas,
giran en el viento,
asumen el temblor del cangrejo acosado en su cueva.

Tu tesoro son conchillas trizadas y tu leche es árida
como hueso. Despojos
de la sístole y la diástole del salvaje corazón marino.

Sedienta del agua que te castiga brilla como un incendio
el oro de tus caderas de odalisca.  

Tumba o promesa de grandes placeres de la
intemperie, pero tan pérfidamente seductora
para que alguien, sobre tu superficie, reverberante y unánime,
escriba con un dedo la palabra “adiós” y un nombre
que
se borra.

Enrique Molina