sábado, 17 de marzo de 2018

NUESTRAS VIDAS SON LOS RÍOS QUE VAN A DAR A LA MAR J.M. -Dámaso Alonso




NUESTRAS VIDAS SON LOS RÍOS QUE VAN A DAR A LA MAR
J.M.


     Todos los días que pasan
son para el cuerpo un desgarro;
para el alma, un desconsuelo.
¡Ay!, nuestras vidas se amasan
con un poquito de barro
y otro poquito de cielo…

    Tenemos que luchar solos
con la carne que nos tienta
y el alma que nos levanta,
y entre tan opuestos polos
gira la vida cruenta,
la que quisiéramos santa…

    En este punto indeciso
está el espíritu grave
y turbado, sin saber
hacia qué punto es preciso
guiar de proa la nave,
hacia qué playa torcer.

   Algunas flores matizan
las orillas de este río
que corremos. Son amores.
¡Oh, qué suave se deslizan
por el pobre pecho mío
esas flores!

     ¡Y sólo tienen espinas…!
Se deshacen las divinas
facetas de la ilusión,
y está en el triste desierto
la nave sin ver el puerto
y sangrando el corazón.

     Entre las aguas del río,
derivando en la corriente,
navegan las flores muertas.
Suaves gotas de rocío
vibran, en perla riente,
sobre sus corolas yertas.

     ¡Flor que en el agua ha caído,
la onda mansa la lleva,
seca, arrugada, amarilla…!
Más ya que esa flor se ha ido,
¿no ha de brotar otra nueva,
del río en la fresca orilla?

     Y pasan así los años
pletóricos de ilusiones
por la venidera suerte
¡y, tras muchos desengaños,
naufragan los corazones
en las playas de la muerte!

    Todos los días que pasan
son para el cuerpo un desgarro,
para el alma un desconsuelo,
¡ay, nuestras vidas se amasan
con un poquito de barro
y otro poquito de cielo…!

Dámaso Alonso


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