viernes, 31 de mayo de 2013

Poemas leídos en el taller

Canto sobre unas ruinas

Esto que fue creado y dominado,
esto que fue humedecido, usado, visto,
yace –pobre pañuelo—entre las olas
de tierra y negro azufre.
                                   Como el botón o el pecho
se levantan al cielo, como la flor que sube
desde el hueso destruido, así las formas
del mundo aparecieron. Oh párpados,
oh columnas, oh escalas!
                                   Oh profundas materias
agregadas y puras; cuánto hasta ser campanas!
Cuánto hasta ser relojes! Aluminio de azules proporciones, cemento
pegado al sueño de los seres,
                                   el polvo se congrega,
la goma, el lodo, los objetos crecen
y las paredes se levantan
como parras de oscura piel humana.

                                   Allí dentro en blanco, en cobre,
en fuego, en abandono, los papeles crecían,
el llanto abominable, las prescripciones
llevas en la noche a la farmacia mientras
alguien con fiebre,
la seca sien mental, la puerta
que el hombre ha construido
para no abrir jamás.
                                   Todo ha ido y caído
brutalmente marchito.
                                   Utensilios heridos, telas
nocturnas, espuma sucia, orines justamente
vertidos, mejillas, vidrio, lana,
alcanfor, círculos de hilo y cuero, todo,
todo por una rueda vuelto al polvo,
al desorganizado sueño de los metales,
todo el perfume, todo lo fascinado,
todo reunido en nada, todo caído
para no nacer nunca.
                                   Sed celeste, palomas
con cintura de harina: épocas
de polen y racimo, ved como
la madera se destroza
hasta llegar al luto: no hay raíces
para el hombre: todo descansa apenas
sobre un temblor de lluvia.
                                   Ved cómo se ha podrido
la guitarra en la boca de la fragante novia:
ved cómo las palabras que tanto construyeron,
ahora son exterminio: mirad sobre la cal y entre el már-
                        mol deshecho
la huella –ya con musgos—del sollozo.

PaBlo Neruda 
“Tercera Residencia, España en el corazón”
Poema leido por Gloria Gómez

miércoles, 29 de mayo de 2013

Poemas leídos en el taller

Explico algunas cosas

Preguntaréis: y dónde están las lilas?
Y la metafísica cubierta de amapolas?
Y la lluvia que a menudo golpeaba
sus palabras llenándolas
de agujeros y pájaros?

Os voy a contar todo lo que me pasa.
Yo vivía en un barrio
de Madrid, con campanas,
con relojes, con árboles.

Desde allí se veía
el rostro seco de Castilla
como un océano de cuero.
                                   Mi casa era llamada
la casa de las flores, porque por todas partes
estallaban geranios:
era
una bella casa
con perros y chiquillos.
                                   Raúl, te acuerdas?
Te acuerdas, Rafael?
                                   Federico , te acuerdas
debajo de la tierra,
te acuerdas de mi casa con balcones en donde
la luz de junio ahogaba flores en tu boca?
                                               Hermano, hermano!

Todo
eran grandes voces, sal de mercaderías,
aglomeraciones de pan palpitante,
mercados de mi barrio de Argüelles con su estatua
como un tintero pálido entre las merluzas:
el aceite llega a las cucharas,
un profundo latido
de pies y manos llenaban las calles,
metros, litros, esencia
aguda de la vida,
                        pescados hacinados,
contextura de techos con sol frío en el cual
la flecha se fatiga,
delirante marfil fino de las patatas,
tomates repetidos hasta el mar.

Y una mañana todo estaba ardiendo
y una mañana las hogueras
salían de la tierra
devorando seres,
y desde entonces fuego,
pólvora desde entonces,
y desde entonces sangre.
Bandidos con aviones y con moros,
bandidos con sortijas y duquesas,
bandidos con frailes negros bendiciendo
venían por el cielo a matar niños,
y por las calles la sangre de los niños
corría simplemente, como sangre de niños.

Chacales que chacal rechazaría,
piedras que el cardo seco mordería escupiendo,
víboras que las víboras odiaran!

Frente a vosotros he visto la sangre
de España levantarse
para ahogaros en una sola ola
de orgullo y de cuchillos!

