CERRO DE LA ESTRELLA
A Marco Antonio
y Ana Luisa Montes de Oca
Aquí los
antiguos recibían al fuego,
aquí el
fuego creaba al mundo
al mediodía
las piedras se abren como frutos
el agua abre
los párpados
la luz
resbala por la piel del día
gota inmensa
donde el tiempo se refleja y se sacia.
A la
española el día entra pisando fuerte
un rumor de
hojas y pájaros avanza
un
presentimiento de mar o mujeres
el día zumba
en mi frente como una idea fija
en la frente
del mundo zumba tenaz el día
la luz corre
por todas partes
canta por
las terrazas
hace bailar
las casas
bajo las
manos frescas de la yedra ligera
el muro se
despierta y levanta sus torres
y las
piedras dejan caer sus vestiduras
y el agua se
desnuda y sala de su lecho
más desnuda
que el agua
y la luz se
desnuda y se mira en el agua
más desnuda
que un astro
y el pan se
abre y el vino se derrama
y el día se
derrama sobre el agua tendida
ver oir
tocar oler gustar pensar
labios o
tierra o viento entre veleros
sabor del día
que se desliza como música
rumor de luz
que lleva de la mano a una muchacha
y la deja
desnuda en el centro del día
nadie sabe
su nombre ni a qué vino
como un poco
de agua se tiende a mi costado
el sol se
para un instante por mirarla
la luz se
pierde entre sus piernas
la rodean
mis miradas como agua
y ella se
baña en ellas más desnuda que el agua
como la luz
no tiene nombre propio
como la luz
cambia de forma con el día.
Octavio Paz
Cuadro: "Desde la luna" de Miguel Oscar Menassa
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