SE DESPRENDIÓ MI SANGRE PARA
FORMAR TU CUERPO.
Se desprendió mi
sangre para formar tu cuerpo.
Se repartió mi alma
para formar tu alma.
Y fueron nueve lunas
y fue toda una angustia
de días sin reposo y
noches desveladas.
Y fue en la hora de
verte que te perdí sin verte.
¿De qué color tus
ojos, tu cabello, tu sombra?
Mi corazón que es
cuna que en secreto te guarda,
porque sabe que
fuiste y te llevó en la vida,
te seguirá meciendo
hasta el fin de mis horas.
Concha Méndez Cuesta
No hay comentarios:
Publicar un comentario