Generales
traidores:
mirad mi casa muerta,
mirad España rota:
pero de cada casa muerta sale metal ardiendo
en vez de flores,
pero de cada hueco de España
sale España,
pero de cada niño muerto sale un fusil con ojos,
pero de cada crimen nacen balas
que os hallarán un día el sitio
del corazón.

Preguntaréis por qué su poesía
no nos habla del sueño, de las hojas,
de los grandes volcanes de su país natal?

Venid a ver la sangre por las calles,
venid a ver
la sangre por las calles,
venid a ver la sangre
por las calles!

Pablo Neruda
 del libro  “Tercera Residencia, España en el corazón”
Poema leído por Esther Núñez

martes, 28 de mayo de 2013

Poemas leidos en el taller

Grita

Sólo grita y escucha en silencio…
Amor, llegado que hayas a mi fuente lejana,
cuida de no morderme con tu voz de ilusión;
que mi dolor oscuro no se muera en tus alas,
que en tu garganta de oro no se ahogue mi voz.

Amor - llegado que hayas a mi fuente lejana,
sé turbión que desuella,
sé rompiente que clava.

Amor deshace el ritmo de mis aguas tranquilas;
Sabe ser el dolor que retiembla y que sufre,
sábeme ser la angustia que se retuerce y grita.

No me des el olvido.
No me des la ilusión.
Porque todas las hojas que a la tierra han caído
me tienen amarillo de oro el corazón.

Amor - llegado que hayas a mi fuente lejana,
tuérceme las vertientes,
críspame las entrañas.

Y así una tarde -amor de manos crueles-,
arrodillado, te daré las gracias.

Pablo Neruda
Poema leído por Maribel Domínguez Duarte

viernes, 24 de mayo de 2013

El poeta

Antes anduve por la vida, en medio
de un amor doloroso: antes retuve
una pequeña página de cuarzo
clavándome los ojos en la vida.
Compré bondad, estuve en el mercado
de la codicia, respiré las aguas
más sordas de la envidia, la inhumana
hostilidad de máscaras y seres.
Viví un mundo de ciénaga marina
en que la flor, de pronto, la azucena
me devoraba en su temblor de espuma,
y donde puse el pie resbaló mi alma
hacia las dentaduras del abismo.
Así nació mi poesía, apenas
rescatada de ortigas, empuñada
sobre la soledad como un castigo,
o apartó en el jardín de la impudicia
su más secreta flor hasta enterrarla.
Aislado así como el agua sombría
que vive en sus profundos corredores,
corrí de mano en mano, al aislamiento
de cada ser, al odio cuotidiano.
Supe que así vivían, escondiendo
la mitad de los seres, como peces
del más extraño mar, y en las fangosas
inmensidades encontré la muerte.
La muerte abriendo puertas y caminos.
La muerte deslizándose en los muros.

Pablo Neruda
Del libro “Canto General, XI”
Poema leído por Gloria Gómez

miércoles, 22 de mayo de 2013

Caballos

Vi desde la ventana los caballos.
Fue en Berlín, en invierno. La luz
era sin luz, sin cielo el cielo.

El aire blanco como un pan mojado.
Y desde mi ventana un solitario circo
mordido por los dientes del invierno.

De pronto, conducidos por un hombre,
diez caballos salieron a la niebla.

Apenas ondularon al salir, como el fuego,
pero para mis ojos ocuparon el mundo
vacío hasta esa hora. Perfectos, encendidos,
eran como diez dioses de largas patas puras,
de crines parecidas al sueño de la sal.

Sus grupas eran mundos y naranjas.

Su color era miel, ámbar, incendio.

Sus cuellos eran torres
cortadas en la piedra del orgullo,
y a los ojos furiosos se asomaba
como unas prisionera, la energía.

Y allí en silencio, en medio
del día, del invierno sucio y desordenado,
los caballos intensos eran la sangre,
el ritmo, el incitante tesoro de la vida.

Miré, miré y entonces reviví: sin saberlo
allí estaba la fuente, la danza de oro, el cielo,
el fuego que vivía en la belleza.

He olvidado el invierno de aquel Berlín oscuro.

