DIGO VIVIR
Porque vivir se ha puesto
al rojo vivo.
(Siempre la sangre, oh
Dios, fue colorada.)
Digo vivir, vivir como si
nada
hubiese de quedar de lo
que escribo.
Porque escribir es viento
fugitivo,
y publicar, columna
arrinconada.
Digo vivir, vivir a pulso,
airada-
mente morir, citar desde
el estribo.
Vuelvo a la vida con mi
muerte al hombro,
abominando cuanto he
escrito: escombro
del hombre aquel que fui
cuando callaba.
Ahora vuelvo a mi ser,
torno a mi obra
más inmortal: aquella
fiesta brava
del vivir y el morir. Lo demás sobra.
Blas de Otero
Cuadro de Ignacio Zuloaga
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