sábado, 7 de enero de 2023

CERRADA PUERTA

 


CERRADA PUERTA

 

 

No mientas cabelleras diáfanas, ardientes goces,

columnas de pórfido, celestiales anhelos;

no mientas un cuerpo dichoso rodeado por la luz

como era barca joven que desprecia las ondas.

 

No engañes con tu tibieza de astro reluciente

fuerte valor para buscar la vida,

para trazar la germinante estela

donde el amor como la leche fluye.

 

No.

La realidad votiva aspira a ese jardín de palmas

donde los seres convertidos en lanzas

todavía te buscan, azul topacio u oro

que te escapas sin cielo por otros paraísos.

 

El frenesí de la luna y los besos,

mezclados como sangres en la puerta cerrada,

donde claman los puños de los que nunca vivieron,

de los que muertos mutilados flotan en aguas frías.  

 

Paraíso de lunas sajadas con desvío,

con filos de vestidos o metales dichosos,

aquellos que no amaron porque sabían siempre

que el polvo no circula ni sustituye a la sangre.

 

Amar a esa luz violeta los párpados cerrados,

donde un ave no puede guarecer su temblor,

donde todo lo más algún pétalo frío

amanece de nácar imitando a lo vivo.

 

Es pesada puerta jamás girará.

Un rostro o un peñasco, una canción o un puente milenario 

unen el hilo de araña al corazón del monte,

donde la muerte vida a vida lucha

por alumbrar la pasión entre el relámpago que escapa.

 

Una mano del tamaño del odio,

un continente donde circulan venas,

donde aún quedaron huellas de unos dientes,

golpea un corazón como mar encerrado,

golpea unas encías que devoraron luces,

que tragaron un mundo que nunca había nacido,

donde el amor era el chocar de los rayos crujientes

sobre los cuerpos humanos derribados por tierra.

 

Vicente Aleixandre

Cuadro: "Pasaje por el dolor" de Miguel Oscar Menassa

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