LOS AMANTES
¿Quién
los ve andar por la ciudad
si
todos están ciegos?
Ellos
se toman de la mano: algo habla
entre
sus dedos, lenguas dulces
lamen
la húmeda palma, corren por las falanges,
y
arriba está la noche llena de ojos.
Son
los amantes, su isla flota a la deriva
hacia
muertes de césped, hacia puertos
que
se abren entre sábanas.
Todo
se desordena a través de ellos,
todo
encuentra su cifra escamoteada;
pero
ellos ni siquiera saben
que
mientras ruedan en su amarga arena
hay
una pausa en la obra que juega.
Amanece
en los carros de basura,
empiezan
a salir los ciegos,
el
ministerio abre sus puertas.
Los
amantes rendidos se miran y se tocan
una
vez más antes de oler el día.
Ya
están vestidos, ya se van por la calle.
Y
es sólo entonces
cuando
están muertos, cuando están vestidos,
que
la ciudad los recupera hipócrita
y
les impone los deberes cotidianos.
Oliverio
Girondo
Cuadro: "Remolino de amor" de Miguel Oscar Menassa
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