EN UNA SOCIEDAD
JUSTA, EL TRABAJO ES UN DON
1
Y éste es el verso donde
intentaré
dejaros la enseñanza más
necesaria:
en una sociedad justa, el
trabajo es un don:
Una alegría, un bien,
humano propiamente,
con el cual se puede
modificar lo natural,
la vida, los enjambres de
sueños, el sol.
Con el trabajo
el hombre pudo volar sin
alas,
navegar por los mares sin
conocer el mar.
Del árbol,
estupefacto de sorpresa
ante el hombre,
pudo el trabajo arrancar
una silla
y, de la piedra, las
señales
que forjan el porvenir del
hombre,
su casa,
sus monumentos,
su
propia lápida.
2
Quiero que siempre llevéis
a vuestro lado
la gubia, la garlopa, el
martillo, la hoz,
esas frases que servirán
hasta el final,
para limar las asperezas
de la muerte.
Y, si alguien os
preguntara para qué tanto,
para qué tanta pasión
puesta en el trabajo,
vosotros responderéis, con
celeridad;
para nada, trabajamos para
vivir la vida,
trabajamos
para que en el humano
mundo
haya señas de que nosotros
estuvimos,
creando y trabajando,
tal vez, en este mundo,
que hicimos un trabajo
para vivir,
para amar,
para congelar la propia
mirada de la muerte,
hicimos un trabajo y
escribimos un verso.
Miguel Oscar Menassa
Argentina 1940
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