jueves, 13 de febrero de 2014

Poema leído el 1 de diciembre de 2013


EL CIEGO Y LA NOVIA

Yo tengo una novia
de muchos colores
que llegó hasta a odiarme
porque le decían
que yo era muy ciego
y nada veía.

Un día me dijo:
cuando me acaricias
amo tu ceguera
porque, si tú nada ves,
yo ya no tengo vergüenza.

Además la piel del cuerpo
y de las manos también,
cuando empieza la caricia
liberan un nuevo ser.

Cuando comienza el amor
siempre viene acompañado
de la posibilidad de ver
que estamos embalsamados.

Ahí, donde el tiempo
suele hacer sus ejercicios,
no me importa tu ceguera
porque es tu piel la que ve.
Pero cuando yo te muestro
mis tetas, algún cuadro,
un poema bordado
al estilo oriental,
o la curva elegante
de mi vestido claro
o las graciosas cintas
de mi blusita azul.

Ahí, miro tus ojos
y pego un alarido:
la belleza en tus ojos
está muriéndose.

Por eso te aconsejo
que nuestros cuerpos
puedan temblar, amor.

Abandona en tus ojos
la ceguera,
por la caricia en vuelo
y la belleza
toda la belleza,
estará en mi piel.

Miguel Oscar Menassa
De “Canciones”
Leído por Maribel Domínguez Duarte



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