No olvidaré la luz de los caballos

Pablo Neruda
Del libro “Estravagario”
Poema leído por Maribel Domínguez Duarte

jueves, 16 de mayo de 2013

    ARBOLÉ, ARBOLÉ...
Arbolé, arbolé
seco y verdé.


  La niña del bello rostro
está cogiendo aceituna.
El viento, galán de torres,
la prende por la cintura.
  Pasaron cuatro jinetes
sobre jacas andaluzas
con trajes de azul y verde,
con largas capas oscuras.
  «Vente a Córdoba, muchacha».
La niña no los escucha.
  Pasaron tres torerillos
delgaditos de cintura,
con trajes color naranja
y espadas de plata antigua.
  «Vente a Sevilla, muchacha».
La niña no los escucha.
  Cuando la tarde se puso
morada, con luz difusa,
pasó un joven que llevaba
rosas y mirtos de luna.
  «Vente a Granada, muchacha».
Y la niña no lo escucha.
  La niña del bello rostro
sigue cogiendo aceituna,
con el brazo gris del viento
ceñido por la cintura.


  Arbolé arbolé
seco y verdé.


Federico García Lorca
Poema leído por Gloria Gómez

martes, 14 de mayo de 2013

La Mano

Algo va a surgir de esa mano
no retengas ni su amor ni su odio
deja que hable esa mano
que escriba torpemente en la noche
deja que recuerde
que se pierda entre las sábanas
entre las hojas y las calles
que se pierda balbuceando
y que destruya los puentes del saludo
deja que diga no
y que la odien y la expulsen
deja que no escriba
que se mate poco a poco
que ennegrezca con el agua tibia del vicio
que se calle o hable sin sentido

deja a esa mano estar
mano inservible
desahuciada
odiosa
mano para el martirio de los otros
para robar
para implorar clemencia a los cobardes
mano infidente
mano sin piedad
ni gracia
ni alegría
mano de verdugo
de holgazán
innoble
blanda
mano de firmar sentencias
mano de condenar
mano escondida
aleve
mano de traicionar
de mentir
de estar borracho

¿Pero esta mano indigna sucia
no buscará en la noche algún saludo
alguna señal de Dios o de la calle?

Porque esta mano viene de lejos
desde antiguo
mano de hombre
de rufián
menesterosa
mano de equivocar
de estar callado
mano imposible de cortar
mano regenerada
mano infinita renacida
mano infame
pero mano de esperar
mano de imaginar
mano de acompañar la noche
mano para volver

Algo va a surgir de esa mano
no las condenes
deja que abra sus dedos
que suelte su envoltorio
su dinero
la terrible noticia
el telegrama de felicitación

Ha de llegar la señal
poco a poco
algún saludo
y la mano hablará por fin


Edgar Bayley
Poema leído por Maribel Domínguez Duarte

sábado, 11 de mayo de 2013

Poemas leídos en el taller


Los Niños de Extremadura

Los niños de Extremadura
van descalzos.
¿Quién les robó los zapatos?

Les hiere el calor y el frío.
¿Quién les rompió los vestidos?

La lluvia
les moja el sueño y la cama
¿Quién les derribó la casa?

No saben
los nombre de las estrellas.
¿quién les cerró las escuelas?

Los niños de Extremadura
son serios.
¿Quién fue el ladrón de sus juegos?

Rafael Alberti
Del libro “El Poeta en la Calle, 1935”
Poema leído por Gloria Gómez

viernes, 10 de mayo de 2013

Poemas leídos en el taller

Esperemos

Hay otros días que no han llegado aún,
que están haciéndose
como el pan o las sillas o el producto
de las farmacias o de los talleres:
hay fábricas de días que vendrán:
existen artesanos del alma
que levantan y pesan y preparan
ciertos días amargos o preciosos
que de repente llegan a la puerta
para premiarnos con una naranja
o para asesinarnos de inmediato.

