DEDICO ESTE POEMA
Con
la humilde beldad
que
el corazón expresa en palabras,
con
el amor que el aroma de la rosa impregna
cada
pistilo de nueva vida.
Sin
acechar a los enemigos de otra fuerza,
sin
rencor
a
los que no pudieron mantener la armonía en los
encuentros
aún
cuando la flor se abría sin espinas.
Con
la aurora que refleja luz
en
el rostro de mujer,
proyectando
anhelos,
segando
caminos de rocas,
sonrojando
los débiles amaneceres.
Dedico
ese poema…
contemplo
las miradas
que
tejieron
la
gallardía de remotos juegos vividos,
el
olvido de otras virtudes
a
los que con tono airoso
se
liberaron de una sombra.
Y
si las palabras sirven
para
ahogar la lágrima vertida en el mundo
el
principio será el final de cada paso
y
podremos hablar.
En
cada acercamiento
se
dejan rotas lar verdades que anidan por siglos en la
memoria
añoramos
nuestro tesoro oculto
la
muñeca de madera tallada con flechas
de
cúspides inaccesibles
al
trofeo que de niña calcina los recuerdos.
Si
se anudan las sienes con hilos de plata,
se
habrá pasado la página de ese libro enmohecido,
que
tantas noches nos despertó en los sueños.
Si
una de las palabras levanta el castigo
de
quimeras que se cruzan austeras,
escribiremos
otra historia de deseos imborrables
con
la tinta de nuestro corazones.
Un poema
de Esther Núñez
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