viernes, 31 de enero de 2020

CANSADO


CANSADO


Cansado.
¡Sí!
Cansado
de usar un solo brazo,
dos labios,
veinte dedos,
no sé cuántas palabras
no sé cuantos recuerdos,
grisáceos, fragmentarios.
Cansado,
muy cansado
de este frío esqueleto,
tan púdico,
tan casto,
que cuando se desnude
no sabrá si es el mismo
que usé mientras vivía.
Cansado.
¡Sí!
Cansado
por carecer de antenas,
de un ojo en cada omóplato
y de una cola auténtica,
alegre
desatada,
y no este rabo hipócrita,
degenerado,
enano.
Cansado, s
obre todo,
de estar siempre conmigo,
de hallarme cada día,
cuando termina el sueño,
allí, donde me encuentre,
con las mismas piernas;
como si no deseara
esperar la rompiente con un cutis de playa,
ofrecer, al rocío, dos senos de magnolia,
acariciar la tierra con un vientre de oruga,
y vivir, unos meses, adentro de una piedra.

Oliverio Girondo


No hay comentarios:

Publicar un comentario