EL ÁNGEL DE LAS BODEGAS
Fue
cuando la flor del vino se moría en penumbra
y
dijeron que el mar la salvaría del sueño.
Aquel
día bajé a tientas a tu alma encalada y húmeda
y
comprobé que un alma oculta frío y escaleras
y
que más de una ventana puede abrir con su eco otra voz
si es buena.
Te
vi flotar a ti, flor de agonía, flotar sobre tu mismo
espíritu.
(Alguien
había jurado que el mar te salvaría del sueño)
Fue
cuando comprobé que murallas se quiebran con
suspiros
Y
que hay puertas al mar que se abren con palabras.
La
flor del vino, muerta en los toneles,
sin
haber visto nunca la mar, la nieve.
La flor del vino, sin probar el té,
sin
haber visto nunca un piano de cola.
Cuatro arrumbadores encalan los barriles.
Los
vinos dulces, llorando, se embarcan a deshora.
La flor del vino blanco, sin haber visto el
mar, muerta.
Las
penumbras se beben el aceite y un ángel, la cera.
He aquí paso a paso toda mi larga historia.
Guardadme
el secreto, aceitunas, abejas.
Rafael
Alberti
Del libro “Sobre
los ángeles”
Poema leído
por Gloria Gómez
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