DESDE LOS CUATRO
PUNTOS CARDINALES
Desde los cuatro puntos
cardinales
de nuestro buen planeta
-joven, pese a sus múltiples
arrugas-,
miles de inteligencias
poderosas y activas,
para ensanchar los campos
de la ciencia,
tan vastos ya que la razón
se pierde
en sus frondas inmensas,
acuden a la cita que el
Progreso
les da desde su templo de
cien puertas.
Obreros incansables, ¡yo
os saludo!
Llena de asombro y de
respeto llena,
viendo como la Fe que siguió
un día
hacia el desierto al santo
anacoreta,
hoy con la misma venda
transparente
hasta el umbral de lo
imposible os lleva.
¡Esperad y creed!, crea el
que cree,
y ama con doble ardor
aquel que espera.
Pero yo en el rincón más
escondido
y también más hermoso de
la tierra,
sin esperar a Ulises
(que el nuestro ha
naufragado en la tormenta),
semejante a Penélope
tejo y destejo sin cesar
mi tela,
pensando que ésta es del
destino humano
la incansable tarea,
y que ahora subiendo,
ahora bajando,
unas veces con luz, otras
a ciegas,
cumplimos nuestros días y
llegamos
más tarde o más temprano a
la ribera.
Rosalía de Castro
Cuadro: "Obseervando la experiencia" de Miguel Oscar Menassa
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