lunes, 26 de abril de 2021

ESPAÑA EN PAZ

ESPAÑA EN PAZ

 

En mi rincón moruno, mientras repiquetea

el agua de la siembra bendita en los cristales,

yo pienso en la lejana Europa que pelea,

el fiero norte, envuelto en lluvias otoñales.

Donde combaten galos, ingleses y teutones,

allá, en la vieja Flandes y en una tarde fría,

sobre jinetes, carros, infantes y cañones

pondrá la lluvia el velo de su melancolía.

Envolverá la niebla el rojo expoliario

-sordina gris al férreo claror del campamento-;

las brumas de la Mancha caerán como un sudario

de la flamenca duna sobre el fangal sangriento.

Un César ha ordenado las tropas de Germania

contra el francés avaro y el triste moscovita,

y osó hostigar la rubia pantera de Britania.

Medio planeta en armas contra el teutón milita.

¡Señor? La guerra es mala y bárbara; la guerra,

odiada por las madres, las almas entigrece;

mientras la guerra pasa, ¿quién sembrará la tierra?

¿Quién segará la espiga que junio amarillece?

Albión acecha y caza las quillas en los mares;

Germania  arruina templos, moradas y talleres;

la guerra pone un soplo de hielo en los hogares,

y el hambre en los caminos, y el llanto en las mujeres.

Es bárbara la guerra, y torpe y regresiva;

¿por qué otra vez a Europa esta sangrienta racha

que siega el alma y esta locura acometiva?,

¿por qué otra vez el hombre de sangre se emborracha?

La guerra nos devuelve las podres y las pestes

de ultramar cristiano; el vértigo de horrores

que trajo a Atila a Europa con sus feroces huestes;

las hordas mercenarias, los púnicos rencores;

la guerra nos devuelve los muertos milenarios

de cíclopes, centauros, Heracles y Teseos;

la guerra resucita los sueños cavernarios

del hombre con peludos mamutes giganteos.

¿Y bien? El mundo en guerra, y en paz España sola.

¡Salud, oh buen Quijano! Por si este gesto es tuyo,

yo te saludo. ¡Salve! Salud, paz española,

si no eres paz cobarde, sino desdén y orgullo.

Si eres desdén y orgullo, valor de ti; si bruñes

en esa paz, valiente, la enmohecida espada,

para tenerla limpia, sin tacha, cuando empuñes

el arma de tu vieja panoplia arrinconada;

si pules y acicalas tus hierros para, un día,  

vestir de luz, y erguida; Heme aquí, pues, España,

en alma y cuerpo, toda, para una guerra mía,

heme aquí, pues, vestida para la propia hazaña,

decir, para que diga quien oiga: Es voz, no es eco,

el buen manchego habla palabras de cordura,

parece que el hidalgo amojamado y seco

entró en razón, y tiene espada a la cintura;

entonces, paz en España, yo te saludo.

Si eres vergüenza humana de esos rencores cabezudos

con que se matan miles de avaros mercaderes,

sobre la madre tierra que los parió desnudos;

si sabes cómo Europa entera se anegaba

en una paz sin alma, en un afán sin vida,

y que una calentura cruel la aniquilaba,

que es hoy la fiebre de esta pelea fratricida;

si sabes que esos pueblos arrojan sus riquezas

al mar y al fuego-todos-para sentirse hermanos

un día ante el divino altar de la pobreza,

gabachos y tudescos, latinos y britanos,

entonces, paz en España fuerte, también yo te saludo,

a ti, la España fuerte, si, en esta paz bendita,

en tu desdeño esculpes, como sobre un escudo,

dos ojos que avizoran y un ceño que medita.

 

Antonio Machado

Baeza, 10 de noviembre de 1914

 

 

 

Revista de Poesía nº 25 - Rosalía de Castro

 

miércoles, 21 de abril de 2021

ESTARÁS EN EL RECUERDO


 

ESTARÁS EN EL RECUERDO

 

A Sergio Lidid Céspedes

 

Estarás en el recuerdo

cada vez que alguien piense en don Alonso

como el enamorado eterno de su propia Dulcinea,

cada vez que alguien suba al tren

que lleva el recorrido cervantino suscitando la sonrisa

al elevar la palabra en forma de lanza

a los poderosos

en forma de molino

buscando ecuanimidad entre correligionarios

de diferentes mesetas.

