jueves, 16 de febrero de 2023

SIEMPRE SE ENCONTRARÁ

 


SIEMPRE SE ENCONTRARÁ

 

 

Siempre se encontrará una mano de mujer

que, fresca y leve,

compadeciéndote, con un poco de amor,

como a un hermano te consuele.

 

Siempre se encontrará un hombro de mujer

para tu respirar acalorado,

donde, apoyando tu cabeza loca,

confiar puedas tu rebelde sueño.

 

Siempre se encontrarán unos ojos de mujer

que al ver tu sufrimiento,

te calmen del dolor

o un poco del dolor al menos.

 

Pero hay una mano de mujer

dulce como ninguna

cuando la frente atormentada toca

como la eternidad, como el destino.

 

Pero hay un hombro de mujer

que, sin saber por qué, se ha dado a ti,

y no por una noche, sino para siempre,

y hace ya mucho tiempo que lo comprendiste.

 

Pero hay unos ojos de mujer

que siempre miran con tristeza;

los ojos que serán, mientras tú vivas,

los ojos de tu amor y tu conciencia.

 

Y tú vives, a pesar de todo, pero

esa mano sólo no es bastante para ti,

ni ese hombro, ni esos ojos sagrados,

a los que tantas veces traicionaste.

 

Y al fin llega el castigo para ti.

“¡Traidor!” te abofeteaba la lluvia.

“¡Traidor!”, las ramas te fustigan en la cara.

“¡Traidor!”, resuena por el bosque el eco.

 

Te agitas, te atormentas, te entristeces.

Ni siquiera tu mismo puedes perdonarte.

Sólo esa mano transparente te perdonará

aunque la ofensa es grave.

 

Sólo ese hombro cansado

te ha de perdonar, ahora y siempre.

Sólo esos ojos tristes

perdonarán lo que perdón no tiene.

 

Evgueni Evtuchenko

Cuadro: "Viento de ultramar" de Miguel O. Menassa

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario