sábado, 8 de julio de 2023

VUELO SIN ORILLAS

 


VUELO SIN ORILLAS

 

 

ABANDONÉ las sombras,

las espesas paredes,

los ruidos familiares,

la amistad de los libros,

el tabaco, las plumas,

los secos cielorrasos;

para salir volando,

desesperadamente.

 

Abajo: en la penumbra,

las amargas cornisas,

las calles desoladas,

los faroles sonámbulos,

las muertas chimeneas,

los rumores cansados;

pero seguí volando,

desesperadamente.

 

Ya todo era silencio,

simuladas catástrofes,

grandes charcos de sombra,

aguaceros, relámpagos,

vagabundos islotes

de inestables riberas;

pero seguí volando,

desesperadamente.

 

Un resplandor desnudo,

una luz calcinante,

se interpuso en mi ruta

me fascinó de muerte,

pero logré evadirme

de su letal influjo,

para seguir volando,

desesperadamente.

 

Todavía el destino

de mundos fenecidos,

desorientó mi vuelo

-de sideral constancia-

con sus vanas parábolas

y sus aureolas falsas;

pero seguí volando,

desesperadamente.

 

Me oprimía lo fluido,

la limpidez maciza,

el vacío escarchado,

la inaudible distancia,

lo oquedad insonora,

el reposo asfixiante;

pero seguí volando

desesperadamente.

 

Ya no existía nada,

la nada estaba ausente;

ni oscuridad, ni lumbre,

-ni unas manos celestes-

ni vida, ni destino,

ni misterio, ni muerte:

pero seguía volando

desesperadamente.

 

Oliverio Girondo

Cuadro: "Celebración en el mar" de Miguel Oscar Menassa

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