LUMINOSA CLARIDAD DE
NOCHE
Mira. Puedes
mirar en la lejana costa
la quieta
mar, el cono giratorio
del faro
señalando derrotas.
Puedes mirar
la cruz del campanario
con su reloj
antiguo que no marca las horas
-Feliz ha
conseguido detener
el doloroso pasar
de las jornadas-
También puedes
mirar las amarillas barcas
robándole al
azul las agonías
de los
plateados peces sin malicia
y ver la
luna chorreada de mercurio
en
construcción de monstruos con árboles
y casas que
sobre el monte duermen.
Mira. No cierres
tus ojos esta tarde.
Todo se anuncia
con luminosa claridad de noche
engendrada
en la calma.
Escucha. Deja
en deriva la tensa necesidad
de las
arterias, los prontos ojos.
Olvida el
lobo agazapado que te espera,
a la hiena
que ríe, a la rata que come
el necesario
grano de los pobres.
Llena tus
ojos del silencioso mundo
nacido entre
colores.
Podrás mañana
y después de mañana
–Y muchos días más si has conseguido beberte
hasta el
olvido este crepúsculo-
Tener las
fuerzas para dejar los dedos
boyando,
abandonados, sobre el viento,
para dejar
también la carne,
laste difícil
para la piel exacta
que nos
envuelve y no permite huidas.
Mira. Destroza
tus ojos de cristal y agua.
Todo se
anuncia con luminosa claridad de noche
engendrado
en la calma.
Ariel Canzani
Cuadro: "Recuerdo de tu paso" de Miguel O. Menassa
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