ELEGÍA EN OTOÑO
IV
(Tránsito)
Como la muda música del tiempo
suena tu paso próximo.
Resbala
tu sombra cual los días en
fluyente
transitar por mis surcos,
como agua.
Flotamos en el tiempo, en
el continuo
ir del río. Nos lleva. Nos
desgasta
lentamente. Nos suena
honda en el pecho
la rota frialdad de su cascada.
Fuimos de abril. Teníamos
una luz inefable, como un
ala.
Flor o pájaro o nombre
del amor, en el sueño y en
la rama.
Fuimos también de mayo.
Dulcemente
el mirar como un fruto se
doraba
de presagios. Madura y
entreabierta
la fresca pulpa en que el
besar se abrasa.
El estío nos hizo arena
ardiente,
carne encendida de besada
playa
donde blancos caballos
como espuma
por la sangre de agosto se
abalanzan.
Como cuerpos de Otoño nos
amamos
bajo la luz dulcísimo y
dorada
y sentimos el cobre de noviembre
de hermosura sonar en
nuestras almas.
Cuánto diciembre acude,
cuánto enero
cerca el amor, la vida, la
esperanza.
Por la nieve tus pasos
cómo suenan
a rosas deshojadas.
Somos de tiempo. Soledad y
tiempo
nos vuelven sombra y nada.
Leopoldo de Luis
Cuadro: "El futuro me llama" de Miguel Oscar Menassa
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