MISTERIOS
Todos los
misterios de la infancia
se van como la
niebla del río.
Misterios eran
Tonías y Tanias.
aun con los
pies rojos por el frío.
Misterios las
estrellas y animales,
y las setas
bajo los temblones.
Y las puertas
chirriaban misteriosamente,
como sólo
chirrían las puertas en la infancia.
Los enigmas
del mundo iban surgiendo
como las
bolitas de la boca
de un faquir
encantador
que sabe su
secreto.
Copos de nieve
encantados
sobre campos y
bosques caían.
Sonrisas encantadas
danzaban en
los ojos de las niñas.
Susurrábamos
algo misteriosamente
en la
misteriosa pista de hielo.
Y una mano
tocaba a otra mano,
temerosa, como
el misterio toca al misterio.
Y, de repente,
fuimos mayores.
con su frac
desgastado, el faquir
se marchó de
tournée a otra infancia,
a un lejano
país.
Se olvidó de
nosotros, ya adultos.
Faquir: ¡qué
mala persona eres!
Tan sin
misterio es, que hoy nos molesta
al caernos
encima la nieve.
¿Dónde estáis,
encantadas bolitas?
Nuestra
tristeza no tiene misterio.
Ya no son un
misterio los otros,
ni nosotros lo
somos para ellos.
Cuando una
mano, a veces,
a otra mano
toca acariciando,
sólo toca una
mano, no un misterio.
¿Comprendéis?
Solamente una mano.
Dadnos un
misterio muy sencillo,
ese misterio
que es timidez y silencio,
en misterio
delgado y descalzo.
Aunque sólo
sea uno, ¡dadnos un misterio!
Evgueni Evtuchenko
Leído por Gloria Gómez
No hay comentarios:
Publicar un comentario