domingo, 7 de enero de 2024

A LA IMAGINACIÓN



A LA IMAGINACIÓN

 

 

Cuando agotados de la extensa jornada,

y del terrenal cambio del dolor por el dolor,

perdida, dispuesta a la desesperación

tu cálida voz me convoca de nuevo;

mi sincero amigo, nunca estoy sola

si tu presencia y ese tono me acompañan.

Sin esperanzas descansa el mundo sin ti,

el mundo sin este doble de mí;

tu mundo de astucias, odios y duda,

de frías sospechas sin lugar,

donde tú, yo y la Libertad

disfrutan una soberanía muda.

Lo que importa es que todo alrededor,

peligro, angustia y oscuridad,

no rompen las cadenas de nuestra soledad

donde habita el cielo en su esplendor,

alimentado por diez mil rayos eternos

de soles que no han conocido el invierno.

La razón sin dudas habrá de objetar

por la triste realidad de la naturaleza,

explicando que el sufrimiento del corazones vano,

y que sus preciados sueños deben perecer;

la verdad con rudeza busca asolar

las flores de la fantasía que tímidas asoman.

Pero tú siempre serás el que trae

las cerradas visiones que retornan,

el aliento de nuevas glorias caídas en primavera,

llamando a la vida de la muerte,

susurrando con la divina voz

de un mundo real y brillante como tú.

No confío en la dicha de tu fantasma,

pero en las horas quietas de la noche,

con un incesante agradecimiento

te doy la bienvenida, bendito aliento,

fiel asistente de los humanos deseos,

la más brillante esperanza

allí donde la esperanza muere.

 

Emile Bronte

Cuadro: "Tendrá que aprender" de Miguel Oscar Menassa


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