SI FUERA VERDAD QUE
DOS ALMAS…
Si fuera
verdad que dos almas
marchan
juntas, sin conocerse
sus cuerpos;
si fuera verdad
que se han
tocado desde siempre,
que bebieron
la misma luz,
que el mismo
destino las mece;
si fuera
verdad que son hojas
del mismo
arbusto, eterno y verde;
si fuera
verdad que su gloria
se cumple el
día aquel que tienen
los ojos del
alma gemela
fijos en su
carne evidente;
si fuera
verdad todo eso,
cómo aquel día
de septiembre
no te busqué,
llamé, llevé,
cómo
ignoraba que existieses,
cómo no
detuve la estrella
que te
enrojecía la frente;
cómo podía yo
cantar
bajo la
llama del poniente;
cómo podía
no existir
tu pasado de
ahora, doliéndome.
Cómo ha
podido ser. Y cómo
no lo impedí,
con uñas, dientes,
corazón…
Si fuera verdad
que dos
almas, sin conocerse
sus cuerpos,
vibran, marchan juntas
hacia el
mismo nido caliente,
cómo aquel
por la calle
disparada contra
el poniente,
cómo aquel día
de luz honda,
dorada y
grave de septiembre,
cómo aquel día
no sentí
que me
traspasaba la muerte.
Campanas de
oro. En la noche
doblan,
descienden al sueño.
Campanadas de
oro van
midiéndonos.
Apresa, al
pasar, al mano
un
desconocido fuego.
Pero todo es
lejanía
y el tiempo
no tiene ya
calidad,
ni dueño.
El fuego está
helado, el mundo
remoto se da
al misterio.
Y no sé si
estamos vivos
o muertos
José Hierro
Cuadro: "Llamaradas de amor" de Miguel O. Menassa
No hay comentarios:
Publicar un comentario