UNIDAD EN ELLA
Cuerpo feliz
que fluye entre mis manos,
rostro amado
donde contemplo el mundo,
donde
graciosos pájaros se copian fugitivos,
volando a la
región donde nada se olvida.
Tu forma
externa, diamante o rubí duro,
brillo de un
sol que entre mis manos deslumbra,
cráter que me
convoca con su música íntima,
con esa
indescifrable llamada de tus dientes.
Muero porque
me arrojo, porque quiero morir,
porque quiero
vivir en el fuego, porque este aire de fuera
no es mío,
sino el caliente aliento
que si me
acerco quema y dora mis labios desde un fondo.
Deja, deja que
mire, teñido del amor,
enrojecido el
rostro por tu purpúrea vida,
deja que mire
el hondo clamor de tus entrañas
donde muero y
renuncio a vivir para siempre.
Quiero amor o
la muerte, quiero morir del todo,
quiero ser tú,
tu sangre, esa lava rugiente
que regando
encerrada bellos miembros extremos
siente así los
hermosos límites de la vida.
Este beso en
tus labios como una lenta espina,
como un mar
que voló hecho un espejo,
como el brillo
de un ala,
es todavía
unas manos, un repasar de tu crujiente pelo,
un crepitar de
la luz vengadora,
luz o espada
mortal que sobre mi cuello amenaza,
pero que nunca
podrá destruir la unidad de este mundo.
Vicente
Aleixandre
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