¡UNO!...
Uno busca lleno de
esperanzas
el camino que los sueños
prometieron a sus ansias…
Sabe que la lucha es cruel
y es mucha pero lucha y se
desangra
por la fe que lo empecina…
Uno va arrastrándose entre
espinas,
y en su afán de dar su
amor
sufre y se destroza hasta
entender
que uno se ha quedao sin
corazón…
Precio de castigo que uno
entrega
por un beso que no llega
o un amor que lo engañó…
¡Vacío ya de amar y de
llorar
tanta traición!...
Si yo tuviera el corazón,
el corazón que di…
Si yo pudiera como ayer
querer sin presentir…
Es posible que a tus ojos
que me gritan su cariño
los cerrara con mis besos…
Sin pensar que eran como
ésos
otros ojos, los perversos,
los que hundieron mi
vivir…
Si yo tuviera el corazón…
el mismo que perdí…
Si olvidara a la que ayer
lo destrozó y pudiera
amarte…
me abrazaría a tu ilusión
para llorar tu amor…
Pero Dios te trajo a mi
destino
sin pensar que ya es muy
tarde
y no sabré cómo quererte…
Déjame que llore
como aquél que sufre en
vida
la tortura de llorar su
propia muerte…
Pura como sos habrías
salvado
mi esperanza con tu amor…
Uno está tan solo en su
dolor…
Uno está tan ciego en su
penar…
Pero un frío cruel
que es peor que el odio,
punto muerto de las almas,
tumba horrenda de mi amor,
maldijo para siempre y me
robó
toda ilusión…
Enrique Santos Discépolo
Argentina 1901-1951
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