Pablo Neruda
Poema leído por Esther Núñez

jueves, 9 de mayo de 2013

Poemas leídos en el taller


El Cielo se Abre

el cielo se abre para contener la cabeza y las manos
del hombre que sueña
el está muy cerca de los árboles
esta muy cerca del silencio y de los días que hablan
constantemente

a veces del aire llegan unas luces violentas
son ríos que obligan a saludar de lejos y a cerrar
los postigos hasta que la noche pase

es demasiado tarde pero la edad ofrece siempre
espacios nuevos que puedes recorrer en
todas direcciones
espacios palpables y acompasados como los relojes
de pared
espacios que tú solías hundir en la fuente hasta el
fondo hasta el lecho donde el agua esconde
sus profecías su memoria de jornadas puras
espacios abiertos a la claridad del deseo

aquí las horas adquieren nuevas costumbres
en el interior de las horas el amor sonríe y arroja al
viento tus secretos
son episodios desconocidos que la boca de un
adolescente narra susurrando

cuando abro los brazos es que he llegado a una nueva
provincia del día situada junto al canto del gallo
y el ramaje de los árboles
el día con millones de ríos deja fluir sus manos hacia
todos los rincones del universo
en cualquier lugar puede encenderse la palabra que nos
permita ver entrar el corazón de la madera
en el mar de tu mano
extensión del instante bella confabulada
una voz todavía para que el aire deje libre los fuegos
del alba y otra vez para siempre sin nombre
la espera y el sueño se confundan

no diré tu nombre no me importa quedarme vacío
nuevamente después de haberte visto
deja al sueño subir y que él hable solamente

un país un país adonde llegan las luces del vaso y la
ventana y todo recomienza en el corazón y
en las manos

Edgar Bayley
Poema leído por Maribel Domínguez Duarte

sábado, 4 de mayo de 2013

Poemas leídos en el taller

Mañana de Domingo

Es terrible
el leve ruido del huevo duro al ser cascado contra el
estaño
                                                      [del mostrador
es terrible ese ruido
cuando resuena en la memoria del hombre que tiene hambre
es terrible también la cabeza del hombre
cuando se mira a las seis de la mañana
en el cristal de una gran tienda
sin embargo no es su cabeza lo que mira
en el escaparate de Potin
su cabeza de hombre le importa un carajo
no piensa en ella
sueña
imagina otra cabeza
una cabeza de ternera por ejemplo
con salsa vinagreta
o una cabeza de cualquier cosa con tal que sea comestible
y mueve despacio las mandíbulas
despacio
y hace rechinar los dientes despacio
porque el mundo le está tomando el pelo
y él no puede nada contra ese mundo
y cuenta con los dedos un dos tres
un dos tres
hace tres días que no ha comido
y por más que se repita desde hace tres días
Esto no puede durar
esto dura
tres días
tres noches
sin comer
y detrás de esos cristales
esos embutidos esas botellas esas conservas
peces muertos protegidos por las latas
latas protegidas por los cristales
cristales protegidos por la policía
policía protegida por el miedo
cuántas barricadas para seis miserables sardinas…
Un poco más lejos el bar de la esquina
café y cruasanes calientes
el hombre titubea
y en su cabeza
una niebla de palabras
una niebla de palabras
sardinas para comer
huevo duro
café con crema
café con crema de ron
café con crema
café con crema
¡café con crimen y chorro de sangre!...
Un hombre muy estimado en su barrio
ha sido degollado en pleno día
el asesino el vagabundo le robó
dos francos
o sea un café con chorro de ron
cero franco setenta
dos rebanadas de pan con mantequilla
y veinticinco céntimos para la propina del camarero.

Es terrible
el leve ruido del huevo duro al ser cascado contra el estaño
                                                        [de un mostrador
es terrible ese ruido
cuando resuena en la memoria del hombre que tiene hambre.

Jacques Prévert
Poema leído por Gloria Gómez

viernes, 3 de mayo de 2013

Poemas leídos en el taller


Ella pide una Oportunidad

Como un maletilla, ella.
(Ella es la Paz). Va destrozada,
Mal vestida, delgada,
Acerico de balas,
Rasguño de metralla.
Iba hecha polvo entre el polvo
De las sucias trincheras,
Cojeando
Con su melena blanca desplegada
Se tiró al ruedo de la guerra,
-la Paz-.
¡Pedía una oportunidad!

Unos hombres con uniforme
La cazaron y a empujones
La esposaron en la barrera.
(Todavía la tienen detenida).
La Paz, como un maletilla
Sólo pedía una oportunidad.

Gloria Fuertes
Poema leído por Esther Núñez