CON LAS ESPUMAS
HACIA EL SUR
Tal vez todo
no sea más que un territorio peinado
por el
tiempo
tal vez
estoy amaneciendo todavía
en el júbilo
metálico del sur
entre
amistades fundadas por el frío
y pingüinos
con aire de ángeles caídos
tal vez
todavía tengo locos proyectos
y olor a pólvora
y amagos de gaviota
y quizá
aquel guijarro no ha llegado aún al mar.
O tal vez me
he perdido en un bosque de piedra
y las parvas
que se ven desde los trenes
estallen
como campanas asediadas
por el sable
del horizonte.
No estoy
seguro todavía
pero tal vez
sea la hora de las preguntas más crueles
y las
espitas de repente
y nuestros
años acechen bajo los labios de la noche
y mis
palabras resuenen como los malhechores se deslizan
pero la luz
comienza a estirar su garganta
hasta los
acantilados más adictos a noviembre
hasta esta
isla perdida en medio de los siglos
donde le mar
forcejea y levanta sus ruinas
y aquí
al borde de
los viajes
los días se
cierran
los brazos
siguen su costumbre
y en los
andenes mordidos por el sur
sobre los
terraplenes esquivos de mis pasos
alguien
alarga sus olas
me ofrece
sus luces entreabiertas
las
llamaradas de las tierras
que algún día
serán para nosotros.
Mario Trejo
Buenos Aires,
1926
Cuadro: "Pequeños en esa inmensidad que nos rodea" de Miguel Oscar Menassa
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