lunes, 3 de octubre de 2022

LOS DADOS ETERNOS

 


LOS DADOS ETERNOS

 

Para Manuel González Prada,

esta emoción bravía y selecta, una de las que

con más entusiasmo, me ha aplaudido el gran maestro.

 

 

Dios mío, estoy llorando el ser que vivo;

me pesa haber tomadote tu pan;

pero este pobre barro pensativo

no es costra fermentada en tu costado:

¡tú no tienes Marías que se van!

 

Dios mío, si tú hubieras sido hombre,

hoy supieras ser Dios;

pero tú, que estuviste siempre bien,

no sientes nada de tu creación.

Y el hombre sí te sufre: ¡el Dios es él!

 

Hoy que en mis ojos brujos ha candelas,

como en un condenado,

Dios mío, prenderás todas tus velas,

y jugaremos con el viejo dado…

Tal vez ¡oh jugador! Al dar la suerte

del universo todo,

surgirán las ojeras de la Muerte,

como dos ases fúnebres de lodo.

 

Dios mío, y esta noche sorda, oscura,

ya no podrás jugar, porque la Tierra

es un dado roído y ya redondo

a fuerza de rodar a la aventura,

que no puede parar sino en un hueco,

en el hueco de inmensa sepultura.

 

César Vallejo

Cuadro: "Fugaz alteración" de Miguel Oscar Menassa

 

 

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