miércoles, 28 de julio de 2021

NO HAY PALABRAS - Carmen Salamanca Gallego - Poetas del Grupo Cero

 


NO HAY PALABRAS

 

No hay palabras que disfracen mi aliento.

 

Desde inmemoriales suburbios,

repaso conclaves interiores

y desaforadas premisas:

no hay palabras si  no las pronuncio.

 

Desterrada de ingentes pasiones,

expulsada de interminables

vaivenes de la vida,

recupero el  aliento de tu voz:

 

Nada queda sino es dicho,

nada sobrevivirá al tiempo,

a mis huesos raídos,

a mi piel ajada,

a mi alma de animal subterráneo,

si no lo escribo. 

 

Por eso hoy desdeño los disfraces

y vuelo sobre tu piel

para que esa fuerza nos acompañe.

 

Carmen Salamanca

Cuadro: "Entredicho" de Miguel Oscar Menassa

lunes, 26 de julio de 2021

VOZ MAESTRA

 


VOZ MAESTRA

A Miguel Óscar Menassa en su 75 cumpleaños

 

Hay que ser valiente para arrancar la entraña a la tierra

y ponerla en la meseta árida, sin sombra que cobije

el canto de un mirlo.

 

Ser lo bastante impetuoso para enterrar

la niñez embebida en pasos de tango,

entre fangos a la deriva de continentes

extraños a la media luna.

 

Desenterrar el deseo en versos

tras el cristal del cielo gris

dibujar sonrisas vacilando en siluetas entre pinceles

y talismanes de color valsando lienzos.

 

El latido profano del recuerdo

llamando en las noches tristes

estremece la piel con el sonido de la nota más bella

y aparece ahogado en páginas articuladas

en hojas nuevas sin vacilar el instante.

 

La voz, siempre la voz alzada,

en los más oscuros recovecos si es preciso,

acariciando el alma desnuda que solo pide pan.

 

Hay que tener la entereza pertinente

para caminar erguido ante la desolación de la lejanía

sin ocultar la mueca sonriente.

Levantar el pulso trastocado de guerras infames.

Y desentrañar la pena de vegas infantiles.

 

Ya lo dice el poema,

todo es posible si el pulso lo sostiene

si aún queda una pequeña lágrima en la cuenca,

si el cielo brumoso deja una hendidura al universo.

 

Setenta cinco años concediendo la palabra al viajero.

Setenta y cinco años entregando flores

a la mirada perdida, arrancando la grandeza

de un sollozo en los días adversos.

Poniendo la flor ardiente entre bambalinas

al llevar la belleza en lechos de trópicos milenarios.

 

Y llevando una riqueza sin límites en versos candentes,

atravesando océanos,

haciendo  bailar a las estrellas que despiertan a la noche.

 

La suma de los días, seguirá abriendo ventanas al cielo

a la ávida expresión, surgida en leyendas de cuna.

 

Gloria Gómez Candanedo

Del libro “Caminante”

miércoles, 21 de julio de 2021

AQUÍ, UNA TARDE

 


AQUÍ, UNA TARDE

 

Aquí, una tarde cualquiera, en un invierno cualquiera

arrollando las palabras sobre un frenesí

ahuyentando en sombras.

Aquí, a una hora cualquiera, 

no encuentro los versos que acoplan

en tu entraña tanto fulgor atropellado en la cuna.

 

Una vez más las lágrimas cristalizan la tez

de unos augurios templados en deseos

de salvar lo imposible.

Aquello que está al otro lado de un espejo,

no se puede manejar, ni colorear.

 

Una vez más el despecho tendido en la almohada

se viste de gala entre los cuerpos desasidos

y surge entre jirones de silencio una lengua voraz

degollando los mástiles de franqueza.

 

Aquí, una tarde cualquiera devanando los hilos

enlazando cualquier caricia escapándose

a nuestros besos.

Y así poner en tus alas el vuelo enloquecido

ante la desnudez de las olas rompiendo una y otra vez

la escollera de la absurda formalidad.

 

Una vez más, aquí, en esta tarde

devoramos entre besos  el anverso

de inexcusables veleidades.

 

Gloria Gómez Candanedo

lunes, 19 de julio de 2021

NO ME REGALES ROSAS

 


NO ME REGALES ROSAS

 

No me regales rosas.

