NATURALEZA DEL
FASTIDIO
Ni
el pan de la razón ni el pan de locura
ni
el pensamiento sólido ni el pensamiento líquido
saben
tanto del hombre como el cráneo nublado
por
el aburrimiento.
Es
un vapor que emana de toda la tristeza
depositada
adentro como una nebulosa,
poblada
por los blancos microbios de la muerte
como
el gas de la asfixia.
Sale
a la calle a ver la sombra de su amada,
y
sólo ve zapatos por todos los paseos,
rostros
picados por la peste, arrugas:
un
mundo envejecido.
Sólo
se ve a sí mismo fuerte y libre
con
su dura corteza de fanáticos,
asistiendo
a la muerte de los otros,
al
paso real del tiempo.
Pasan
enamorados deseándose eternos,
banqueros
llenos del hambre del pobre,
mujeres
con las llagas bajo el lujo.
Pasan
los infelices.
Ricos,
menesterosos, asesinos,
ladrones,
pervertidos, todos pasan
con
la seguridad de vivir siempre
pasando
a mejor vida.
Se
oyen los juramentos del amor. El galán
que
dice: “Yo me muero por ti”, debe matarse,
debe
dejar en orden la ropa blanca y negra
que
ha de ponerse al irse.
Pero
no esté jurando como un perro a la luna.
Todo
ha de hacerse ahora que el tiempo está pasando.
Ahora
que hay un poco de sol bajo las venas.
Todo
ha de hacerse ahora.
El
vidente que guarda la muerte en sus pupilas,
todo
lo ve más claro bajo el aburrimiento.
Por
eso ve detrás de los rostros la nada,
como
si fuera un adivino.
Si
los huesos terminan en trigo o en carbón,
el
pensamiento en cambio se nutre del hastío.
La
carrera es difícil. Corramos hasta el fin
para
saber qué pasa.
Gonzalo
Rojas
Cuadro: "Encuentro imposible" de Miguel Oscar Menassa
No hay comentarios:
Publicar un comentario