ES DECIR
En tiempo húmedo los sueños
hacen rechinar las puertas
Sin molestar a los niños
los fatigados sacuden su
palidez
Ardor de los pequeños
que desplazan el invierno
con sus mentiras
Durante el deshielo de los
espejos
una mano queda adherida al
invierno de los cristales
Atormentados por pastores
celestes
los cazadores de caricias
se pierden en las callejuelas
Allí donde se aglomeran
las plegarias
la belleza usa su máscara
de escalofrío
Solemne avenida de las
arrugas
viaje sin retorno para
evitar reconocerse
Una alegría plegable para
uso de los viajeros
un abrigo para soportas el
frío de las preguntas
Quizás convenga esperar
el vino añejo en la buena época
de los perfiles,
en la saturación del
coloquio consigo mismo,
en la afectada simplicidad
para afrontar playas ardientes.
Quizás convenga esperar
la hora de la creación en
que las tinieblas se desnudan
Y arriba en el lugar que
corresponde al desplazado invierno
sólo hay un espectador
el último de los últimos
dispuesto siempre a
quedarse.
Aldo Pellegrini
Cuadro: "Una orquesta tu voz" de Miguel Oscar Menassa
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