No es que yo no ame las rosas,

es que en el rosal lucen mejor

están vivas y cantan sus alegría en los pétalos

dando el sí cuando corresponde un amor

y el no cuando visita el silencio.

 

En su raíz perdura la savia de la vida

recordando las espinas

que recorren el alma al ver su tallo.

Alcanzan la libertad echando la corola al viento

para sembrar más vida en distinto jardín.

Nos sonríen a su paso

dejando el inconfundible aroma de los besos

inspiran el mejor verso al amante taciturno

colman de belleza el trasluz de la ventana

tersas y sublimes nos abren el rocío abrazando cuerpos.

Muestran la libertad en banderas trayendo el pan.

 

En su regazo guardan mi niñez.

Cada año siento su aroma acariciando mi piel,

van siempre en mi camino.

 

¿Cómo voy a querer arrancarlas?

Han escuchado mis plegarias y mis juegos

y han sido las primeras en descubrir mi primer beso

han visto mi llanto y mi dolor, mis quejas y mis sueños.

Sonrientes cimbrean el ritmo de los amantes

son libres en su matorral,

allá donde están dejan una sonrisa

que solo ellas conocen.

 

Mas si se las corta…, se marchitan

poco a poco se vuelven tristes,

no les llega la savia de la tierra

…y sin darnos cuenta

el lugar que ocupan,

queda vacío y lleno de soledad,

en forma de nudo en el pecho

como si el amor se acabara.

Como si solo durase el tiempo

que dura una flor cuando la cortas.

 

No me regales rosas, no.

Aunque sea para poner color

sería como arrancar el néctar de la tierra

como quedarme sin las alas

que da la libertad de la savia.

 

No se puede amar la libertad

si se decide cortar la esencia de cualquier vida,

el fluido que recorre las venas.

El temblor de la piel ante el roce de otra piel

se hiela, se enquista y muere.

 

Déjalas vivir

que yo quiero amarlas

cada que me regalas una con tu sonrisa.

 

Gloria Gómez Candanedo

Del libre “Caminante”

sábado, 17 de julio de 2021

CONOZCO LA AUSENCIA DE TU CUERPO

 


CONOZCO LA AUSENCIA DE TU CUERPO

 

Aquí, la estela del beso rodeando

mi cuerpo moldeado tras las caricias

cuando la luz crepuscular apaga el sollozo,

temiendo la ausencia de una palabra

al alejar tu orografía de mis senos.

Aquí el sonido  de tu voz perdura en mi oído

versificando  noches de satén

al despedir la simiente del destino sobre la tierra

que te lleva a confines de otros parajes

en la decadencia de los días.

 

Aunque vulvas con la sonrisa del estupor,

no siempre me regocija la inesperada aventura,

aunque pintas de color las desidias de la noche,

no siempre regreso a tu orilla.

 

Mas la ausencia de tu cuerpo, trae la palabra ignota

al regreso de tu voz sellando mi silueta,

cada vez en distintas encrucijadas,

y distintas estaciones, arropando mansedumbres,

y arrancando las horas a desabridos andurriales.

 

Y ahí no quiero retener tu vuelo,

ahí escribo, canto, lloro y hago versos.

Tu cuerpo se viste de sedas transparentes

al expandir la cadencia del sigilo.

Mi cuerpo espera la melodía nocturna

a la indulgencia oblicua en la densidad de tus labios.

 

Gloria Gómez Candanedo

Del libro "Caminante" 

jueves, 15 de julio de 2021

LA VIEJA CASA

 


LA VIEJA CASA

 

Allí está la vieja casa,

la que guarda entre sus aristas los viejos sueños,

las grandes sonrisas,

y los desencuentros en torvos amaneceres.

 

Abandonada en el tiempo,

hoy parece más gris

ante la murga obscena de un murmullo envilecedor.

Ante el encuentro del hábito rodeando la bruma

pierdo el estribo del buen hacer,

la rectilínea del tiempo abocando el risco sobre la piel.

Sus paredes caen sobre el alma

rodeando la melancolía transparente,

como el filo del acero rasgando el cielo en la palabra.

 

Una llamada,

un viejo eco abre la ventana al sollozo,

erizando la tersura

al igual que la vieja casa nos mira desde esa lejanía

a veces tan cerca.

Un temblor azota la sien

al querer aniquilar lo irrefrenable,

un latido desprevenido

recuerda las muchas desventuras tras los ventanales

aullando el grito del mendigo.

