MEMORIAL
I
Si vienes tan callada como
el viento en la arboleda
oirás quizá lo que yo oigo
verás lo que ve la
tristeza.
Si vienes tan ligera como
el rocío entretejido
te acogeré encantada
y te pediré lo mismo.
Puedes sentarte a mi lado
como un suspiro silente y
sólo los para siempre
muertos
se acordarán de la muerte.
Si vienes, me quedaré
callada y
no te diré palabras
agresivas;
no te preguntaré por qué,
ahora,
ni cómo, ni lo que sabías.
Sí, nos sentaremos aquí en
silencio
a la sombra de distinto
años
y la rica tierra entre
nosotras
se beberá nuestro llanto.
Audre Lorde
Cuadro de Miguel Oscar Menassa
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