Estarás en el recuerdo

al pronunciar esos versos lanzados al espacio

rescatando una pequeña alegría a la mansedumbre

en sus monótonas horas

mediando entre la necedad y la cordura

sin saber si el próximo amanecer el pan llegará a la mesa.

Estarás en el recuerdo entre versos alocados y tarimas de coliseo

entremezclando albores de la estepa

y desvelos al silbo de araucaria

extendiendo haces de otro hemisferio

en el fondo del océano al brindar por incertidumbres

al desconsuelo de los aplastados en el fango

o los osados a romper la barrera del tirano.


Algunos te recordaremos disfrazado

engalanando la sencillez de un pueblo a la deriva

buscando la ternura en la sublimación de esa mirada

trayendo la serenidad de una sabiduría

albergada en el correr del tiempo

entre la adversidad de lejanos continentes.

Recordaremos los versos alocados de Margarita

y la solemnidad del poeta al otro lado del océano,

la placidez de tus palabras

en una tarde de abril dilucidando futuros

sobre urnas de cristal avecinando sombras,

el aplauso reconocido

de tertulias en las calles las tardes de verano,

el saber incógnito de una armadura

evocando el adalid caballero

encarnando el eterno enamorado de la belleza,

desprendiendo la sonrisa perdida entre avatares humildes,

sosegando el tiempo en la serenidad de tu voz.

 

Gloria Gómez

Abril 2021

lunes, 19 de abril de 2021

LA ÚLTIMA ESTACIÓN

 


LA ÚLTIMA ESTACIÓN

 

             A Sergio Lilid Céspedes, actor, novelista y dramaturgo.

 

Partiste en un último trayecto

mientras viajas con la mente y la fantasía

de un extraordinario escritor,

con la dignidad de un aventurero incansable

que siempre supo volar

y con las botas puestas de un guerrillero

manchadas con el barro del idealismo

del que no te podías desprender.

Empuñaste, siempre lanza en ristre, un ideal de justicia.

Cabalgabas por los ferrocarriles cotidianos,

la pasión por el teatro era tu motor,

portabas en tus pupilas esa ilusión

regalando, con tu voz engolada,

una dosis de maravillosa quimera

en cada estación.

Amando a bellas Dulcineas,

luchando contra los gigantes molinos

encarnabas como nadie a un Quijote

de triste figura.

Lector voraz que no encontraba respuesta

a los grandes conflictos de la humanidad,

maestro rural antes y

con los pies en este mundo

idealista incansable,

enseñaste a leer a los niños pobres de las aldeas

y defendiste al indio mapuche exterminado en la selva.

Te encerraron en Chacabuco

pero los barrotes no pudieron contigo.

En la sombría y húmeda cárcel construiste tus alas

de libertad.

Seguiste viajando, amando y trabajando la palabra,

compartiendo conversaciones

sembrando amistades

pasados los años

desde una cómoda metrópoli

donde habitabas y podías mirar hacia otro lugar

mirabas a ese Chile, sin evolucionar,

condenabas la represión policial.

Clamabas por esos estudiantes universitarios

a los que no se le permitía pensar.

Luchaste hasta el final.

No serás polvo en el viento

dejaste tu palabra de dramaturgo escrita

en el corazón de los que te conocieron

y aunque haya caído el telón

y ya no resuene el eco de tu último aplauso

una lágrima de orgullo y agradecimiento

podrás ver en el rostro de aquellos

que hemos compartido más de una velada contigo.

Para ti un eterno aplauso.

 

Hasta siempre y

siempre estarás conmigo

mi compañero y amigo.

 

Maribel Domínguez Duarte

jueves, 15 de abril de 2021

TE QUIERO

 


TE QUIERO

 

 

Te quiero.

 

Te lo he dicho con el viento,

jugueteando como animalillo en la arena

o iracundo como órgano impetuoso;

 

Te lo he dicho con el sol,

que dora desnudos cuerpos juveniles

y sonríe en todas las cosas inocentes;

 

Te lo he dicho con las nubes,

frentes melancólicas que sostienen el cielo,

tristezas fugitivas;

 

Te lo he dicho con las plantas,

leves criaturas transparentes

que se cubren de rubor repentino;

 

Te lo he dicho con el agua,

vida luminosa que vela un fondo de sombra;

te lo he dicho con el miedo,

te lo he dicho con la alegría,

con el hastío, con las terribles palabras.

 

Pero así no me basta,

más allá de la vida,

quiero decírtelo con la muerte;

más allá del amor,

quiero decírtelo con el olvido.