 

La vieja casa en pie, aún,

parece algo demacrada,

ante los ojos,

hasta parece relatar los cuentos de medianoche

al despedir las brumas del día,

o la partida de algún allegado.

La vieja casa,

en su distancia revolotea entre las colinas

con ese zumbido tensando el dolor en la entraña.

 

Hoy no es bienvenida,

nubla la esperanza y rompe la armonía.

Los viejos habitantes parecen resurgir de nuevo

y el valor quiebra ante sus harapos.

 

Las voces del jardín desentonan

cada vez que los cimientos se hacer arena,

cae la solemnidad de los días alrededor de la mesa

elevando tonos entre las letras de la época.

Viejos rumores apalean la intimidad

entre sonrisas cercanas.

 

No es bien recibida,

trae el vestido de la tristeza ahondando en el pecho.

Y el pasado solo puede marchitar la flor.

 

Gloria Gómez Candanedo

Del libro “Caminante”

martes, 13 de julio de 2021

BUSCANDO SU NOMBRE

 


BUSCANDO SU NOMBRE

 

Como la flor de invierno en un mar de hielo

cincelaba sus pasos sin romper quimeras.

Como la luciérnaga perdida en la noche

iba siguiendo la huella de la voz candente

queriendo calmar la sed.

 

Como un señuelo en del candor

que propicia la luz de la luna

se perdía entre bosques de lujurias

apartando la espina desbocada

de cada una de las letras de su nombre.

Buscaba las sílabas del amor entre las desdichas

creyendo burlar fallidos lances

aproximando unos labios.

 

Buscaba sin cesar,

la palabra que hiciera rebrotar la savia de la vida.

Recorría diferentes continentes tras la estela subrayada

que dejaban las palabras de un verso.

 

Nada podía separarle de la tierra labrada,

y nada podría hacerle olvidar

el  nombre que trazó líneas de esperanza,

llevándole a la vieja ciudad.

Allí supuso abrazos entre calle vacías

y apocó su vida en el lugar de encuentros clandestinos.

Dos espejos la esperaban en la penumbra

y ninguno conocía las sílabas de su nombre.

 

Seguía buscando el valor de la pasión en cada paso,

sin darse cuenta que ese nombre

aparecía cada vez que esbozaba una sonrisa,

o cuando el recuerdo de un acorde le tocaba la piel.

 

Buscando su ensueño abandonó su propio paraíso.

Pero ya no podía regresar.

Atrás quedaron las letras de la inocencia,

en el epitafio del olvido.

 

Gloria Gómez

Del libro “Caminante”

 

domingo, 11 de julio de 2021

ESTACIÓN DEL NORTE

 

ESTACIÓN DEL NORTE

 

Ahí esta, mirando en todas direcciones,

maltrecha, olvidada,

hace tiempo que perdió el esplendor,

se ha quedado muda y apagada,

ya ningún tres hace parada.

 

Tantas veces levantando barrera

con la mano del adiós,

cambio de agujas según el destino de los abrazos,

recorridos ala norte buscando la madera del amor

y las brasas de la pasión extendidas al final de la escollera.

 

Ahí queda, apenas se sostiene en pie,

aún la mecen los encuentros y las largas despedidas,

aún resuena en el vacío de sus muros

el murmullo del viento

al abismar en el eterno adiós.

 

La veo al pasar

y un vértigo me recorre desde la raíz hasta la sien.

Parece mirar a los viejos transeúntes

como reclamando las risas del ayer.

La recorre el sonido del silencio

y a su lado exhalan las bienvenidas del viajero

al volver de su larga travesía,

a veces, como se fue.

 

Aún recuerda las noches

acogiendo al mendigo en su entraña,

viendo pasar uno y otro tren,

esperando la llegada de la libertad,

o queriendo arrancar el entresijo de la oscuridad,

perpetrado en el raíl de otra partida.

 

Hay voces entre los muros grises,

resonando en la tarde

ante la lejanía de los silbidos,

alguna entonación queriendo rescatar

la última mirada del hijo que se va.

Resuellos en las ventanas

recuerdan la sonrisa de algún abuelo

venido del otro lado del océano.

 

Tantos momentos,

y tantas voces, y manos,

maletas llenas de ilusión o vacías de equipaje.

Todo parece resonar

al girar la mirada al norte del malecón.

