jueves, 1 de abril de 2021

UN AÑO SIN TUS ABRAZOS - "POEMAS DEL TALLER DE POESÍA GRUPO CERO DE ALCALÁ DE HENARES"

 


UN AÑO SIN TUS ABRAZOS

 

Vuelve el verdor a los valles, como hace un año,

y parece que fue esta mañana, la última despedida,

el almendro vuelve a dar su fruto,

igual que hace un año en medio del holocausto,

tus besos se fueron tras la ventana,

aún sin regreso

como si fuera ayer,

como si solo hubieran pasado unas horas.

 

El agua del río fluye, como si nada,

acaricia otras flores,

la corriente adormece la noche como ayer

cuando adormecía entre tus brazos el tiempo que se fue.

 

La sombra sigue cubriendo las almas

y no parece que hayan pasado largas horas,

se fueron algunas sonrisas

diluidas en el viento alejando el eco de la sutil entraña,

los adioses se disiparon tras el manto del temor,

y el reloj sigue marcando los minutos

como cada noche sin tu aroma.

 

Todo parece igual,

mas el vecino ya no baja la escalera,

el abuelo no parte el pan,

el compañero se llevó la última sonrisa,

la madre ya no acuna su regazo,

el amigo no acoge en la desdicha,

el aula sin maestro,

el cartero desaparece en el camino,

el compadre no baila con la novia,

y todo parece que no pasó.

 

Bailábamos todos, reíamos todos,

las pieles se tocaban sin resquemor,

sin apreciar el valor, el peso de la vida cayó

como un rayo magnicida sobre la frente,

la tierra tembló y no por un terremoto,

aún acoge réplicas,

aún seguimos añorando el ayer,

aún arrastramos lodo en la mirada,

resquebrajamos la dignidad del entorno,

y las pequeñas cosas que alientan nuestra espalda.

 

Seguimos sin apreciar la suma del encuentro,

como ayer,

seguimos clavando espinas en el extraño,

como ayer vacilábamos entre extender la mano al náufrago

o soltar amarras al doblar la esquina.

 

Al principio el temor aunaba entre contrarios,

las palmas se extendían haciendo estruendo,

la luz parecía abrir armonías tras la puerta,

el deseo imponía el reparto de cordialidad

a encontrarse de nuevo estrechando distancias,

la esperanza cubría la desnudez,

mas el ímpetu se volatiliza al paso de las estaciones

y al igual que ayer el árbol vuelve a dar fruto,

las aguas siguen su curso,

el monte otea los valles,

los campos humedecen la sombra,

y el valor a la libertad vuelve a enturbiar los caminos.

 

Tus abrazos aún sin regreso,

siguen velados tras la máscara marcando el límite,

como si hubieran pasado lustros,

a veces segundos,

a veces un abismo y otras sin medida

como estaban ayer, tras otra máscara

marcando otros límites.

 

Gloria Gómez Candanedo

Cuadro: La siesta de Picasso por Carlos Fernández

 

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