EL PODER
La violencia de los manifestantes
fue excesiva,
por eso tuvimos que
contrarrestar sus piedras,
con nuestras bombas.
¿No es violento arrancarle
a un hombre
el brillo del futuro de
sus pupilas,
quitarle el trabajo,
llevarlo a una vida
medieval en el siglo XXI,
tenerlo todo el día
ensimismado pensando
si podrá dar de comer a
sus hijos?
¿No es violento que anide
en él la desesperanza,
la sensación de que las
protestas no sirven,
que la palabra no es
suficiente
y que debe callarse y
esperar?
¿No es violento vivir
sabiendo que no podrá pagar sus deudas,
por que las deudas de sus gobernantes,
lo aplastaran a él y a las
próximas generaciones?
¿No es violento estar
atemorizado,
ver que el enemigo es tan
grande,
que no se puede alcanzar,
y sin darse cuenta,
comenzar a creer que es el
vecino,
quien me ataca?
¿No es violento que nos
cuenten lo sucedido sin sonrojarse,
y nadie sea responsable,
nadie sea juzgado,
salvo pequeños accidentes
del camino,
y la impunidad haga
relucir sus sonrisas?
¿Qué piensa?
Tiene razón,
atacaron con piedras,
seguro que no eran suyas,
los voy a detener por
apropiación indebida.
Hernán Kozak
De “Refugios instantáneos”
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