 

Luis Cernuda

domingo, 4 de abril de 2021

UNA CAMINO INFINITO - "POEMAS DEL TALLER DE POESÍA GRUPO CERO DE ALCALÁ DE HENARES"


 

UN CAMINO INFINITO

 

 

No entenderás ni con 1 millón de estrellas de qué color son los ojos de la muerte.

 

Podrás intuir los senderos que brinda la vida y aunque te cuente los trayectos de la mía solo podrás comprender que;

 

Las manillas del tiempo no cesan nunca.

Que te faltarán dedos para contar las lágrimas que derramarás en tu día.

 

Que miles de sonrisas taparán el sol abrasador para que tus pies se enfrenten a sus peores durezas.

 

 

Muchos te dejarán por el camino y otros te empujarán a lo alto de la cima.

 

Saltarás ciego y loco al abismo más oscuro y te levantarás sin titubeos como Lázaro se levantó ante su dios.

 

Encontrarás a alguien que te susurre el beneficio de la duda mientras el otoño marchita las hojas celestes dando color a la esperanza. 

 

Te darás cuenta que con los años el drama se convierte en comedia grabando a fuego lento lo que la vida te quitó.

 

Sabrás que aunque vayas de la mano del tiempo siempre quedan huecos por escribir y si algún día has aceptado que tus cenizas se enamoren de tu esquela, entonces ese día se forjarán las sendas de un camino infinito.

 

Héctor Pérez Rivera

Cuadro: Mujer de Cadaqués de Dalí por Carlos Fernández

jueves, 1 de abril de 2021

UN AÑO SIN TUS ABRAZOS - "POEMAS DEL TALLER DE POESÍA GRUPO CERO DE ALCALÁ DE HENARES"

 


UN AÑO SIN TUS ABRAZOS

 

Vuelve el verdor a los valles, como hace un año,

y parece que fue esta mañana, la última despedida,

el almendro vuelve a dar su fruto,

igual que hace un año en medio del holocausto,

tus besos se fueron tras la ventana,

aún sin regreso

como si fuera ayer,

como si solo hubieran pasado unas horas.

 

El agua del río fluye, como si nada,

acaricia otras flores,

la corriente adormece la noche como ayer

cuando adormecía entre tus brazos el tiempo que se fue.

 

La sombra sigue cubriendo las almas

y no parece que hayan pasado largas horas,

se fueron algunas sonrisas

diluidas en el viento alejando el eco de la sutil entraña,

los adioses se disiparon tras el manto del temor,

y el reloj sigue marcando los minutos

como cada noche sin tu aroma.

 

Todo parece igual,

mas el vecino ya no baja la escalera,

el abuelo no parte el pan,

el compañero se llevó la última sonrisa,

la madre ya no acuna su regazo,

el amigo no acoge en la desdicha,

el aula sin maestro,

el cartero desaparece en el camino,

el compadre no baila con la novia,

y todo parece que no pasó.

 

Bailábamos todos, reíamos todos,

las pieles se tocaban sin resquemor,

sin apreciar el valor, el peso de la vida cayó

como un rayo magnicida sobre la frente,

la tierra tembló y no por un terremoto,

aún acoge réplicas,

aún seguimos añorando el ayer,

aún arrastramos lodo en la mirada,

resquebrajamos la dignidad del entorno,

y las pequeñas cosas que alientan nuestra espalda.

 

Seguimos sin apreciar la suma del encuentro,

como ayer,

seguimos clavando espinas en el extraño,

como ayer vacilábamos entre extender la mano al náufrago

o soltar amarras al doblar la esquina.

 

Al principio el temor aunaba entre contrarios,

las palmas se extendían haciendo estruendo,

la luz parecía abrir armonías tras la puerta,

el deseo imponía el reparto de cordialidad

a encontrarse de nuevo estrechando distancias,

la esperanza cubría la desnudez,

mas el ímpetu se volatiliza al paso de las estaciones

y al igual que ayer el árbol vuelve a dar fruto,

las aguas siguen su curso,

el monte otea los valles,

los campos humedecen la sombra,

y el valor a la libertad vuelve a enturbiar los caminos.

 

Tus abrazos aún sin regreso,

siguen velados tras la máscara marcando el límite,

como si hubieran pasado lustros,

a veces segundos,

a veces un abismo y otras sin medida

como estaban ayer, tras otra máscara

marcando otros límites.

 

Gloria Gómez Candanedo

Cuadro: La siesta de Picasso por Carlos Fernández