Mas el vacío del andén

parece deglutir las sonrisas de las llegadas…

y también las últimas salidas…

en la emoción de la esperanza.

 

Gloria Gómez Candanedo

Del libro  “Caminante”

jueves, 8 de julio de 2021

CONSTRUIR UN VERSO - Maribel Dominguez Duarte

 

CONSTRUIR UN VERSO

A Gloria Gómez Candanedo

 

No es sencillo desnudarse ante un espejo

y mirar su reflejo

sin aniquilar las líneas que marcan el deseo.

Solemos asfixiar a aquel bebé que pretende nacer

y abrir una nueva mirada.

Escondemos el voluptuoso cuerpo de mujer

bajo los harapos de la tradición impuesta,

un servilismo totalitario que nos impide

atravesar cualquier frontera.

No es fácil moldear un deseo,

ni romper cadenas y

tan sólo se derriban los grandes diques con

horas y horas acumuladas de trabajo tesón y amor

que han hecho florecer una rosa entre tus labios,

que vestidos hoy de carmín, esparcen verdades al viento,

reivindicando imágenes tradicionales, ancladas en la memoria

de un olvido desempolvado que se resiste a sucumbir…

Alguna espina se clavó en tu garganta

en las abruptas montañas de los pasos emprendidos,

y lejos de herirte de muerte, marcó la cadencia del verso.

Tintinean ajorcas en tus muñecas mientras

la palabra impresa sangra, vive, reivindica,

se cuela en el imaginario de ajenas mentes

que laten al unísono otros sentimientos.

Con esa valentía, pintas de colores habitaciones grises,

subrayas la injusticia con el verbo amar

destiñes de soledad la alcoba vacía

recordando la figura del que ya no está.

Pones voz a un presente

que no deja indiferente al interlocutor.

Versos que permanecerán en el tiempo

y pasarán ante los futuros y desconocidos ojos

que buscan en este mundo comprensión.

No es fácil, no…

Pero tú lo has conseguido

estás en el camino, sigue con esa labor.

 

Presentación del libro “Caminante” de Gloria Gómez Candanedo

Maribel Domínguez Duarte

martes, 6 de julio de 2021

PRESENTACIÓN DEL LIBRO "CAMINANTE" - GLORIA GÓMEZ CANDANEDO - EN NOTTING HILL CULTURAL DE ALCALÁ DE HENARES

 


 Presentación del libro "Caminante" en la sede de la AEM en Notting Hill Cultural de Alcalá de Henares, el 2 de julio de 2021, como poeta invitada en los viernes poéticos de Notting Hill. 

SEMBLANZA DE LA POETA

 Presentación del libro "Caminante" de Gloria Gómez Candanedo, el dia 2 de julio en Nottinhg Hill Cultural de Alcalá de Henares


SEMBLANZA DE LA POETA

 

La POESÍA es MUJER con mayúsculas, sin cursivas ni comillas o zarandajas

y no es un decir ingenuo, es una tarea posible en cada lector.

Ella, Poesía o Mujer, es inocente actividad y el más peligro de todos los bienes.

Me lo dijo al oído Holdërlin y los dioses así lo dictaminaron con sus  nueve musas

obreras, sosteniendo el verde cuerpo celeste que alimenta la tierra que habitamos.

 

Hoy Gloria Gómez Candanedo, nos entrega una segunda publicación,

con ello hace público que sólo con anhelos o ambiciones, no alcanza,

tal vez, por eso en la presentación de Caminante,

se hace acompañar de un séquito de poetas.

 

El arte y la ciencia, son construidos desde la función poética

que, susurrando, ofrece versos y fórmulas, sólo, al labriego que las cultiva.

Ella es una mujer trabajadora, mas ese currículo, no le alcanzaba

a sus manos campesinas sedientas de versos. Ella mujer o poesía sabe

que no todo poema es poesía ni toda publicación un poemario.

La poeta urde, hurta y teje para que la poesía sea escrita y leída, entre todos.

 

Ella, no otorga una nadir definitivo a la primera, ni será éste su cenit

de altanera singularidad social, en la denuncia de sus versos.

El amor entre los renglones, no es causa de nada, son efectos de lo nunca sido

en la voz, danto nombre propio a lo que será Caminante

en la cultura donde los libros, libremente, conversen entre sí.

 

Te felicito por permanecer y ahora escuchemos su vuelo.

 

Carlos Fernández del Ganso